BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

MIGRANTES E INDÍGENAS: ACCESO A LA INFORMACIÓN EN COMUNIDADES VIRTUALES INTERCULTURALES

Eduardo Andrés Sandoval Forero y Ernesto Guerra García


 


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La sociedad de la información

Para acercarnos al objeto y método de los estudios sociales de comunidades virtuales, es necesario presentar unas líneas sobre los elementos fundamentales que dan forma a la SI, esta sociedad que cada vez más depende de la capacidad de transmitir información y de transformarla en conocimiento. Dada la gran afluencia de nuevos conceptos y sus variados significados que relacionan a emergentes subdisciplinas del quehacer social, se torna emergente delinear sus acepciones.

La SI es la manifestación de un tipo de modelo social originado a partir de los cambios de organización que surgen de acuerdo a los diversos modos de producción que han existido a través de la historia, se encuentra relacionada con los procesos técnicos y económicos de cada época (Reusser, 2003). De acuerdo al libro verde de la Sociedad de la Información de Portugal se señala que:

El término Sociedad de la Información se refiere a una forma de desarrollo económico y social en el que la adquisición, almacenamiento, procesamiento, evaluación, transmisión, distribución y diseminación de la información con vistas a la creación de conocimiento y a la satisfacción de las necesidades de las personas y de las organizaciones, juega un papel central en la actividad económica, en la creación de riqueza y en la definición de la calidad de vida y las prácticas culturales de los ciudadanos (Missión for information society, 1997).

Este tipo de sociedad aparece como resultado de procesos y cambios ocurridos principalmente en los modos de producción del sistema capitalista. De manera muy general, los antecedentes de la SI devienen de la sociedad industrial norteamericana con las líneas de montaje en serie de Ford y las cadenas de producción de Taylor, además del uso de una gran cantidad de mano de obra no calificada capaz de operar los distintos módulos de la producción manufacturera de principios del siglo XX. Posterior a esta sociedad industrial, surge otra que sustituye la producción de bienes por la producción de servicios, los cuales fueron adaptándose de manera paulatina a la automatización de la producción, de manera que cada vez se requería de un número menor de mano de obra para organizar la producción, esta es, de manera general, la característica principal de la sociedad postindustrial que aparece como consecuencia de una diversificación del consumo y producción de bienes y servicios.

En este sentido, la sociedad postindustrial de Bell (1994) es en sí, una SI o al menos es una aproximación muy cercana. Daniel Bell identificó al conocimiento como el recurso principal para el control social y para las innovaciones en términos de la producción durante el llamado post capitalismo. Esa etapa posterior al capitalismo esta dominada por nuevas clases sociales que han tomado el lugar de los industriales capitalistas y ha otorgado el control a los técnicos y profesionistas; los ingenieros y los científicos son ahora quienes ocupan la jerarquía más alta en la escala social de la SI (Muriel, 2005: 24). En otras palabras, en la SI los medios de producción han pasado a ser dirigidos por técnicos y profesionistas especializados que utilizan la información como materia prima de producción.

Un elemento central de la SI es la conjunción entre información, conocimiento y los avances tecnológicos que permiten la comunicación o transmisión eficiente de éstas (Méndez, 2005 y Reusser, 2003). Se considera que son estos los tres pilares sobre los que se sostiene y del grado de articulación que exista entre ellos dependerá la situación de avance o retraso de un país, una sociedad o un grupo social en particular, en el contexto de la ciencia, la tecnología y la información.

El centro de la innovación tecnológica está en el desarrollo de la llamada informática computacional, las computadoras y el trabajo mental elaborado mediante su uso, han sustituido en unos casos y en otros redimensionado el poder de los motores, la maquinaria, las herramientas, la gran industria y la fuerza de trabajo, características del modo de producción de las sociedades industriales.

No es que la SI haya anulado o desaparecido la industria, lo novedoso es que en la SI se presenta un uso regular y consistente de información y conocimientos mediados por la tecnología que han revolucionado los sistemas industrial, comercial, financiero y agrícola capitalistas.

