LA COMUNICACIÓN INDUSTRIAL Y EMPRESARIAL

LA COMUNICACIÓN INDUSTRIAL Y EMPRESARIAL

Gregorio Iñiguez Romero
Esperanza González Quezada

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LA INVESTIGACIÓN

Algunas personas prefieren hablar en vez de escribir. Y se trata realmente de dos cosas distintas porque:

a) Muchas ocasiones nos animamos a decir cosas pero no a escribirlas: a las palabras se las lleva el viento y existe la posibilidad de corregir errores sobre la marcha haciendo un feedback con las expresiones faciales del profesor. Otras veces solemos decir las cosas que son obvias y escribir las no obvias, pero con frecuencia es necesario también decir por escrito lo que es obvio, ya que puede no serlo para el lector.

b) Otras, por el contrario, escribimos cosas que jamás se nos hubiera ocurrido decir en forma oral, sobre todo porque el acto mismo de la escritura genera un clima que obliga a pensar con una organización y una precisión que no solemos poner en juego en el coloquial y versátil acto de hablar.

En la misma universidad, algunos alumnos deberían aprender a leer y escribir por segunda vez, porque esto también forma parte de lo que algunos llaman el "experto", sobre todo si este experto va a dedicarse a la investigación, actividad en la que tarde o temprano deberá volcar por escrito lo investigado para darlo a conocer a la comunidad científica.

Estos informes suelen ser difundidos a través de revistas científicas especializadas con arbitraje, y han de cumplir con ciertos requisitos formales de presentación que, desde ya, no son universales, y dependen de cada asociación científica, de cada universidad, de cada centro de investigaciones o de cada publicación especializada en particular.

Un recorrido por diferentes informes científicos nos permite distinguir, entre otros, un formato narrativo y un formato técnico.

Un ejemplo típico del formato narrativo es el informe de casos. El propósito aquí, no es alcanzar generalizaciones sino profundizar en la comprensión de algún caso en particular. El informe de casos da cuenta de lo único e irrepetible, y, aún cuando el objetivo a largo plazo sea la construcción de una teoría, no teme introducir puntos de vista subjetivos o imprecisiones personales si ello puede contribuir a la comprensión del caso.

El formato narrativo aparece típicamente en los artículos freudianos. También podemos encontrarlo no ya en informes sino en la forma de redactar programas analíticos para asignaturas.

El formato técnico es diferente dentro de sus múltiples variantes, una de ellas parece ser la forma típica; es aquella donde se exponen los resultados de una investigación empírica con el apoyo estadístico, que permita realizar predicciones con un determinado margen de error, también especificado (de allí que sea frecuente la designación de variables independientes como “predictores'). En ellos se procura describir el experimento realizado con el fin de que otros investigadores puedan repetirlo, garantizándose así una cierta objetividad en los procedimientos y las conclusiones.

No todos los que publican informes científicos tienen conocimiento de este formato, en cuyo caso suelen recurrir a lo que alguna vez les enseñaron siendo estudiantes cuando debían hacer una monografía, utilizando entonces el clásico esquema de "Introducción", "Desarrollo" y "Conclusiones".

La prueba de fuego de todo aspirante a publicar en una revista científica especializada es la confección de la tesis de doctorado, siendo habitual que también a ellas se les exija el formato técnico, aunque en algunos casos se valen del amiguismo o compadrazgo para no cumplir con los requisitos y vergonzosamente escriben hasta con faltas de ortografia siendo especialistas en letras.

Si bien, como he comentado, cada centro de investigación o cada universidad, especifica sus propias pautas para la presentación de informes, podemos aquí mencionar una propuesta típica de informe técnico que ha codificado la retórica de la investigación tradicional o "positivista".

Se trata de la propuesta del Manual del APA, que, según Zeller, se ha convertido en el manual de estilo para gran parte de las ciencias sociales y también para la investigación en ciencias de la educación. La misma autora señala que las convenciones APA para la redacción "están destinadas a crear la apariencia de objetividad (ausencia de parcialidad o sesgo) de modo que la retórica de los informes o artículos de investigación sean consistentes con la metodología en la que se basan en que:

1) El uso del punto de vista en tercera persona, es decir, del punto de vista objetivo;

2) El énfasis en la precisión, tomando la ciencia matemática como modelo;

3) Evitar metáforas y otros usos expresivos del lenguaje; y

4) La práctica de apoyar toda afirmación en una prueba experimental y empírica tomada de la naturaleza".

