UNA COMPARACIÓN DEL USO DE REMESAS: URBANO VS. RURAL, NAYARIT 200-2004

UNA COMPARACIÓN DEL USO DE REMESAS: URBANO VS. RURAL, NAYARIT 200-2004

María de Lourdes Montes Torres (CV)
Gabriel Estrella Valenzuela (CV)
Eduardo Meza Ramos (CV)

Universidad Autónoma de Nayarit

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REFERENTES TEÓRICOS SOBRE EL ESTUDIO DE LAS REMESAS

Las vertientes acerca del estudio de remesas se pueden dividir en cuatro líneas principales:

  1. Con respecto a la determinación del monto total de remesas se encuentran un gran número de investigaciones ya que resulta un tema de mucho debate debido principalmente a las diferencias en lo que se refiere a los métodos de estimación, entre otros factores. Entre los primeros investigadores que indagaron a este respecto se encuentra Manuel Gamio (1930) donde calculó un promedio anual de remesas de 4.9 millones de dólares para el periodo 1920-1928. Posteriormente se generaron estimaciones de Cornelius (1978), en 1985 García y Griego y Giner de los Ríos también calcularon en investigaciones propias el volumen de divisas que llegaban al país.

          Más recientemente se encuentran las estimaciones de Massey y Parrado (1994). Ellos realizan una estimación del flujo anual de remesas enviado por los migrantes mexicanos considerando como año de referencia 1990: para realizar esta estimación, recogen información de una encuesta aplicada a migrantes de comunidades del centro occidente de México en los lugares de destino en Estados Unidos. Para la estimación del monto de remesas en esta investigación se incluyó el flujo de remesas enviado, así como el dinero que los trabajadores llevaban consigo en sus viajes a México. Se consideraban tanto las remesas enviadas por los migrantes permanentes como los temporales, de la misma manera se consideraba  a los migrantes con documentos y sin documentos. Obtuvieron como resultado un monto de 24 millones de dólares enviado a las comunidades que se  incluían en la muestra. Cuando se generaliza para el occidente de México los autores estiman un flujo de 1.5 mil millones de dólares para la región.

Massey  y Parrado insertan posteriormente los datos de su encuesta en un modelo desarrollado por  Lozano en 1993 y el flujo asciende a poco más de 2 mil millones de dólares. Rodolfo Corona en 1998  toma como referencia 1993 para estimar el monto total de remesas que llegan al país, para esto considera la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México (EMIF). Encuentra que el monto total de remesas fue de 2,055 millones de dólares, además señala que el 71.5% fue enviado por los migrantes temporales mientras que el 28.5% por los migrantes permanentes. Señala también que no se consideran dos elementos fundamentales en la contabilización: el dinero que llevan los migrantes consigo cuando regresan a su lugar de origen y las remesas de los migrantes que no son captados por la EMIF. En este mismo estudio, Corona hace un análisis sobre distintos aspectos entre los que se encuentran las características sociodemográficas de los migrantes, especificaciones en el monto y frecuencia de las remesas entre distintos grupos de migrantes.

El Banco de México por su parte  también ha realizado estimaciones sobre el monto de remesas que recibe nuestro país, encontrando montos que también difieren respecto a otros, pero que sin embargo cada vez se cuenta con una menor subestimación de acuerdo a que actualmente se cuenta con una  mejor captación de las remesas.

Como se puede observar pues, las diferencias en las estimaciones varían de acuerdo al método que se utiliza para la estimación del monto de remesas,  por lo cual es necesario tener en consideración la fuente de cual se tiene la información para así tener presente los alcances y las limitaciones de las mismas.

  1. El uso y destino de las remesas.

En lo que se refiere a esta vertiente teórica, cabe decir que se han realizado un gran número de investigaciones principalmente de tipo antropológico los cuales se han llevado a cabo en comunidades de migrantes.
 
 Alarcón (1984) realiza una encuesta en Chavinda, Michoacán; comunidad considerada como altamente expulsora de mano de obra hacia los Estados Unidos; realizó 200 entrevista en hogares. Encontró que principalmente las remesas eran utilizadas para satisfacer las necesidades básicas de la familia, después el mejoramiento de la vivienda y una pequeña parte  para el sostenimiento familiar.

                         Entre los  resultados encontrados por  Alarcón, en 1984 y  Massey et. al., en 1987 se puede resumir que es el consumo familiar  el principal destino que se les da a las remesas, es decir la satisfacción de las necesidades básicas por ser principalmente la única fuente de ingresos para muchas familias.

               En general se puede decir que en la mayoría de los estudios sobre el uso de las remesas se demuestra que estas siguen un patrón general de uso: la mayor parte de éstas se utilizan en la compra de bienes para satisfacer las necesidades básicas de las familias, una menor cantidad en bienes duraderos de consumo y una mínima parte de ellas se dedica al ahorro y a la inversión productiva (Castro y Tuirán, 2000).

La CEPAL (2000 )  en un estudio sobre el uso productivo de las remesas en Centro América, señala que en países como República Dominicana y El Salvador  el patrón de uso es el tradicional aunque recientemente se han realizado otras investigaciones,  las cuales se verán en el capítulo siguiente, y donde los resultados obtenidos indican que este uso ha ido cambiando dándole importancia relevante cada vez más al uso productivo de las remesas, a partir de la creación de pequeños negocios o bien a partir del ahorro o la inversión en otro tipo de actividades productivas.

Canales en el 2001 tomando como base de datos la ENIGH-96, encontró que más del 75% de los migrantes declararon el gasto en comida, renta y otros rubros del consumo básico; entre 12 y 20% declararon como destino principal de sus remesas la compra o remodelación de la vivienda, lo que de acuerdo con el autor esto implica un proceso anterior de ahorro individual y familiar.

De acuerdo con un estudio de González Becerril (2006) sobre migración y remesas en el sur del estado de México más específicamente sobre los migrantes de Tejupilco y Almoloya de Alquisiras,  se señala que el destino que se les da a las remesas enviadas por los migrantes internacionales ha sido principalmente el consumo, le continua la adquisición de bienes materiales para el hogar y una parte importante para gastos de salud, educación y transporte, lo que es importante pues al invertir en educación y salud se está invirtiendo en capital humano que es una forma de inversión productiva. Resalta también que los hogares con migración reciente emplean un mayor monto de remesas en consumo básico, en comparación con los migrantes que tienen más tiempo en Estados Unidos.
De una  manera general  se puede observar que el destino de las remesas depende de factores importantes como el nivel de vida de los hogares receptores entre otros. Es decir,  el uso en actividades productivas no sólo depende del envío de remesas sino de que quienes las reciban tengan ciertas condiciones de vida y ciertas características sociodemográficas, además de tener el interés por realizar este tipo de actividades.