Es determinante para la SI el soporte tecnológico para su desarrollo e impacto en la sociedad (Ranguelov, 2002: 4), básicamente se necesita de una plataforma que sea utilizada a manera de puente para vincular todo el conjunto de avances tecnológicos con el aparato productivo y con población de la SI. Las NTIC son el conjunto convergente de tecnologías de la microelectrónica, la informática (máquinas y software), las telecomunicaciones/televisión/radio y la optoelectrónica (Castells, 1999: 56).

Las NTIC son precisamente las encargadas de ofrecer la posibilidad de acceso al mundo creado desde la SI, estas tecnologías han contribuido de manera definitiva a la descentralización de las actividades productivas y a la aparición del llamado "trabajo inmaterial" que involucra la manipulación de conocimiento e información (Quintanar y otros, 2001: 14). Es importante señalar que su capacidad de penetración y dispersión tiene mucho que ver con los códigos que se utilizan para transmitir la información, particularmente de una "digitalización común" que permite estandarizar los códigos bajo los cuales la información se genera, se almacena, se recobra, se procesa y se transmite (Castells, 1999: 56).

La transmisión de información bajo códigos estándares permite que sea, por lo pronto, la Internet el vehículo más eficaz para la comunicación y almacenamiento de datos. Estos datos son digitalizados para permitir su intercambio, donde la digitalización no es más que la conversión de información física (papel, pintura, fotografía) y analógica (música, video) a un estándar capaz de ser procesado mediante computadoras y transmitido por redes, es decir en traducir datos de textos, imágenes, sonidos, programas de radio y televisión, etc. a un lenguaje binario, constituido sólo por los dígitos cero y uno (0 y 1). Esta sintética forma de codificar la información tiene como antecedente más cercano a las tarjetas perforadas utilizadas durante el taylorismo para programar, mediante ceros y unos, el funcionamiento de la máquina en la cadena de producción.

Para Castells (1999) el término informacional implica una forma de organización social en la que la generación, el procesamiento y la transmisión de la información se convierten en una de las fuentes fundamentales de la productividad y el poder en una sociedad, debido a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen en este periodo histórico-cultural.

El concepto "Sociedad de la Información" pretende dar un reconocimiento al conjunto de posibilidades que ofrece la Internet como parte esencial de la comunicación contemporánea. Las NTIC son las herramientas de las que se vale la SI; se trata de sistemas utilizados para la comunicación, la información o la informática, que se fusionan y convergen en un sólo punto, formando así la poderosa red de redes. Dicho de otro modo, la SI concentra métodos de comunicación e información existentes para ser manipulados a través de instrumentos tecnológicos. La tendencia a la universalidad de la red y sus efectos en la comunicación y en la cultura informativa se constituyen en objeto de estudio de las ciencias sociales.

Sin embargo, los tratados sobre el tema son nacientes y escasos. Aun cuando existe cada vez un mayor interés en los ámbitos políticos y académicos, no se ha logrado -aunque se busca- una especialización o convergencia de opiniones, como lo declaran expertos de la empresa Telefónica de España en el informe La Sociedad de la Información en España (2002): "en realidad se trata todavía de un terreno poco firme, con nuevos conceptos que no están suficientemente asentados, con la carencia de un modelo plenamente definido en el espacio político, y con descripciones y análisis globales que en ocasiones resultan contradictorios".

El proceso irreversible que conlleva la Internet dentro de las sociedades actuales incluye aspectos tan importantes como el conocimiento, la creatividad y, por supuesto, la información, además de influir en industrias como la electrónica y la robótica, y ser, por lo tanto, un aspecto primordial en el desarrollo económico y sociológico de la humanidad. Se habla de que estamos viviendo la aparición de un nuevo esquema social en la historia del hombre, lo que ha sido denominado la "tercera ola". La primera basaba su economía en la agricultura (S. XXX a.C. - S. XVIII d.C.), la segunda hace referencia a la era industrial (S. XVIII - 1960), y en la SI nos valemos de la informática y las tecnologías digitales como un motor en el desarrollo de esta generación.

