Germán López Noreña
UNIVERSIDAD SANTIAGO DE CALI
gerlopno@yahoo.com
Sin duda alguna la confianza juega un papel de suma importancia en los logros y el éxito personal, organizacional y empresarial. No obstante conocerse un cúmulo de literatura relacionada con ella, el propósito del presente trabajo está direccionado al de aportar a la discusión académica alrededor de esta temática.
En lo que respecta a la definición del concepto de confianza, en verdad existen un gran cúmulo de aproximaciones desde diferentes vertientes disciplinares, más no ha sido posible aún en los albores del siglo XXI el podérsele establecer, constituyéndose en la actualidad un campo epistémico difuso.
En pos de dilucidar algunos aspectos de la complejidad subyacente del concepto confianza en su articulación con el campo organizacional y empresarial, se parte en este libro estableciendo una serie de cuestionamientos, tales como, su posible naturaleza epistemológica, de su operacionalización y su accionar en las organizaciones y en las empresas, del cómo se construye, de su importancia en los campos ya mencionados, y del cómo medirla.
Además de repensar algunos ensayos escritos por estudiosos de esta temática, merece mención especial el intento de abordaje teórico realizado desde el paradigma ecológico del trabajo investigativo de Fritjof Capra y otros prominentes investigadores que han aportado a este programa de investigación del físico austriaco.
Finalmente, se hace mención al intento de creación de un modelo integral por parte de un grupo de investigadores para la evaluación de la confianza en lo organizacional; pensada inicialmente desde las definiciones de confianza de varios autores, y la elaboración de instrumentos de recolección de información, permitiendo la emisión de juicios fundamentados en tres dimensiones de la misma: competencia, sinceridad e integridad de las personas componentes de una organización.
En el  libro se asume la noción de campo en la perspectiva teórica de Pierre Bourdieu.  Siendo importante aclarar que en la sociología de Pierre Bourdieu, un campo es  un espacio social de acción y de influencia en el que confluyen relaciones  sociales determinadas. Estas relaciones quedan definidas por la posesión o  producción de una forma específica de capital, propia del campo en cuestión. Cada  campo es —en mayor o menor medida— autónomo; la posición dominante o dominada  de los participantes en el interior del campo depende en algún grado de las  reglas específicas del mismo. El conjunto estructurado de los campos, que  incluye sus influencias recíprocas y las relaciones de dominación entre ellos,  define la estructura social. 
    Campo como Lucha. Un campo es un sector determinado de la actividad  social (estructuras simbólicas); ejemplos específicos de campos analizados por  Bourdieu o sus discípulos han sido el arte, el sistema educativo, los medios de  comunicación de masas o el mercado de la vivienda. En cada uno de estos  sectores, los individuos participantes desarrollan actividades —como por  ejemplo la producción de obras de arte o la gestión de galerías de arte, pero  también la crítica artística, la visita a museos, las conversaciones sobre arte  o la posesión de objetos más o menos artísticos— en las que ponen en juego los  recursos de los que disponen —sus habilidades para hacer, entender o apreciar  lo artístico—, buscando obtener los bienes que sólo este campo específico puede  proveer. 
    La noción de campo está  fundada sobre la teoría marxista de que la sociedad está definida por la lucha  de clases; aunque se aparta en numerosos puntos cruciales del marxismo,  Bourdieu conserva el principio de que las divisiones sociales no son posiciones  contínuas sobre una gradación numérica —en que los ricos se distinguirían de  los pobres simplemente por poseer una mayor cantidad de dinero— sino relaciones  estructuradas entre distintos roles en las actividades de producción,  distribución y consumo, que se determinan mutuamente. La forma específica de  esas determinaciones está dada por las reglas o principios del campo. 
    Habitus y capital. De acuerdo a estas reglas se desarrolla la  actividad en el campo, que funciona como un mercado en que los actores compiten  por los beneficios específicos del campo. Esta competencia define las  relaciones objetivas entre los participantes, que están determinadas por el  volumen de capital que éstos aportan, por la trayectoria que han recorrido en  el interior del campo y por su capacidad para aplicar las reglas del campo. La  capacidad de los individuos de hacer uso efectivo de los recursos con los que  cuentan es una función de la adaptación de su habitus al campo en cuestión; el  habitus, otra noción clave de la sociología de Bourdieu, es el sistema  subjetivo de expectativas y predisposiciones adquirido a través de las  experiencias previas del sujeto. 
    El capital operativo en  cada campo es el conjunto de todo aquello que puede ser utilizado para obtener  una ventaja en el mismo; el capital, en consecuencia, es un producto del campo,  y no
    existe fuera de él. Las  distintas especies de capital obran efectos en campos distintos; los campos  están definidos por las relaciones de fuerza que el capital ejerce, y por las  acciones de los sujetos para conservar y adquirir capital. 
    Sistema, red e institución. El carácter sistemático de la  estructura del campo se expresa en que los bienes que se ponen en juego en él  no existen sino por la existencia del campo (no hay, por ejemplo, tal cosa como  el prestigio o el estatus fuera de una determinada organización social). El  campo preexiste, en un sentido lógico, a los individuos que lo integran, del  mismo modo que en la teoría estructuralista o en la Gestalt. 
    Aunque todas las relaciones  sociales se ejerzan en el interior de un campo —como por ejemplo el campo  educativo, el campo artístico o el campo económico— un campo no se identifica  sin más con la red de relaciones en que los individuos participan, sino que se  define estructural y formalmente por las relaciones objetivas entre las  propiedades y las trayectorias de los mismos. Así, individuos que no tienen  contacto directo pueden estar objetivamente ubicados en posiciones similares  dentro de la estructura del campo. 
    No todos los campos se  expresan en una institución visible para los que participan en él; existen  campos donde el nivel de institucionalización es bajo —como el del arte, donde  las reglamentaciones establecidas para definir la competencia tienen poco lugar  en señalar quien es o no es un artista—, mientras que otros, como el de la  medicina, están fuertemente reglados.