LA EQUIDAD DE GÉNERO EN EL DESORDEN DE LA VIOLENCIA

LA EQUIDAD DE GÉNERO EN EL DESORDEN DE LA VIOLENCIA

Coordinadoras(es): Lourdes Pacheco Ladrón de Guevara (CV), Laura Isabel Cayeros López (CV), Fabiola González Román (CV), Arturo Murillo Beltrán (CV), María del Refugio Navarro Hernández (CV), Elena Susana Pont Suárez (CV), Dalinda Sandoval Acosta (CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

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De la Protección a la Violencia hacia las mujeres

Fabiola González Román1
Cortés Sandoval Getsemani Guadalupe2
Hernández Montoya María Elena 3
Miranda Garay Juan José 4
Universidad Autónoma de Nayarit

 Introducción
La violencia es un fenómeno progresivo en todo el mundo, América Latina y México han sentido su impacto creciente en los últimos años. Más allá de “contenerse” en la oscuridad de la noche, somos testigos de actos de violencia cada vez más crueles a plena luz del día. La violencia se manifiesta no sólo en espacios públicos, escuelas, iglesias, zonas de esparcimiento, sino también está al interior de los hogares.

Existen varios tipos de violencia, entre ellos el abuso físico, psíquico y sexual que se manifiestan en el maltrato, manipulación, seducción, exclusión social, crítica destructiva, desprecio, abandono, insultos, entre otros. La búsqueda de uno hay  respuesta única para la violencia, la magnitud del problema  implica mirarla y abordarla desde distintas aristas.

La violencia es un fenómeno histórico  relacionado con el desenvolvimiento social del ser humano. Su razón es la combinación de factores negativos entre el individuo y la sociedad. El hecho de que haya grupos más vulnerables que otros a sufrir actos de violencia revela que hay un trasfondo en los actos realizados, la violencia ejercida no son casos aislados, sino que conllevan toda una carga cultural que mantiene una estrecha relación con la dominación, la discriminación y el abuso de poder.

Ana Falú argumenta que según datos de la CISCSA, la violencia lejos de ser un sujeto singular abstracto se remite a una cuestión compleja de múltiples dimensiones y entradas analíticas. Cuando se ejerce tras los muros del mundo privado, la violencia casi siempre está dirigida hacia las mujeres; y cuando se expresa en el espacio público, sigue siendo masculina. Sin embargo, si bien la violencia en las calles afecta primordialmente a los hombres, la percepción del temor ante las violencias es mayor en las mujeres (Falú, 2007).

La violencia contra las mujeres es una forma de discriminación y una violación de los derechos humanos. Causa sufrimientos indecibles, cercena vidas y deja a incontables mujeres viviendo con dolor y temor en todos los países del mundo. Causa perjuicio a las familias durante generaciones, empobrece a las comunidades y refuerza otras formas de violencia en las sociedades. La violencia contra las mujeres impide alcanzar una plena realización personal, restringe el crecimiento económico y obstaculiza el desarrollo. Su generalización y alcance  pone de manifiesto el grado y la persistencia de la discriminación. Por consiguiente, solo se podrá erradicar eliminando la discriminación, promoviendo la igualdad y su empoderamiento, y velando por el pleno ejercicio de sus derechos humanos (ONU, 2006).

En Nayarit se han realizado estudios que visibilizan las violencias de las que son víctimas las mujeres, así mismo se llevan a cabo iniciativas educativas, informativas y de ley que permiten avanzar en el combate de esta práctica; sin embargo, existe un fenómeno de reclusión ya que debido al incremento de la violencia en las calles,  pareciera que el único lugar donde las mujeres estarían protegidas es el hogar.

En esta ponencia se tratará de identificar el impacto de la violencia pública en las mujeres del municipio de Tepic Nayarit, se busca conocer de qué manera la violencia influye en la variación de las actividades públicas y/o cotidianas de las mujeres tepicenses. Para efectos de análisis se utilizaron los resultados del proyecto de investigación: Diagnóstico local sobre la realidad social, económica y cultural de la violencia y la delincuencia en el Municipio de Tepic, realizado por Fabiola González Román de la Universidad Autónoma de Nayarit.

