PRINCIPIOS DE ECONOMÍA VITAL

PRINCIPIOS DE ECONOMÍA VITAL

Mario Blacutt Mendoza (CV)

La sociedad sería una corporación transnacional

“Del mismo modo que un ama de casa, la Sociedad debe encontrar alguna manera para decidir que tareas deberán hacerse y quiénes lo harán. Necesita gente para que produzca comida, ropa… Una vez que la sociedad ha asignado a la gente a diversas tareas, también debe asignar los bienes y servicios producidos. También decidirá quién habrá de comer caviar y quién comerá papas. Debe decidir quién conducirá un Ferreari y quién tomará el omnibus”.

La idea de que la  “sociedad” decide quién comerá caviar y quién, papas, ya sería extraña en la época de Sócrates, cuando “la polis” se reunía para decidir sobre aspectos comunitarios. Ni aun una sociedad comunitaria propiciada por los socialistas utópicos como Fourier, Blanc, Saint Simon… podría hacer una afirmación como ésa, sobre todo, en una fase de capitalismo maduro en el que la competencia por los mercados es realmente feroz. Para traerlo a la realidad de este mundo, tomemos al azar, cualquier ensayo actual cuyo tema se orienta al poder de las corporaciones transnacionales; por ejemplo ¿Quién controla la economía mundial? El poder de las transnacionales de Alberto Garzón E.

“No cabe ninguna duda de que hay una relación directa entre las entidades que concentran el poder económico y político, en la medida que han aprovechado la debilidad autoimpuesta por los Estados por medio de las privatizaciones y desregulaciones, la responsabilidad en la crisis financiera y los beneficiarios del intento de salir de la crisis. Podemos decir, con los datos en la mano, que las entidades financieras son quienes controlan la economía mundial. Pero lo hacen sin necesidad de recurrir a conspiraciones oscuras, porque es la propia dinámica del sistema económico capitalista la que explica que estos sujetos económicos, las empresas transnacionales y su red, operen de acuerdo a una lógica que les lleva a defender sus intereses. Intereses que son antagónicos con los de los ciudadanos, de modo que su propia dinámica lleva al incremento de la explotación sobre los más desfavorecidos. La expresión contemporánea de la dominación económica y política de los países industrializados sobre el Tercer Mundo, apropiándose de fuentes de materias primas, controlando mercados exteriores, eliminando empresas competidoras locales, aprovechando los bajos salarios de los países en desarrollo para su beneficio, drenando las reservas por excesiva remisión de utilidades, distorsionando la producción con tecnologías inapropiadas que imponían a los países receptores, conjuntamente con el modelado, a través de la presión publicitaria, de patrones de consumo inadecuados para el estadio de desarrollo de estos países. Se les criticaba, asimismo, por inmiscuirse en la política interna de los países en desarrollo”. El conocimiento de la forma en que las corporaciones manejan sus empresas anula de raíz cualquier intento de otorgar a la “sociedad” las decisiones empresariales.