En este contexto, el concepto de sostenibilidad en la arquitectura ha venido a ser el “paraguas” que, según Pedemonte y Yarke (2009), ha venido a cobijar una serie propuestas que tienen como objetivo colaborar en la relación sociedad-ambiente. Entre las mencionadas están: la arquitectura sustentable, la arquitectura bioambiental, la arquitectura bioclimática, la arquitectura solar, la eco-arquitectura, la arquitectura natural, la arquitectura verde, green building, de alta calidad ambiental, de alta eficiencia energética, edificios inteligentes, con aplicaciones en energías renovables, con aplicación en energías apropiadas, con análisis en ciclo de vidas de materiales, con gestión eficiente de recursos, con gestión participativa, autoconstrucción sustentable, eco-villas, etc.
Entre las distintas propuestas se pueden identificar las que son opuestas entre sí, desde las que privilegian la investigación científica (edificios inteligentes de alta eficiencia energética) hasta las que valorizan la ejecución práctica (bio-construcción).
Por otro lado, podemos diferenciar las posiciones que nacen y se valorizan en el “mercado”, que aspiran a ser una “marca” (Green Building), que proponen soluciones exclusivas y, por ende, elitistas y que se apoyan firmemente en recursos tecnológicos (a veces sofisticados); de aquellas propuestas de construcción dirigidas a sectores sociales de escaso nivel económico y fuerte conciencia ecológica (ecovillas), utilizando tecnologías muy simples rescatadas con frecuencia de los sistemas constructivos tradicionales, con utilización de materiales y saberes locales.
La comprensión de la sostenibilidad en la arquitectura (SA) aún tiene mucho camino por recorrer en la actualidad existen muchos proyectos que defienden su colaboración en el concepto SA sin embargo solo aportan parcialmente en algunas de las dimensiones, proponiendo algunos accesorios (enotecnias) que le dan cierto color verde al discurso. Por otro lado en la construcción de indicadores de sostenibilidad se ha avanzado en mayor medida, siendo la construcción de la vivienda una de las actividades humanas importantes de la sostenibilidad.
Dimensión ambiental: el desafío de la conservación y el manejo sustentable de los recursos.
Proteger el sistema biofísico que permite la obtención de insumos a la vivienda.
Usar de manera sustentable los ecosistemas y la naturaleza.
Utilizar preferentemente recursos locales, naturales, abundantes renovables, bioasimilables, aceptables por la población local.
Aplicar el principio de reciclaje y re-uso en todos los procesos materiales posibles reduciendo desechos.
Desarrollar procesos de producción, construcción y explotación no contaminantes ni agresivos para el medio.
Priorizar el uso de recursos (materiales, agua, energía) del entorno natural en la edificación, considerando la capacidad de carga de este y estableciendo compensaciones si esta es superada.
Reducir en general el consumo de materiales en la edificación, instrumentar el uso de materiales renovables y/o con menor consumo energético en su fabricación y puesta en obra y/o reciclados o reutilizados.
Analizar el ciclo de vida de los materiales y evaluar el costo total en términos energéticos incluyendo sus externalidades derivadas del transporte.
Reducir la producción de residuos en las fases de construcción y demolición y reciclar y revalorizar los residuos resultantes.
Incrementar la eficiencia energética de la edificación tanto en la fabricación de materiales, como en la fase de construcción y puesta en obra, así como en el ciclo de vida completo de la vivienda.
Implementar el manejo integrado de los desechos sólidos domésticos, incluyendo el tratamiento y la deposición final adecuada
Dimensión Social: El desafío de la calidad de vida en la vivienda tradicional
Permitir el desarrollo del capital social para su reproducción en el presente y futuro.
Superar el déficit de vivienda y servicios de saneamiento.
Satisfacer las necesidades humanas de de la vivienda (Hernández: 2003)
Satisfacer las necesidades de vivienda en el presente y en el futuro.
Garantizar la equidad en la oportunidad de acceso a la vivienda (m2 y calidad).
Fomentar la diversidad de soluciones arquitectónicas que satisface la mayor parte de sus necesidades de vivienda.
Lograr la confiablidad en la estructura y materiales empleados y acabados por parte de los ocupantes.
Facilitar la construcción, rescate y bienestar de la cultura bioclimática y su aceptación de sus ocupantes en relación al bienestar social.
Dimensión Política/Institucional: el desafío de la gobernanza y la participación comunitaria
Facilitar la participación comunitaria y la gobernabilidad democrática en los comités de desarrollo y mejoramiento de vivienda.