En el mencionado diagnóstico de aplicaron 611 encuestas entre los habitantes del municipio de Tepic, el cual se divide en 20 sectores de vigilancia policial: Moctezuma, Morelos, Lindavista, Rodeo, Ojo de Agua, Amado Nervo, Mololoa Valles, Venceremos, Tierra y Libertad, 2 de Agosto, Villas y Vistas de la Cantera, Miguel Hidalgo, Sauces, Ciudad del Valle y Centro; también se incluyeron las delegaciones ubicadas en las localidades de El Jicote, Bellavista, San Cayetano y La Yerba.

La aplicación del cuestionario se realizó en el mes de mayo de 2012 entre habitantes mayores de edad y elegidos de forma aleatoria en cada uno de los sectores mencionados.

Formas comunes de violencia contra la mujer
La forma más común de violencia contra la mujer es la violencia en el hogar con los miembros de su familia. Las investigaciones demuestran sistemáticamente que una mujer tiene mayor probabilidad de ser lastimada, violada o asesinada por su compañero actual o anterior que por otra persona (Caamal, 2008), existen muchos casos en que la mujer cree ser merecedora de los castigos.

Lamentablemente la violencia física, emocional, sexual, económica y la opresión o imposición en la toma de decisiones ocurre en el propio hogar de las mujeres. Éste al considerarse un ámbito privado torna difícil poner en práctica medidas para combatir la violencia ya que ésta se convierte en un “secreto familiar”.
En el ámbito público existen grupos más vulnerables que otros a ser víctimas de actos delictivos o de violencia, entre los que sobresalen las mujeres. Partiendo de esto, se busca complejizar las reflexiones sobre las violencias y  las discriminaciones hacia las mujeres buscando, como dice Falú, evidenciar que la violencia de género es parte constitutiva de la seguridad ciudadana y que su inclusión es imprescindible para garantizar la misma (Falú, 2009).

Las principales consecuencias que se tienen con la criminalidad creciente afecta de modos distintos, la violencia no es siempre denunciada ni tipificada como delito, ni sancionada debidamente. Ésta  se individualiza y al hacerlo se transforma en social y política, y permite develar y comprender otras discriminaciones vinculadas a la opción sexual, origen étnico, edad, condición social o lugar de residencia, que signan la vida de las personas que habitan las ciudades. El espacio urbano, sea público o privatizado, es el soporte físico y cultural donde se despliegan, viven y sufren estas violencias todas las personas, sin embargo,  las ciudades no son iguales para los hombres y para las mujeres y menos las de hoy (Falú, 2009).

Combatiendo la Violencia de Género
La violencia esconde trasfondos de intolerancia, discriminación y dominio. La violencia es cuestión de poder. Desde esta perspectiva la violencia contra las mujeres puede ser sólo por ser mujeres, puede ser una serie de castigo impuesto por los varones a todas aquéllas que escapan a su control. La lucha por la igualdad, la salida masiva de las mujeres al mercado de trabajo, su incorporación a la vida política y ciudadana, su ingreso a los más altos niveles de escolaridad, la ruptura del nexo sexualidad-reproducción, el cada vez mayor control sobre la sexualidad y la fertilidad, hacen que su  empoderamiento vaya  más allá de la esfera doméstica. Su libertad de movimiento en un mundo que históricamente era sólo para hombres ha conducido a aspirar una sociedad más igualitaria entre mujeres y hombres, pero también, como ocurre con las transiciones, ha exacerbado las reacciones: ellos no sólo han sido abandonados por ellas, sino que han perdido sus prerrogativas, ahora sus espacios están también ocupados por mujeres y gracias a esto se construyen nuevas formas de control y poder (Loria, 2011).

Es importante analizar la violencia contra las mujeres en todos los contextos, ya que es imposible abatirla si se toma en cuenta sólo el contexto familiar toda vez que es una construcción que se ha naturalizado a partir de patrones culturales socialmente aceptados.

En México en 1975 se realiza la primera conferencia mundial de la mujer y entra en vigor la Convención para la Eliminación de todas las formas de Violencia contra la Mujer (CEDAW). En 1981 se realiza el Primer Encuentro Feminista y Latinoamericano y del Caribe el cual acuerda dedicar la jornada del 25 de Noviembre a promover la no violencia contra las mujeres y el 17 de Diciembre de 1999 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba una resolución mediante la que se aprueba que:
“Reconociendo que la violencia contra la mujer constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre hombres y mujeres, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre” (Declaración sobre la eliminación contra la Mujer, 1999).

