BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

MIGRANTES E INDÍGENAS: ACCESO A LA INFORMACIÓN EN COMUNIDADES VIRTUALES INTERCULTURALES

Eduardo Andrés Sandoval Forero y Ernesto Guerra García


 


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En busca del territorio digital

A pesar de las dramáticas condiciones en que subsisten los indígenas, algunos sectores minoritarios han ganado terreno dentro del ciberespacio, debido al uso de las NTIC. Por ello, el analista Óscar Del Álamo (2003) nos llama la atención sobre las diversas páginas web creadas para demandar la igualdad de derechos y la mejora en las condiciones de vida de las poblaciones indígenas; las cuales han servido, entre otras, para crear un espacio de conocimientos y experiencias compartidas entre pueblos indígenas y no indígenas de diferentes países.

Distintas son las páginas web que los indígenas han elaborado no sólo para tener presencia en la red, sino para reivindicar derechos como pueblos, cultura, identidad, y reconocimiento de sus derechos colectivos. La lucha por la paz con justicia, democracia, libertad y dignidad, que para el caso indígena necesariamente tiene que ser a través de la resistencia activa y pacífica, llegó a Internet, y la difusión de su cosmogonía cada vez se hace más presente con mayor trascendencia entre ellos, y también entre los mestizos. En este sentido, muchos indígenas han incorporado el uso de las NTIC a sus diversas labores, lo que sin duda servirá, y con creces, al rescate y difusión cultural, a la preservación lingüística, a la promoción de sus artes, y a las denuncias de los atropellos que sufren de manera constante.

El acceder al territorio digital implica para los indígenas también acceder a condiciones mínimas que superen la lacerante situación de pobreza, pues sin ello, el territorio digital no deja de ser otro mito más, pero en tiempos de la globalización. Y es que a diferencia de otros medios informativos, Internet exige de los usuarios inversiones en conocimientos básicos, equipos e infraestructura mínima.

Dejando de momento de lado los conocimientos mínimos, de entrada hace falta que disponga de una línea telefónica, a la cual hay que sumarle un ordenador a la red telefónica; una serie de programas informáticos y un servidor que proporcione el servicio. Y, claro está, tener algo que damos por descontado que todo el mundo tiene: suministro eléctrico. Ocurre muy a menudo que tendemos a olvidar que no todo el mundo vive como nosotros (De Cózar, 2002: 292).

Para la mayoría de las poblaciones indígenas la carencia de servicio básicos como luz y agua son la constante, a lo cual se le puede sumar, entre muchas otras condiciones de marginalidad, el analfabetismo real, que los mantiene en la exclusión total dentro de sus mismos países, y del resto del mundo.

La educación y el acceso al conocimiento dependen cada vez más de una computadora y una conexión telefónica, elementos básicos que en muchas esferas no pueden ser considerados prioridad. Esto deriva en un círculo vicioso: mientras que se espera que las NTIC sean una fuerte arma para combatir el analfabetismo, es la misma falta de educación una de las barreras fundamentales que amplían la brecha digital, con mayor incidencia en los pueblos indígenas.

Ante esas condiciones adversas, caracterizadas por la miseria y la exclusión, se nos presenta de manera loable la presencia de los indígenas en Internet, y dentro de todo ello, el desarrollo de contenidos en idiomas indígenas. Un ejemplo de los muchos que abunda es el de un indígena otomí (Querétaro, México) que desarrolló el primer navegador dirigido a su etnia para traducir textos del español al nhañhú, que incluye dentro de un sitio web un diccionario Ñhañhú-español, que será utilizado en las aulas de algunas zonas con el propósito de rescatar y difundir la lengua indígena.

En Guatemala también han producido software de traducción a idiomas mayas y guías virtuales de autoaprendizaje para la traducción, así como diverso material educativo de literatura universal y maya, elaborado por alumnos y docentes. En Perú, el Centro Cultural Indígena Chirapaq, ha contribuido con la difusión y elaboración de diversos materiales sobre los derechos de los pueblos indígenas en soportes digitales, siendo relevante la producción relacionada con el sentir y el pensar de las mujeres indígenas dentro de la perspectiva de construir una sociedad plural y justa.