Promover instrumentos y regulaciones legales para asegurar la sostenibilidad ambiental de la vivienda tradicional.
Facilitar la participación comunitaria en los consejos consultivos en los temas relacionados con la vivienda.
Descentralizar territorios y toma de decisiones.
Ejercitar el derecho y la participación de pueblos indígenas.
Dimensión económica: el desafío de la equidad
Alcanzar la autonomía e independencia de los organismos crediticios para la construcción de vivienda.
Fortalecer la autonomía en la gestión, tiempos y costos de la vivienda tradicional.
Permitir poca o nula dependencia externa de materiales y conocimientos constructivos, con lo cual se robustece la autosuficiencia y relativa independencia de las comunidades rurales.
Garantizar la vivienda accesible al 100% de la población costos de construcción acordes con el contexto económico local caracterizado por baja liquidez y abundancia de fuerza de trabajo.
Fortalecer la equidad en la oportunidad de acceso a una unidad de vivienda de iguales dimensiones y calidad.
Buscar el bajo costo de sustitución de vivienda en caso de contingencia ambiental (inundaciones).
Fortalecer las relaciones de solidaridad e intercambio de fuerza de trabajo que permite un precio accesible aún 100% de la población.
Dimensión Cultural: el desafío de la continuidad y el cambio del conocimiento tradicional en la vivienda (UNESCO: 2009)
Promover el uso y desarrollo de tecnología tradicional para la vivienda en un proceso de adaptación continua de los ecosistemas locales.
Incorporar eficientemente innovaciones sustentables a las necesidades contemporáneas de los usuarios de la vivienda tradicional.
Facilitar la trasmisión del conocimiento racional de generación a generación.
Fortalecer los lazos de identidad cultural a través de la unidad del paisaje arquitectónico y su relación estrecha al entorno natural.
Permite la diversidad de soluciones arquitectónicas que satisfacen a la mayoría las necesidades de sus usuarios y enriquece la diversidad cultural.
Permitir la continuidad en la conservación del conocimiento arquitectónico ancestral –parte del patrimonio cultural de México-.
Proteger el conocimiento indígena y la trasmisión del conocimiento en el seno de las comunidades.
Alcanzar la participación de la mayor parte de los integrantes adultos, hombres y mujeres, de cada familia en los proyectos de construcción.
Estas metas fueron extraídas de diferentes fuentes (ver Figura 2) y fueron construidas por categorías de análisis de acuerdo a los criterios de sostenibilidad seleccionados y construyen el “deber ser” de la sostenibilidad de la vivienda tradicional en la Huasteca Potosina.
Figura 2. Cuadro de autores especializados
Metas para la sostenibilidad
“el deber ser”
Sostenibilidad ambiental Sostenibilidad Económica Sostenibilidad social Sostenibilidad cultural Sostenibilidad institucional
Alucino (2002) Kibwage (2011) Hernández (2005) UNESCO (2009) Insunza (2009)
CONAVI (2008) Oktay, Hosokara (2010) Tetrault (2004) Chiu (2004) Tetrault (2004)
Morillon (2009) Hernández (2005) Oktay, Hosokara (2010) Oktay, Hosokara (2010) Toledo (2006)
Oktay, Hosokara (2010) Winston, Pareja (2007) Toledo (2006) Echeverria (2008)
Jong-J, Rigdom(1998) ICOMOSS (1999)
Fox (2007) Tetrault (2004)
Fuente: material inédito de la tesis doctoral del autor “Componentes de la sostenibilidad de la vivienda tradicional en la Huasteca Potosina: hacia una vivienda rural sustentable” PMPCA-UASLP
Podemos resumir el “deber ser” en los siguientes ideas: continuidad del conocimiento de técnicas y manejo de materiales locales; conservación de una identidad cultural, uniformidad del paisaje arquitectónico tradicional; autosuficiencia en la obtención de materiales, de preferencia renovables y de bajo o consumo energético; autonomía de los usuarios para tomar decisiones de gestión y diseño de las construcciones; continuidad del sistema de participación solidaria en la transmisión de conocimiento e intercambio de fuerza de trabajo; independencia de organismos e instituciones para la construcción y mejoramiento de su vivienda; continuidad en el desarrollo local de tecnología tradicional en su proceso de adaptación continua a su medio ambiente; continuidad en la diversidad de espacios y funciones necesarias para satisfacer la mayoría de sus necesidades de habitabilidad de las familias contemporáneas.