Por su parte los estados tienen el deber de prevenir actos de violencia contra la mujer; investigarlos cuando ocurran, enjuiciar y castigar a los perpetradores; así como ofrecer reparación y socorro a las víctimas. Todas estas disposiciones deberán ser instrumentadas por las instituciones, los centros de atención y los refugios que atiendan a las mujeres que son víctimas de violencia.

Las Mujeres  en Nayarit
En el esfuerzo por avanzar en la igualdad de género y la no violencia contra las mujeres en México,  se movilizan acciones de coordinación entre diversos organismos públicos y de la sociedad civil. De este modo en 2008 con apoyo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en cada entidad federativa se realizan datos desglosados por sexo, los cuales nos muestran en forma más detallada las características y entornos en los que se desenvuelven los hombres y las mujeres.

El estudio elaborado para esta entidad federativa muestra que, en el año 2004, Nayarit alcanzó un valor de 0.7749 en el índice de desarrollo humano; lo que sitúa al estado en el lugar número 23 en el conjunto de entidades del país (INEGI, 2009) Además, los principales motivos de preocupación para el estado en materia de políticas públicas y salud reproductiva son: la mortalidad por cáncer cervico-uterino cuya tasa es de 22.9%, mayor a la media nacional (17.0%) y el embarazo adolescente 21.0%, cuatro puntos arriba de la media nacional (17.2%) (INEGI, 2009).

Nayarit en el año 2009 presentó que la tasa de desocupación de las mujeres (3.1%) fue mayor que la de los hombres (2.4%) y mostró una sobre jornada de trabajo total de 15.4 horas más que la masculina, esta cifra es mayor que la media nacional, (10.4). En Nayarit las mujeres profesionistas ocupadas ganan en promedio $50.60, mientras que los hombres perciben $57.60 por hora (INEGI, 2009).

 En el estado también se esta modificando la jefatura de familia; tanto en nivel estatal como nacional. En cinco años la tasa de jefatura femenina aumentó de 21.4% a 23.5 % en la entidad (INEGI, 2009). De acuerdo al censo de población 4.1% de las mujeres en Nayarit esta separadas; por cada 100 matrimonios en la entidad hay 22.7 divorcios en las zonas urbanas (casi ninguno en las rurales) el 41.9% de los divorcios corresponde a abandono del cónyuge y el 0.5% de estos por injuria, servicia y violencia intrafamiliar (INEGI, 2009). Se señala que las mujeres separadas o divorciadas son las que declaran mayor incidencia de violencia ejercida en una relación pareja (73.6%), de ellas, el 48.9% padecieron violencia física y 32.0% violencia sexual, cifra aun más elevada que las que declaran las mujeres que permanecen unidas en una relación de pareja (INEGI, 2009).

La violencia no cesa con la separación, las mismas encuestas señalan que 42.7% de las mujeres divorciadas y separadas que sufrían violencia en su relación continuaron teniéndola después de su ruptura conyugal. 14.3% señaló violencia física y 12.4% violencia sexual, aun cuando ya se habían separado (INEGI, 2009). Cabe señalar que en 2006 alrededor de 14.0% de mujeres de 15 años y más reportó haber sido víctima por algún tipo de violencia de género (INEGI, 2009).

El 25 de Noviembre de 2011 el INEGI publica una serie de datos estadísticos con motivo del Día Internacional De La Eliminación De La Violencia Contra La Mujer en el cual se exponen los siguientes puntos:

  • El mayor porcentaje de mujeres violentadas por su pareja se da en el rango de 15 a 29 años y cuando es por un familiar en un rango de 45 y más.
  • Cuatro de cada 10 mujeres económicamente activas  enfrentaron actos de violencia
  • 27 de cada 10 mujeres casadas o unidas han sufrido violencia extrema a lo largo de su relación.
  • 53 de cada 100 mujeres violentadas de forma extrema por su ex pareja fueron amarradas, las trataron de ahorcar o las agredieron con un arma.
  • 7.7% de las mujeres en Nayarit han sufrido violencia en espacios comunitarios (INEGI, 2011)

Violencia en los espacios públicos de Nayarit
Si bien la violencia de género muestra ser muy fuerte en los espacios “familiares” es importante percatarnos que los diferentes tipos de violencia que suceden en los espacios públicos afectan en forma distinta a las mujeres y a los hombres. Debido a los roles y estereotipos de género se asignan o esperan comportamientos adecuados para hombres y mujeres en su interacción en el ámbito público: horarios de salida y permanencia en sitios específicos, áreas de trabajo, tareas específicas, opiniones, pensamientos y formas de vestir, pensar y actuar.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares  2006 (ENDIREH) muestra que de las mujeres que ha tenido al menos un índice de violencia, el porcentaje de aquellas que ha padecido un agresiones severas en el ámbito comunitario nayarita alcanza niveles de 7.7 %  dato superior a la media nacional (INEGI, 2011).