El formato técnico y el narrativo representan estrategias retóricas diferentes que se apoyan en dos supuestos fundamentales: "el primer supuesto es que el principal objetivo de un informe de casos [narrativo] es crear comprensión (verso predicción y control).

El segundo supuesto es que una narrativa de caso, a diferencia de un informe técnico de investigación, debe ser un producto en vez de un registro de la investigación", (caso de las investigaciones en la ingeniería).

A continuación se enlistan algunos de los errores más frecuentes que suelen encontrarse en los trabajos académicos tales como monografías o tesinas y, menos frecuentemente, en artículos para revistas científicas, tesis de doctorado o ponencias en simposios y congresos.

Ausencia de una idea central.- No hay una idea principal alrededor de la cual gire el trabajo, o bien ésta no es lo suficientemente clara, o bien existen dos o más ideas principales que fragmentan el trabajo y que no están subsumidas (incluidas) dentro de una idea más general.

Errores en la ejemplificación.- No hay ejemplos, o bien son irrelevantes a lo que se quiere ilustrar, escasos, o excesivos. Otro error es confundir un ejemplo con una demostración (en muchos casos ambos elementos no coinciden, como cuando se pretende demostrar la verdad de “todas las aves vuelan” con el ejemplo del águila).

Repeticiones inútiles.- Repetir una idea varias veces de forma diferente sin que ello constituya una ventaja didáctica. Estas redundancias suelen utilizarse cuando el autor quiere cumplir con un mínimo de palabras exigido.

Fallas gramaticales.- Este ítem incluye errores de ortografía y errores de sintaxis. Una redacción confusa compromete la comprensión, como cuando no se sigue un hilo conductor, el trabajo se desvía o dispersa, o se mezclan ideas. Un ejemplo: el autor escribe “En primer lugar...”, pero luego no aparece ninguna otra expresión como “En segundo lugar...” o “En último lugar...”.

Errores formales en la presentación.- Tamaño de letra muy grande o muy pequeña, irregularidad en las sangrías, márgenes muy amplios o muy estrechos, ausencia de espacios entre párrafos, irregularidades en el tamaño de letra de los títulos, errores o falta de uniformidad en las citas bibliográficas, notas al pie y referencias bibliográficas, etc.

Mezclar varias formas autorreferenciales.- Por ejemplo, en el mismo texto decir “he indagado...” y “hemos indagado”. Lo correcto es utilizar una sola modalidad dentro del mismo trabajo, pudiéndose optar por:

a) primera persona del singular (“he indagado...”),

b) primera persona del plural (“hemos indagado...”), útil cuando son dos o más autores, o

c) una forma más impersonal (“se ha indagado...”), que es la más frecuentemente utilizada.

Ausencia de referencias espacio-temporales.- El trabajo no tiene fecha, o no está especificado el lugar de origen. Por ejemplo, “México 2000”.

Copiar y pegar.- El trabajo se limita a ser una grosera copia de otros materiales, y aún cuando los diferentes fragmentos estén organizados en forma coherente, queda igualmente muy descalificado. En ocasiones puede ser muy difícil para quien evalúa el trabajo decidir si hubo o no copia textual.

Inconsistencia.- El trabajo presenta contradicciones internas, es decir, incoherencias lógicas donde se sostiene simultáneamente la verdad de un enunciado y su opuesto, como por ejemplo “la proyección es una defensa” y “la proyección no es una defensa”. No hay inconsistencia cuando se presentan explícitamente ambas alternativas como motivo de discusión, como posturas opuestas, como parte de un problema más complejo (como cuando se afirma “en un sentido la proyección es una defensa pero en otro no”), o como un problema semántico (“algunos definen proyección como una defensa, pero en otros contextos se adoptan otras definiciones”).

Introducción.- No hay un párrafo introductorio donde se presente el objetivo del trabajo, o bien no hay un resumen del mismo que permita al lector obtener rápidamente información sobre la temática del mismo. En este sentido, una conclusión no reemplaza a un resumen. Otro error es prometer en la introducción cosas que luego no se cumplirán.

Fundamentación.- No hay respaldo argumentativo racional y/o empírico a las afirmaciones principales del trabajo, o dicho respaldo es insuficiente o irrelevante. Por ejemplo, sostener afirmaciones demasiado generales sobre bases muy débiles, o sostener la verdad de un enunciado basándonos en una mera intuición o parecer subjetivo. Por lo demás, no todas las afirmaciones necesitan ser fundamentadas, como por ejemplo y típicamente los presupuestos, pero entonces estos deberán ser indicados explícitamente como tales.