En esta constelación tecnológica de la comunicación e información, se presenta también la dimensión identitaria, que, dada sus expresiones culturales y de proyección política se constituyen en ejes de la actividad cibernética indígena. El pretender un territorio digital alude en su más profunda significación a por lo menos tres aspectos interrelacionados del batallar de estos pueblos: inclusión en la SI; autonomía que trascienda a la red; y democracia interétnica, a partir de una cosmovisión que tiene como matriz el territorio, la comunidad y la cultura con sus diversos significados simbólicos, entrelazados ahora en el mundo del espacio virtual con sus representaciones digitales de la identidad. Esa lucha y esperanza por un territorio digital indígena, se expresó de diferentes maneras, formas, palabras, tonos y lenguas en el Primer Taller Indígena de Tecnologías de Información y Comunicación, auspiciado por la Comisión de Desarrollo Indígena y la UIT, realizado en la ciudad de México del 20 al 30 de noviembre de 2005. En el Taller, una indígena purepecha de México, manifestó: "Tenemos que tener nuestro propio territorio digital, es infructuoso sembrar en tierra ajena, hay que tener territorio indígena autónomo".

La concepción de las NTIC, su utilización e implementación y, sobre todo, el relativo éxito que han demostrado las diferentes prácticas desarrolladas en el interior de algunos grupos indígenas invitan a la reflexión sobre sus propias especificidades culturales, a partir de recrear sistemas de información que transitan la oralidad, las imágenes, los símbolos, la narrativa, el cuento y la poesía en hipertexto y diversos programas interactivos.

Un aspecto importante del uso de las NTIC por parte de los indígenas ha sido la utilización para denunciar la represión a que son sometidos en muchas de sus comunidades, la coordinación de movilizaciones, la difusión de sus plataformas étnicas, la divulgación de diversos eventos sociales y culturales, y las distintas coberturas que emplean en la red para reafirmar sus culturas e identidades como indígenas.

En los últimos treinta años se ha presentado un resurgir del movimiento indígena en América Latina, mismo que también ha reivindicado junto a las demandas sociales el derecho a la diferencia cultural y al uso de las NTIC. En México no solamente han sido usadas por parte del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), sino también por muchas otras organizaciones que han proyectado sus demandas étnicas y su diversidad cultural a través del Internet. Los zapatistas empezaron a utilizar Internet en 1994 con el objetivo de denunciar la discriminación, la exclusión, el racismo y la represión ejercida por el Estado y los terratenientes contra los indígenas, así como las condiciones de miseria en que los nativos se debaten. Con sobrada razón, en el año 2000 el diario catalán La Vanguardia, en su edición del 4 de diciembre, afirmaba que "el levantamiento indígena no hubiera sido lo mismo sin su impacto internacional en la era de la globalización".

Los indígenas han incursionado y se han venido apropiando de otra forma de comunicación distinta a la tradicional, a la establecida cara a cara, en la que predomina la oralidad. Sin duda, la participación en redes, y en general el uso de las NTIC influye en la identidad indígena, la cual se contrasta con la formas de exclusión y de vinculación tanto del ámbito nacional como global, construyendo y de-construyendo identidades en soportes digitales, a partir del nuevo milenio, fecha en que se intensifican las plataformas electrónicas indígenas en la mayoría de los países Latinoamericanos. De acuerdo con Boaventura de Sousa Santos

... la intensificación de la interdependencia transnacional y de las interacciones globales... hace que las relaciones sociales aparezcan, hoy en día cada vez más desterritorializadas, sobrepasando las fronteras... Sin embargo y aparentemente en contradicción con esa tendencia, presenciamos un desajuste de las nuevas identidades regionales y locales cimentadas en una revalorización del derecho a las raíces (De Sousa, 1998: 19).

Internet ha facilitado la comunicación a ciertas comunidades, muy pocas por cierto, rompiendo el aislamiento geográfico en el que habitualmente viven las poblaciones indígenas. A los movimientos sociales y políticos indígenas les ha permitido enviar alertas tempranas a todos los países del mundo para evitar casos de represión, biopiratería o destrucción del entorno propio de sus comunidades. Internet también ha sido útil para brindar servicios a las poblaciones indígenas que cuentan con el servicio, en aspectos claves para el desarrollo como son los educativos y los sanitarios. Este conjunto de oportunidades supone un punto de partida a través del cual podemos pensar sobre las posibilidades y la eficiencia del uso de Internet en las comunidades indígenas para superar los grandes problemas a los que se enfrentan en la nueva coyuntura marcada por el predominio de la globalización.

Al contrario de lo que muchos han podido llegar a pensar, el reto de estas comunidades no consiste en la lucha contra el imperialismo cultural y económico (concepción que durante décadas ha dominado en América Latina) sino en aprovechar las ventajas de la tecnología para poder satisfacer sus demandas; es decir, lograr sus reivindicaciones políticas, sociales, culturales y étnicas que les permita resolver conflictos interétnicos y con el Estado, en forma pacífica, siendo parte de un mundo multicultural que tenga como premisas el respeto y reconocimiento a la diversidad.