De  Mayo a Julio de 2012 se realizó un diagnóstico sobre seguridad ciudadana en el municipio de Tepic, el cual permitió obtener la opinión de la ciudadanía sobre la situación de violencia y delincuencia. Se levantaron en total 611 cuestionarios: 198, el 32.4% se realizaron en las localidades de San Cayetano, Puga, El Jicote, Bellavista y La yerba, y 413, el 67.6%, en distintas colonias urbanas del municipio.
La mayor parte de las personas encuestadas son mujeres, en ello incide que la mayoría de las veces eran ellas quienes estaban en casa. Las edades de las personas encuestadas son muy variadas; los rangos de mayor porcentaje recaen entre las edades de 21 a 25, 36-40 y 51-55 años.

Cuadro 1: Estado civil de las personas encuestadas


Sexo

Estado Civil de las personas encuestadas

Total

Soltera

Casada

Unión Libre

Separada

Divorciada

Viuda

Mujeres

77

141

25

4

6

10

263

%

12.60%

23.10%

4.10%

0.70%

1.00%

1.60%

43.00%

Hombres

68

191

43

14

2

30

348

%

11.10%

31.30%

7.00%

2.30%

0.30%

4.90%

57.00%

Totales

145

332

68

18

8

40

611

%

23.70%

54.30%

11.10%

2.90%

1.30%

6.50%

100.00%

Fuente: Encuesta directa del diagnóstico local sobre la realidad social, económica y cultural de la violencia y la delincuencia del municipio de Tepic. Nayarit. Mayo 2012.

Cuadro 2: Parentesco del encuestado con la Jefa/e de familia según sexo.


Sexo

Hombres

%

Mujeres

%

TOTALES

%

Esposa o Cónyuge

14

2.30%

164

26.80%

178

29.10%

Jefa de Familia

181

29.60%

118

19.30%

299

48.90%

Hija

49

8.00%

45

7.40%

94

15.40%

Suegra

1

0.20%

1

0.20%

2

0.30%

Madre

2

0.30%

10

1.60%

12

2.00%

Abuela

4

0.70%

0

0.00%

4

0.70%

Otro Parentesco

9

1.50%

7

1.10%

16

2.60%

Sin Parentesco

3

0.50%

1

0.20%

4

0.70%

No Sabe

0

0.00%

2

0.30%

2

0.30%

total

253

40.00%

348

60.00%

611

100.00%

Fuente: Encuesta directa del diagnóstico local sobre la realidad social, económica y cultural de la violencia y la delincuencia del municipio de Tepic. Nayarit. Mayo 2012.

Muchas de las personas encuestadas respondieron estar casadas, este dato es importante porque permite reflexionar y comparar responsabilidades dentro del hogar, la familia y el trabajo.

En relación a la jefatura de familia, el diagnostico refleja a los hombres como los principales jefes de familia. Cabe mencionar que al levantar las encuestas y realizar la pregunta de ¿quién es el jefe-jefa de hogar? La mayoría respondía que era algún varón de la familia: el padre o esposo, aunque la mujer aportara el capital económico para el sustento del hogar.

Cuadro 3: Víctima de algún tipo de delito


Sexo

No aplica

Si, en 2010

Si, en 2011

No

No Contestó

2012

Si, en 2010 y 2011

Total

Hombre

2

20

33

166

4

37

1

263

%

0.30%

3.30%

5.40%

27.20%

0.70%

6.10%

0.20%

43%

Mujer

3

24

38

240

6

34

3

348

%

0.50%

3.90%

6.20%

39.30%

1.00%

5.60%

0.50%

57%

Total

5

44

71

406

10

71

4

611

%

0.80%

7.20%

11.60%

66.40%

1.60%

11.60%

0.70%

100%

Fuente: Encuesta directa del diagnóstico local sobre la realidad social, económica y cultural de la violencia y la delincuencia del municipio de Tepic. Nayarit. Mayo 2012.