Las razones por las que las NTIC adquirieron un supervalor en el mercado capitalista suelen ser demostradas no sólo por las exponenciales ganancias económicas que conlleva su adecuada explotación sino también por su potencial en lo social y político, con la apertura de los canales de expresión con que cuenta ya gran parte de la sociedad, venciendo en muchos sentidos limitantes geográficas y logrando enormes ventajas a nivel global y particular. No obstante, estos beneficios acarrean consecuencias antagónicas con sectores mayoritarios de la población, que acrecienta la desigualdad y la iniquidad socioeconómica y comunicacional de individuos y países.

Nos referimos al preocupante crecimiento de la llamada "brecha digital", que no es otra cosa que el rezago existente en un porcentaje considerable del mundo en cuanto a acceso y aprovechamiento de la Internet, como medio de crecimiento económico y cultural. La alarma comienza desde un punto básico: el uso de las tecnologías digitales se ha convertido en una forma emergente de exclusión a distintos sectores. Es así como estas tecnologías, por un lado ayudan a lograr una democratización en el uso de distintos recursos, cierran, por otro, innumerables posibilidades de crecimiento a las personas que, por diversas razones, son ajenas al ciberespacio. Así, hablamos ahora de una nueva manera de diferenciación social y centralización del poder que sustenta sus mecanismos en un injusto acaparamiento de los recursos tecnológicos por parte de intereses políticos o mercantilistas, cuando en realidad los principios con los que fue diseñada la red de redes son los de universalidad y libertad de expresión.

Estas tecnologías de información y comunicación no se encuentran disponibles para todos, una de las características de la SI es que el avance en las innovaciones no existe para determinados colectivos e individuos que no cuentan con los recursos necesarios económicos y la infraestructura para adquirir y utilizar este tipo de tecnologías¸ por otro lado podemos observar que si bien es posible su acceso, no se cuenta con el conocimiento básico para su uso y la consecuencia de esta diferenciación en términos de acceso se manifiesta en el "analfabetismo digital" y en la llamada "brecha digital". En este sentido, la brecha digital es la separación que existe entre las personas (comunidades, estados o países) que utilizan las NTIC como una parte rutinaria de su vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas y que, aunque lo tengan, no saben cómo utilizarlas (Felicié, 2003: 07).

Con relación a esta situación de desigualdad, Manuel Castells menciona que esta brecha digital genera "agujeros negros" entre quienes acceden a las NTIC y quienes se quedan fuera, estos agujeros existen dentro de las mismas regiones territoriales y dentro de las mismas fronteras de los estados sin importar si se les considera desarrollados o subdesarrollados, del norte o del sur (Castells, 1999).

Materias tan importantes como la educación y el acceso al conocimiento dependen cada vez más de una computadora y una conexión telefónica (elementos básicos que para muchas poblaciones no son considerados prioridad). Esto deriva en un círculo vicioso: mientras que se espera que las NTIC sean una fuerte arma para combatir el analfabetismo, la misma falta de educación es una de las barreras fundamentales que amplían la brecha digital.

Por supuesto, el atraso tecnológico va directamente ligado con el atraso socioeconómico que hay desde la era industrial en numerosas naciones. La carrera permanente entre regiones del primer mundo y las llamadas subdesarrolladas se vuelve cada vez más desigual, entre otras razones por la delantera que los primeros llevan en antigüedad e infraestructura, causas por las cuales han adquirido los terrenos más privilegiados del ciberespacio. La difusión de estas tecnologías desde los países de origen ha sido lenta e irregular, así como el proceso de digitalización de los países en vías de desarrollo: en el año 2004, sólo el 8% de la población de América Latina tenía acceso a Internet, y el ancho de banda de toda Latinoamérica era similar a la de la ciudad de Seúl, Corea (CEPAL, 2003).

Es obvio que de estos privilegios están excluidos de manera general los pobres y marginados de la sociedad; ya que las estadísticas hablan de una concentración de los sistemas informáticos en las ciudades, dejando de lado las zonas rurales y discriminando, como es costumbre, a los indígenas y otros grupos vulnerables. Por otro lado, el uso que se la da a Internet en América Latina se reduce a información general y entretenimiento; aún no ha cuajado una cultura que potencialice todos los campos del quehacer social, económico, cultural, político y lingüístico en línea, que sea de trascendencia para coadyuvar a la solución de los múltiples problemas y deficiencias existentes.

