COMPONENTES DE SOSTENIBILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL EN EL áMBITO RURAL DE LA REGIóN HUASTECA DE SAN LUIS POTOSí: HACIA UNA ARQUITECTURA RURAL SUSTENTABLE.

COMPONENTES DE SOSTENIBILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL EN EL áMBITO RURAL DE LA REGIóN HUASTECA DE SAN LUIS POTOSí: HACIA UNA ARQUITECTURA RURAL SUSTENTABLE.

Rigoberto Lárraga Lara (CV)
Universidad Autónoma de San Luis Potosí

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3.2-El contexto histórico de la VT: los antiguos huaxtecos y nahuas

Da acuerdo con Avila y colabs (1995) la región de Tamuín, es atravesada por el río Tampaón, afluente de la ribera izquierda del Pánuco, en cuyas orillas se levantaron ciudades prehispánicas trazadas según el orden cosmogónico impuesto por la máxima divinidad local, llamada en el Posclásico por los nahuas como Quetzalcóatl-Ehécatl-Tlahuizcalpantecuhtli, La Serpiente Emplumada, Señor del viento, Creador de la agricultura y Lucero de la mañana. Sobre las ruinas de una importante urbe huaxteca se levantó un posterior poblado novohispano organizado por franciscanos para ser centro civilizador de indios: Santiago El Mayor Tamuín. Tanto las ciudades prehispánicas, como el pueblo de indios colonial no podrían entenderse sin la relación intrínseca que guardan con el paisaje circundante, sin el espacio sacralizado.
Naturaleza y humanidad convergieron en la región Tamuín desde aquél entonces y hasta nuestros días. Ejemplo de ello es la concepción del mundo por parte de la comunidad teenek, descendientes de los pobladores originales y que en la actualidad ocupan una pequeña parte de la Huasteca.
El espacio mítico está limitado por el océano al Este y la sierra al Oeste con diferentes representaciones. El alma de las personas descansa en el Oeste, mientras que en el este están los curanderos, los músicos y los danzantes. La esencia de la lluvia viene del Este y encuentra a su contraparte en las cuevas del Oeste. Las cuevas de la sierra representan la entrada al mundo de los poderes divinos, residencia del trueno, ser poderoso dador de las aguas, así como la diosa de la fertilidad. El lugar de vida de los teenek es el monte en la sierra, lo contrario a los mestizos que viven en los pueblos. El comportamiento de los animales del monte, como pueden ser las aves, conejos, serpientes y lagartijas, da indicaciones sobre el futuro, las lluvias, la cosecha y todo lo que podría atañer a la vida cotidiana humana. Las plantas pueden ser utilizadas para bien o para mal y pueden ver el futuro, comentar el pasado o diagnosticar alguna enfermedad. (Avila y colabs. 1995:59)
El espacio y el tiempo, la geografía y la historia, los poblados y paisajes y las sociedades que los producen, se construyen a un mismo tiempo. Así, en el siglo XVI, el producto de dos concepciones espaciales, la mesoamericana y la europea, convergieron en los resultantes poblados novohispanos; compartieron encuentros y confrontaron diferencias. La idea de ciudad abierta, sagrada e inmortal del México Antiguo, cuyos caminos son determinados por la montaña cósmica y por el paisaje circundante, tendría que ceder ante la interpretación europea de una ciudad cerrada, protegida y autosuficiente acorde a los cánones medievales-renacentistas.
Los huextecos fueron juzgados de “borrachos” y “desvergonzados” por andar desnudos, a imitación de su caudillo quién perdió toda compostura en el cerro del Popozonaltépetl. Cuextecatl se convirtió así en sinónimo de borracho y era también una de las peores injurias.