Cuadro 4: Tipo de violencia del que ha sido victima


 Sexo

No Aplica

Asalto Armado

Intento de Homicidio

Lesión Corporal

Crimen Sexual Violencia y Atentado Violento Al Pudor

Secuestro

Robos, Hurtos

Tráfico de Drogas

Infracciones  por Adolescentes

Otro

Total

Hombre

196

15

2

3

1

2

30

1

1

12

263

%

74.50%

5.70%

0.80%

1.10%

0.40%

0.80%

11.40%

0.40%

0.40%

4.60%

100%

% del total

32.10%

2.50%

0.30%

0.50%

0.20%

0.30%

4.90%

0.20%

0.20%

2.00%

43%

Mujer

272

15

2

2

3

1

28

1

2

22

348

%

78.20%

4.30%

0.60%

0.60%

0.90%

0.30%

8.00%

0.30%

0.60%

6.30%

100%

% del total

44.50%

2.50%

0.30%

0.30%

0.50%

0.20%

4.60%

0.20%

0.30%

3.60%

57%

Total

468

30

4

5

4

3

58

2

3

34

611

%

76.60%

4.90%

0.70%

0.80%

0.70%

0.50%

9.50%

0.30%

0.50%

5.60%

100%

Fuente: Encuesta directa del diagnóstico local sobre la realidad social, económica y cultural de la violencia y la delincuencia del municipio de Tepic. Nayarit. Mayo 2012.
                                                                                                                                                                   
Cuadro 5: Zona en la que sucedió el delito

 

Zona en que Sucedió el Delito

Total

 

No Aplica

En esta Zona

En Otra Parte de Tepic

En el Centro

Hombre

197

44

18

4

263

%

74.90%

16.70%

6.80%

1.50%

100%

% del total

32.20%

7.20%

2.90%

0.70%

43%

Mujer

281

50

12

5

348

%

80.70%

14.40%

3.40%

1.40%

100%

% del total

46.00%

8.20%

2.00%

0.80%

57%

Total

478

94

30

9

611

%

78.20%

15.40%

4.90%

1.50%

100%

Fuente: Encuesta directa del diagnóstico local sobre la realidad social, económica y cultural de la violencia y la delincuencia del municipio de Tepic. Nayarit. Mayo 2012.

De las 611 personas encuestadas 91 hombres y 99 mujeres fueron víctimas de algún delito. El delito mayormente mencionado fue robo y asalto armado (cuadro 3 y 4). Algunas mujeres y hombres creen que las mujeres están mayormente  protegidas en casa, lo que favorece a la subordinación de la mujer y refuerza la creencia de que la mujer pertenece al ámbito privado del hogar. Los datos de la encuesta revelan que los incidentes de los cuales fueron víctimas sucedieron principalmente en la colonia donde residen (cuadro 5). Señalando que el quedarse en casa no protegerá a la mujer de algún delito o incidente violento.

Sobre el nivel de seguridad que se sentía la población de Tepic, el 51.3% de los hombres encuestados dijo sentirse inseguro mientras que el resto (40.7%) argumentó sentirse seguro. En el caso de las mujeres el 60.9% comentó sentirse inseguras mientras que 32.5% dijo sentirse segura.

Al preguntar a los encuestados y encuestadas sobre el nivel de seguridad que sentían en los lugares públicos y privados, el 84.4% de los hombres y el 75.6% de las mujeres argumentaron sentirse seguros (as) en casa; sobre el 14.4% de los hombres y 21.8% de las mujeres que señalaron sentirse inseguros (as) (gráfica 2). En el trabajo el 59.3% de los hombres y 44.3% de las mujeres dijeron sentirse seguros (as) mientras que el 26.2% de los hombres y 33.3% de las mujeres señalan sentirse inseguros (as) (gráfica 3). El 44.1% de los hombres y el 33% de las mujeres señalaron sentirse seguros (as) estando en la calle mientras que el 49.4% de los hombres y el 61.8% de las mujeres dijo sentirse inseguro (a) (gráfica 4). El nivel de seguridad que sentían los habitantes de Tepic estando en un centro comercial fue de 49.4% por parte de los hombres y 33.6% de las mujeres de manera positiva en contra parte el 34.2% de los hombres y el 52.6% de las mujeres respondió sentirse inseguros (as) (gráfica 5).