El problema se incrementa cuando, además de las limitantes socioeconómicas, los países carecen de una buena estrategia de penetración tecnológica en la población. La poca experiencia de los gobiernos y la falta de políticas que los convenzan de la importancia de no quedar atrás en estos aspectos se traducen en pocos programas de equipamiento informático y deficientes campañas de capacitación en el uso de Internet. Un ejemplo del buen aprovechamiento de los recursos económicos (aun cuando son escasos) se puede ver en países como Chile y Perú, donde existe un promedio óptimo de conectividad, a pesar de no contar con un ingreso per cápita notable. En contraste, México ocupa el lugar 47 en cuanto a aptitud de aprovechamiento de las tecnologías de información, a pesar de ser la novena economía a escala mundial por el tamaño de su producto interno bruto (Villamil, 2003).

Por ello, investigadores e intelectuales de todo el mundo coinciden en la urgencia de lograr una verdadera SI global. El tema ha sido tratado desde el punto de vista de los derechos humanos, y no pocas veces los grupos excluidos y marginados de la tecnología como los indígenas, han alzado la voz para reclamar su derecho a un total acceso a las NTIC.

Los datos de 2007, emitidos por Internet World Stats (2008), ilustran cuantitativamente las presencias y las ausencias de los grupos étnicos y de idiomas no hegemónicos: existen 1,173,109, 925 de usuarios de Internet en el mundo. De éstas, el 31.2% lo hace en inglés, el 15% en chino, 8.7% en español, 7.4% en japonés, 5% en francés 5%, 4% en portugués, 2.9 en coreano, 2.7 en italiano y en árabe 2.5%. El resto de las lenguas del mundo constituyen el 16% del total de usuarios de Internet.

Según Internet World Stats (2008), Estados Unidos es el país con el mayor número de usuarios en el mundo, presentando un factor de penetración (FPI) de 69.6, es decir que cerca del 70% de su población tiene acceso. El correspondiente a América Latina y el Caribe es de tan sólo el 13.3%; y en el caso de México el 16.4%, ocupando el lugar número 13 de la lista de los 20 países con más usuarios de Internet..1

Los hispanohablantes constituyen el tercer grupo más grande de Internet, desplazando de este puesto a los japoneses el año pasado. La población indígena en el mundo se estima en más de 400 millones de personas y ninguno de sus idiomas se registra en la red. Los indios seguirán luchando por tener su propio territorio en el ciberespacio y gozar del uso de las nuevas tecnologías.

En la disertación inaugural del programa de doctorado sobre la SI y el conocimiento "Internet y la sociedad red", de la Universitat Oberta de Catalunya, en respuesta a la autopregunta ¿cuál es la geografía de Internet?, Manuel Castells dijo:

La geografía de los usuarios hoy día se caracteriza todavía por tener un alto nivel de concentración en el mundo desarrollado. En ese sentido, digamos que las tasas de penetración de Internet se acercan al 50% de la población en Estados Unidos, en Finlandia y en Suecia, están por encima del 30-35% en Gran Bretaña y oscilan entre el 20-25% en Francia y Alemania. Luego está la situación española en torno a un 14%, Cataluña un 16-17%. En todo caso, los países de la OCDE en su conjunto, el promedio de los países ricos, estarían, en estos momentos, en un 25-30%, mientras que, en el conjunto del planeta, está en menos del 3% y, obviamente, si analizamos situaciones como la africana, como la de Asia del sur, está en menos del 1% de la población (Castells, 2005: 209).

México en particular se inscribe dentro de la tendencia de los países con menor desarrollo en el uso de las NTIC. La Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI)2, el 17 de mayo de 2009, en la celebración del Congreso Día de Internet "Oportunidad en Tiempo de Crisis", reportó que más de 27.6 millones de mexicanos se encuentran conectados a Internet, a través de un total de 11.3 millones computadoras con acceso a Internet. El 93% de las cuentas de acceso a Internet son de Banda Ancha; 6 de cada 10 jóvenes entre 12 y 19 años son usuarios de Internet; el tiempo de conexión a Internet en México es de 2:54 hrs. en promedio y el "e-prime time" (lapso con el nivel más alto de conexión) es de 4:00 a 6:00 pm.


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