BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LOS MEDIOS Y LA AUDIENCIA EN LA SOCIEDAD GLOBALIZADA

Amaro La Rosa Pinedo




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La globalización de la identidad

Como ya lo hemos manifestado previamente, la globalización se hace evidente en una sociedad caracterizada por la modernidad, donde las exigencias que se formulan al individuo son naturalmente mucho más complejas que en una sociedad tradicional, lo que también se expresa en el caso de la identidad. Para el criterio de Mehranian (1983) el hombre de la sociedad moderna enfrenta tres conjuntos de identidades que se complementan y compiten entre sí:

1. Identidad primordial: Incluye las fuentes básicas de identidad; esto es, raza, sexo, edad, idioma y cultura

2. Identidad de status: Derivada de la clase social y el status profesional.

3. Identidad civil: Involucra abstracciones ideológico - políticas globales que definen el status civil como ciudadano.

En la sociedad contemporánea los medios de comunicación, y especialmente la televisión tienen una particular influencia sobre la identidad nacional. A nuestro entender y tal como lo hemos manifestado en un trabajo previo (La Rosa, 1996), esta ingerencia es tanto mayor por cuanto la sociedad otorga un rol de creciente significación a las actividades de comunicación e información, tal como puede colegirse del rango que ocupa actualmente entre las actividades de producción y servicios.

La Comisión Internacional sobre Problemas de Comunicación (1980) encuentra una marcada interdependencia entre cultura, comunicación e identidad nacional, enfatizando en que millones de seres en todo el mundo tienen como « menú » diario a los medios de comunicación, que modelan su experiencia cultural, y tienen tanta mayor importancia por cuanto no solamente transmiten cultura; sino que crean su propio contenido. Insiste sobre el particular, en la amenaza que para la identidad revisten las influencias de patrones culturales ajenos, que implican tanto un sistema de normas y valores como modalidades de comportamiento funcionales a éstos.

Ahora bien, en la época de la globalización de las comunicaciones se va configurando una identidad sustancialmente distinta, donde lo foráneo, lo transnacional, se engarza íntimamente con lo propio. Se estructura así una identidad, caracterizada por el sincretismo que reúne ciertos rasgos homogéneos a nivel internacional, unidos con algunos rasgos locales. Y ello es explicable en parte por la circunstancia de estar sometidos a estímulos similares provenientes de los mass media y por otra parte a que en el propio contexto se enfrentan con paisajes urbanos similares, con estilos arquitectónicos estandarizados, centros comerciales, supermercados, grandes paneles comerciales, etc.

Ya no puede hablarse ahora en forma demasiado simplista acerca de lo que los antropólogos denominaron hace varias décadas préstamos culturales, puesto que si hacemos un recuento de lo sucedido en los últimos años, nos encontramos con que prácticamente todas las sociedades “debemos” culturalmente un sinnúmero de elementos que no son atributos exclusivos de alguna otra sino que realmente pertenecen a un mundo globalizado Esta situación puede explicarse partiendo del principio homeostático según el cual toda cultura para mantener su equilibrio, realiza intercambios con las culturas con las que interactúa.

En consonancia con lo anteriormente citado, estimamos que en la era de la aldea global la identidad supondría:

1. Identificación con los patrones culturales de la modernidad difundidos a través de los medios masivos, y que son propios de una sociedad sin fronteras donde se mantienen en vigencia criterios normativo-valorativos relativamente homogéneos.

2. Percepción de sujeto colectivo (mundo) Cada vez más el ser humano se siente parte de la sociedad planetaria, de una comunidad muy amplia donde se comparten cualidades comunes, saberes y quehaceres que condicionan su integración; contribuyendo a solidificar la cohesión con este conglomerado mundial. Ello se explicaría en líneas generales por el debilitamiento del estado-nación y el fortalecimiento del estado-mundo.

3. Aceptación de la influencia del grupo de referencia: Esto es, el individuo admite la influencia de los patrones normativos homogenizados a escala planetaria, que observa como elementos relativamente constantes de su existencia en una sociedad moderna, que cuenta con los medios de comunicación como variable fundamental para la difusión del pensamiento y de los patrones culturales.

Estos rasgos, que por cierto se pueden observar en quienes están plenamente integrados a la modernidad, y especialmente entre los jóvenes de las grandes urbes, constituye aquella identidad globalizada, que los hace similares a sus pares de otras sociedades, por más distantes que éstas se encuentren; lo que no deja de lado por cierto que posean peculiaridades ligadas con su entorno sociocultural propio. A nuestro entender esto significa que no desaparece la identidad nacional, pero en todo caso supone que se transforma involucrando necesariamente estos rasgos globalizados.


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