Cuadro 6. Frecuencia con la que el encuestado cambio de actividades o hábitos por temor a ser víctima de la violencia


Sexo

Cambio de Actividades por Temor de ser Victima

Total

Nunca

Rara Vez

A Veces

Frecuentemente

Hombre

52.1%

13.7%

21.7%

12.5%

100%

Mujer

36.8%

15.5%

28.2%

19.5%

100%

Total

43.4%

14.7%

25.4%

16.5%

100%

Fuente: Encuesta directa del diagnóstico local sobre la realidad social, económica y cultural de la violencia y la delincuencia del municipio de Tepic. Nayarit. Mayo 2012.

Quienes más cambiaron sus actividades por temor a ser víctimas de la violencia o delincuencia vivida en Tepic fueron las mujeres, de las cuales 19.5% argumenta que este cambio lo realizó frecuentemente. El 36.8% de las mujeres encuestadas señala que nunca realizó cambios en sus actividades, al igual que 52.1% de los hombres que argumenta lo mismo (cuadro 6). La actividad que más dejó de realizar la mujer por temor a la violencia fue salir de noche (gráfica 7).

Conclusión:
Gracias a la investigación documental y de campo que se realizó fue posible conocer, reconocer y analizar la interacción en el espacio público y la vida cotidiana de las mujeres del municipio de Tepic, Nayarit.

La realidad que viven muchas mujeres del municipio de Tepic se aprecia en la encuesta aplicada: las mujeres señalan sentirse mayormente inseguras en los lugares públicos que en los privados, es por ello que el 75.6% manifiesta que siente mayor seguridad en casa; sin embargo, esto no es del todo cierto dado que datos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Nayarit señalan que, de los  tipos de robo,  el robo a casa-habitación es el que tiene mayores incidencias, en el año 2010, en el municipio de Tepic se presentaron 132 casos, para el 2011 fueron 110 y de enero a abril del 2012 ocurrieron 44 sucesos; ello permite suponer que las más propensas a ser víctimas de este delito son las mujeres por ser las que principalmente permanecen en casa.

En la mayoría de las encuestas realizadas en la investigación de campo, las mujeres dijeron ser “Ama de Casa” y reconocen al esposo como jefe de hogar y el proveedor principal. En algunos hogares mencionaban que las mujeres que tenían trabajo en un horario “peligroso” o en un sitio “inadecuado”, debido a la creciente ola de inseguridad, muchas de ellas pedían cambio de horario y otras abandonaron el trabajo para volver a casa y salvaguardarse de la violencia pública. Al volver al hogar las mujeres deben desempeñar las tareas domésticas para “ayudar” al bienestar familiar, reforzando así, los roles de género socialmente impuestos.

Los niveles alarmantes de violencia que alcanzó el estado en los últimos tres años, orilló a muchas personas a modificar las actividades cotidianas. Entre los grupos más sensibles encontramos a las mujeres; son ellas las que por su “natural” vulnerabilidad corren más peligro “fuera del hogar”. Cuando se preguntó por el nivel de inseguridad que sentían, las mujeres respondieron pensando en la delincuencia pública; no externaron sentirse inseguras en casa, donde también existe violencia doméstica. Ésta última se sigue considerando en muchos casos como algo privado, por lo tanto, se naturaliza y se invisibiliza.

Cuando las mujeres, a causa de factores externos, se ven orilladas a volver a su ámbito familiar, pierden libertad de decisión y acción. Al depender del esposo o padre deben obedecer, subordinarse y aceptar estar confinadas a las tareas de reproducción del hogar y la familia.

Socialmente se piensa que el hecho de que las mujeres estén en el hogar es para protegerlas, pues ahí  tienen las “facilidades y comodidades” necesarias, la única condición es atender el hogar y permanecer en él. Ya sea por costumbre, circunstancia o imposición, cuando a las mujeres se les limita al hogar se impacta en el desarrollo de sí mismas como personas, es por eso que en diversas ocasiones en aras de la protección hacia las mujeres se pasa al control de las mismas.

Para abonar en que esto no suceda se deben establecer nuevas formas de relaciones donde la equidad y la cultura de paz imperen tanto dentro del hogar como en los espacios públicos.

Bibliografía

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1 Profesora investigadora adscrita a la dirección de Fortalecimiento de la Investigación, Universidad Autónoma de Nayarit, correo electrónico:  fabiolagr@gmail.com

2 Egresada de la Licenciatura en Comunicación y Medios de la Universidad Autónoma de Nayarit

3 Egresada de la Licenciatura en Comunicación y Medios de la Universidad Autónoma de Nayarit

4 Egresado de la Licenciatura en Comunicación y Medios de la Universidad Autónoma de Nayarit