La práctica comunicacional a través de Internet también ha potencializado la atención y resolución de problemas de gran preocupación como la violencia familiar e intraétnica, y en muchos casos la red ha servido para sembrar semillas de empoderamiento de las mujeres y de los indígenas en general. Un ejemplo de ello es Casa de la Mujer en Bolivia, que cuenta con la estación de radio propia "Ondas Libres", y con un departamento psicosocial y jurídico que asesora a cerca de 6000 mujeres víctimas de violencia doméstica. También luchan por los derechos humanos, son consultoras de la planificación participativa del desarrollo con enfoque de género y entre muchas otras actividades realizan programas dirigidos a la construcción de ciudadanía.8

Consultando varias páginas web de y para indígenas, y con los escasos ejemplos expuestos podemos deducir que la práctica comunicacional a través de Internet ha potencializado en los sectores nativos que tienen acceso a la red, la organización, la etnicidad, la identidad, la solidaridad y la lucha contra la injusticia, las violencias, la discriminación y la pobreza. También ha servido de instrumento para los movimientos indígenas que plantean y exigen políticas públicas acordes a sus necesidades e intereses, así como para fortalecer sus luchas por la democracia, la justicia y la dignidad de los indígenas. Explicitan entre otros objetivos, la defensa de la cultura, las tradiciones, los territorios, la medicina indígena; el impulso a las organizaciones económicas comunitarias, el fortalecimiento y la recuperación de las tradiciones, la cultura y los idiomas indígenas.

Su concepción e implementación y, sobre todo, el relativo éxito que han demostrado las diferentes prácticas intergalácticas desarrolladas por indígenas, invitan a la reflexión sobre sus propias especificidades culturales. Estudiar estás prácticas y los significados que para los indígenas tienen las relaciones interculturales contextuadas en el mundo global de la información, a través de sus expresiones manifiestas del uso de tales productos y de su apropiación cultural, que denominamos "etnoinformativas", se torna relevante desde la perspectiva de contribuir al conocimiento del proceso de inserción y apropiación del uso de las NTIC en condiciones de autogestión.

La adopción de rasgos culturales y la utilización de instrumentos tecnológicos por parte de los indígenas, se encuentran determinados por sus condiciones y necesidades socioculturales, las cuales determinan los filtros y los niveles de adaptación e incorporación de las NTIC en su dimensión identitaria, ampliando sus territorios culturales sin importar la dispersión física y geográfica.

Una pregunta que ronda sobre la política, la democracia y el empoderamiento es: ¿cuál es la utilización que de las NTIC hacen para desarrollar una cultura política que les permita fortalecer sus culturas, movimientos indígenas, y proyectos identitarios?

Otra pregunta que se entreteje con la anterior: ¿es posible llegar a un aprovechamiento óptimo de las NTIC, donde no halla limitaciones para el acceso a las mismas y sus ventajas sean usadas equitativamente, a nivel global, incluyendo a los grupos indígenas sin alterar su idiosincrasia y usando las herramientas tecnológicas para enriquecer la cultura, la comunicación, la identidad y el intercambio de información entre distintas culturas?

Esas respuestas se encontrarán mediante investigaciones que desde perspectivas socioantropológica teórico-analíticas presenten resultados que a su vez permitan delinear propuestas de políticas públicas dirigidas a la población indígena en las dimensiones sociotécnicas de la comunicación cultural. La ciber-antropología tiene mucho por hacer y aportar, y es obvio que para ello se tiene que recurrir a la etnografía clásica como método de recolección, análisis e interpretación de la información, pero sin duda la etnografía virtual, con técnicas de observación participante en entornos virtuales que permitan observar al "ciber-otro", en su deconstrucción y reconstrucción identitaria, teniendo como eje hipotético las variables culturales, será la fuente del conocimiento de la "ciber-otredad", a partir de las imágenes, textos, sonidos, gráficas, música e interactividad que tienen los indígenas a través del referente de identidad cultural en soportes electrónicos.

Tres son los caminos por los cuales sectores de los pueblos indígenas pueden acceder a tener su propio territorio digital para sus diferentes quehaceres: de manera independiente y autogestionaria; a través de las colaboraciones gubernamentales y los organismos internacionales; y de manera mixta, con aportaciones propias de los indígenas y ayudas organismos internacionales y de organizaciones no gubernamentales. En estos tres caminos también estarán presentes, por un lado, los indígenas que trabajan por y para la comunidad, fortaleciendo de paso el espíritu comunitario y colectivo propio de las comunidades, y por otro, indígenas seudorepresentantes que a nombre de sus comunidades y pueblos sólo buscan y obtener beneficios personales.


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