Desaprovechamiento.- El trabajo ofrece ideas interesantes u originales pero fueron desperdiciadas porque se les mencionó sin analizarlas más exhaustivamente. Y aún cuando no haya ideas muy originales, no fue aprovechada adecuadamente ni la bibliografía utilizada ni la existente.

Falta de definiciones.- No se definen explícitamente los términos principales del trabajo, o no se definen aquellos términos inusuales que presumimos que el lector no conoce, o bien se utilizan palabras cuyo significado no se conoce con precisión. Un error relacionado con este ítem es suponer que el lector conoce el tema y entonces no se definen o explican ciertas ideas que contribuirían a clarificar la exposición.

Fallas en la organización del material.- Este ítem incluye situaciones como las siguientes: incongruencia entre un título y su correspondiente texto, mal ordenamiento de los títulos (por ejemplo “Conclusión” antes del “Desarrollo”), excesiva cantidad de títulos y subtítulos, inclusión de materiales diferentes bajo un mismo título, etc. Asimismo, cada párrafo ha de tener en sí mismo su propia organización, siendo lo recomendable en estos casos plantear lo principal al comienzo del mismo.

Elementos importantes de organización del texto son el punto aparte, punto seguido, punto y coma, y coma.

Inadecuada elección del tema.- Téngase presente que para elegir un tema deben considerarse alguno o algunos de los siguientes criterios: posibilidad de fuentes de información sobre el tema, trascendencia o importancia del tema, experiencia del autor en el tema, y gusto o preferencia del autor por el mismo.

No explicitación de objetivos.- En los trabajos han de indicarse los objetivos generales del mismo, como por ejemplo ampliar el conocimiento sobre un tema, examinar la eficacia de una técnica, confrontar y evaluar opiniones diferentes sobre un tema, etc. Explicitar el objetivo conlleva siempre a especificar el problema que busca abordarse o resolverse en el trabajo.

Otros errores.- Falta de delimitación o de identificación del problema que se intenta resolver en el artículo, falta de análisis de diferentes posturas sobre el mismo tema, conclusiones muy genéricas, falta de adecuación de las conclusiones con el trabajo, afirmaciones dogmáticas o categóricas o ampulosas, exceso de tecnicismos que restan claridad, y, en general, ausencia o déficit de una elaboración personal de las ideas planteadas en el trabajo.

Otros errores comunes en la formulación de investigaciones sociales son los siguientes:

1.- Formulación de un objetivo tan amplio que no es susceptible de ser investigado en el tiempo previsto.

2.- Planteamiento de objetivos específicos no incluidos en el general, o que pertenecen a otra investigación.

3.- Confusión entre objetivos específicos y ‘pasos’ a recorrer en el desarrollo de la investigación.

4.- Plantearse una investigación cuyos datos no son accesibles y/o manejables.

5.- Confusión entre producción de conocimientos sobre la realidad y elaboración de planes de acción (políticas) para operar sobre la realidad.

6.- Confusión entre afirmaciones fácticas y valorativas.

7.- Confusión entre hipótesis como conjetura a investigar e hipótesis como presupuesto analítico (premisa de la investigación).

8.- Divorcio entre el marco teórico y el diseño metodológico.

9.- Planteo de un objetivo de corte explicativo antes de haber alcanzado una descripción del fenómeno a investigar.

10.-Discrepancia entre objetivos diacrónicos y diseño sincrónicos.

La fase final de una investigación es la publicación de sus resultados para ser utilizados como puntos de partida o referencia para nuevas investigaciones. Pero un afán narcisista o la simple necesidad de obtener un mejor empleo mueven a los científicos a publicar -sea como sea- esos resultados en revistas de renombre, aún cuando a veces los procedimientos estén reñidos con la ética y con el profesionalismo. La selección de los trabajos tampoco suele resultar todo lo objetiva que sería deseable.

Las mismas revistas científicas también adquieren prestigio en función de la frecuencia con que son citadas en otras publicaciones y, en este sentido, se les otorga un determinado 'factor de impacto': si un científico publica un artículo en una revista con un alto factor de impacto, obtendrá seguramente más puntos para sumar a su currículum.

Una última oportunidad que tiene el investigador ávido de reconocimiento es enviar su material a través de Internet, lo cual tiene, desde su perspectiva, una ventaja y una desventaja: es conocido mundialmente pero su artículo, aún siendo original y valioso, podrá no ser apreciado en su justa medida, ya que en Internet, cualquiera puede difundir cualquier cosa en cualquier momento si no es evaluado de manera correcta.