Los mitos cosmogónicos de migración explicaban las relaciones entre los seres humanos, su espacio y su tiempo, además de distinguir las posiciones Sociales, de justificar linajes y de mantener una organización política mediante concepciones míticas que marcaban durante el proceso creativo tanto a los seres divinos como a los mundanos. El relato de migración era entonces una historia oficial que daba cuenta de un supuesto establecimiento legítimo de un pueblo en su territorio. Esta era la forma de justificar una memoria histórica, de apropiarse del espacio, estableciendo un fuerte arraigo sustentado en sus propias expresiones culturales.
La cosmovisión prehispánica, el espacio urbano sacralizado, la montaña cósmica, sus cuevas y sus contactos subterráneos con el mar, así como la legitimación del territorio mediante los relatos histórico-míticos de migración, debieron estar presentes en la Huasteca y entre los huaxtecos, como parte integral de Mesoamérica y como coproductor del sustrato cultural de la superárea, marcando sus particularidades. En el caso concreto de la región Tamuín, el paisaje ritual conformado por la planicie costera y la sierra dibujan la idea del cosmos de manera singular. Ahí, en su espacio sacralizado, también pueden leerse los designios de las divinidades.
Al parecer, el área geográfica que fue habitada por los huaxtecos ha mantenido presencia humana aproximadamente desde el año 10 000 antes de nuestra era, en el área del Complejo del Diablo, en Cuevas Cañón y en La Perra, en Tamaulipas. La agricultura y el proceso de sedentarización de los grupos de recolectores-cazadores debieron iniciar hacia el año 3000 a.n.e. Con el paso del tiempo comenzaron a extenderse y a distribuirse por la llanura costera, sobre todo por la de San Luis Potosí y alcanzando quizás partes del actual Estado de Querétaro. En el periodo Preclásico o Formativo, los grupos que habrán de conformar la cultura huaxteca se asientan en la costa del Golfo, en algunas partes de la llanura del actual San Luis Potosí y en la sierra de Tamaulipas.
Posiblemente es en la costa donde conciben la idea de fundar sus poblados en plataformas artificiales para ponerse a salvo de la humedad, mismo recurso que se seguirá utilizando en lugares donde no se presenta este problema. Asimismo, aparecen construcciones que se asemejan al círculo, siendo ejemplo de este periodo ébano, S.L.P. Fuera de la Huasteca, se encuentran estructuras circulares del Formativo en el sitio de Cuicuilco, en la actual Ciudad de México y en el sitio de La Venta, Tabasco. Para el periodo Clásico, la Huasteca aún no comparte una serie de rasgos culturales con el resto de Mesoamérica, y esta adquisición de características debe aguardar a finales del periodo cuando haya contactos con el área maya, Veracruz Central, la Mixteca y el Altiplano Central. No obstante, existen permanentes relaciones comerciales. En Tamasopo que la arquitectura parte del círculo y pasa al rectángulo, con algunos redondeados, hasta llegar a la combinación de ambas formas. Otros sitios correspondientes a este periodo son Tancanhuitz y Cuatlamayan. A finales del Clásico adoptan el tablero escalonado que limita el talud. Ya en el Posclásico, la región disminuye las dimensiones que había alcanzado en el Clásico Tardío.
Por las fuentes de información de los antiguos nahuas se sabe que los habitantes del Altiplano Central llamaban al territorio en cuestión Huextecopan, “lugar de bastimentos”; Tonacatlapan, “lugar de víveres” o Xochitlalpan, “lugar de flores”. También por los mismos registros sabemos que los nahuas decían que los huaxtecos eran grandes productores de tabaco, maíz y algodón desde tiempos muy remotos. En cuanto a su aspecto físico, se les atribuye una baja estatura, de tipo braquicéfalos y acostumbrados a la deformación craneana y al limado de dientes. Sin embargo y a esto último, hay que agregar que una de las características de la región era la diversidad pluriétnica, y a los teenek o
huaxtecos se sumaban también mexicanos hablantes de náhuatl; xi’oi, hablantes de pame, y olives, hablantes de chichimí.
Por otro lado, los antiguos huaxtecos eran considerados grandes artífices de la magia ritual. Por eso no es de extrañar que en las crónicas se les atribuyera una imagen de “ilusionistas”. Al respecto, Sahagún cuenta que: Los mismos eran amigos de hacer embaimientos, con los cuales engañaban (a) las gentes, dándoles a entender ser verdadero lo que es falso, como es dar a entender que se queman las casas que no se quemaban, y que hacían parecer una fuente con peces y no era nada, sino ilusión de los ojos; y que se mataban a sí mismos, haciéndose tajadas y pedazos sus carnes; y otras cosas que eran aparentes y no verdaderas (SAHAGúN:1956).
Tenían templos con figuras sagradas de barro o piedra, en la que destacaba una particular importancia por los cultos fálicos y la embriaguez ritual.
Los mexicanos, primero, y los españoles, después, juzgaron a los huaxtecos de ebrios, perversos y sucios, pues lo que para ellos eran actos impropios, para los huaxtecos fueron importantes rituales. La desnudez y el emborrachamiento debieron remembrar la mítica embriaguez de su guía primordial, Cuextécatl, cuando huyó avergonzado de los inventores del pulque. Al margen de cualquier crítica debemos decir que la desnudez en la región, independientemente de cualquier remembranza ritual, es bastante comprensible si se tiene en cuenta la temperatura extrema que se llega a alcanzar.
Por otro lado los Nahuas nahuas han sido identificados con los aztecas o mexicas, que constituían la sociedad dominante en Mesoamérica a la llegada de los españoles; su lengua, reconocida como la lengua oficial en Mesoamérica, era el náhuatl. La población nahua llega en oleadas migratorias, a raíz de la caída de Tula, a poblar el norte de Veracruz y el oriente de San Luis Potosí y, posteriormente, se consolida en el centro y sur de la Huasteca, a partir de la conquista mexica en el siglo XV.
En el centro y sur de la Huasteca, grupos importantes de huastecos fueron nahuatizados por esta invasión. Desde entonces hasta la fecha, el idioma náhuatl ha sido hablado en la Huasteca prácticamente en las mismas zonas. En la parte baja del Pánuco, los nahuas emigrantes establecieron alianzas con los huastecos para defenderse de los ejércitos de los mexicas. Los nahuas aztecas invadieron el territorio de los huastecos, ocupando casi todo el sur de la región, desde Tuxpan, Temapache y Tampatel hasta Aquismón (San Luis Potosí), con el propósito de rodear al señorío independiente de Meztitlán, al que no habían podido derrotar, para someterlo al gobierno de la Triple Alianza.
La dominación mexica duró hasta la llegada de los conquistadores españoles
En las primeras décadas del siglo XVI. El sometimiento de la Huasteca a la corona española estuvo a cargo de Hernán Cortés y de Nuño de Guzmán. Por su ubicación geográfica, como salida al mar, los grupos de la Huasteca fueron muy afectados en la primera década de la conquista. En los años posteriores a la invasión española la población sufrió un drástico descenso, debido al tráfico de indios esclavizados hacia las Antillas y el Caribe, desde 1524; y a las epidemias (1532) y rebeliones indígenas.
La administración colonial reorganizó las bases sociales prehispánicas. Para ello instrumentó un proceso de fragmentación de los pueblos, con la incorporación de nuevas instituciones, como el sistema de encomiendas y tributos; reestructuró el territorio con la creación de las congregaciones, que le permitieron reubicar a los indios en poblaciones, y la expropiación y despojo de sus tierras para la introducción de la ganadería y nuevos cultivos, como la caña de azúcar, los cítricos y el plátano, además de la agricultura tradicional de maíz, chile (ají), frijol, calabaza y algodón.
Su vivienda se compone de una estructura de horcones con un caballete compuesto por dos planos inclinados que forman su cubierta la cual es de zacate, elemento que puede conservarse de 14 a 20 años con un buen mantenimiento, sus muros son de varas o bien de otates o carriso, en muchas ocasiones va enjarrado con barro y terminado con cal, por lo menos hasta una altura media.