PROGRESO Y BIENESTAR

PROGRESO Y BIENESTAR

Hugo Salinas

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C. ¿Y SI ENSAYAMOS LA DESCONEXION?

La Configuración Mundial facilita un desarrollo centrípeta de la economía a nivel mundial. Refuerza la acumulación de riquezas en sus formas de concentración y de centralización de capitales. El país dominante, con un poder hegemónico, drena los recursos a través de las articulaciones entre las diferentes unidades de producción. Estas articulaciones dan a la Configuración Mundial la flexibilidad necesaria para adaptarse a los cambios en el paisaje económico.

Lo que hace creer a Samir Amin “que la ruptura con el mercado mundial es la primera condición para el desarrollo. Toda ‘política de desarrollo’ que se sitúe en el cuadro de integración con ese mercado se convertirá en un fracaso. Como respuesta propone la desconexión, “una estricta sumisión de las relaciones exteriores, en todos los dominios, a que las decisiones sean tomadas solamente con criterios internos del país, sin consideración de los criterios de racionalidad capitalista mundial” .

Es lo que se conoce como la política de vivir con sus propios medios. De ahí que se expresa de la manera siguiente: “el desarrollo de un país del Tercer Mundo no se puede hacer por el ajuste de su economía a las exigencias de la división internacional del trabajo (D.I.T.), sino, al contrario, por la desconexión […] de esta economía con relación a la D.I.T., […]. Esta desconexión es una condición necesaria (pero no suficiente) de un desarrollo auto-centrado que queda imposible si no es popular.”

Ante la serie de fracasos, los prácticos y teóricos de la izquierda terminan diciendo como Samir Amin: “los pueblos de la periferia no se encuentran maduros para iniciar una desconexión socialista. Entre tanto, entonces, les es necesario experimentar una mundialización capitalista y, de ese hecho, es necesario luchar por las modalidades de ésta, las menos desfavorables a la maduración posterior de su liberación.” .

En efecto, la sola desconexión deja intacto, al interior de la economía desconectada, toda la fuerza de la repartición individualista del resultado neto de la actividad económica. En esas condiciones, es solamente una cuestión de tiempo para que esta economía se vuelva a unir, una vez más, a la economía mundial con su mecanismo de extorsión, la Configuración Mundial por las dos razones siguientes.

Primero, porque la economía a nivel mundial se encuentra sobre los cimientos del proceso artificial de producción que genera una economía-mundo con un solo espacio económico a nivel mundial. Segundo, porque, interiormente como exteriormente se encuentra intacta la repartición individualista del resultado neto de la actividad económica. Entonces, el rencuentro está asegurado, porque el país desconectado, como el resto del mundo, desarrolla sus actividades económicas teniendo los mismos elementos.

Por consiguiente, solamente la desconexión no nos conduce a ninguna parte si no es, al cabo de un cierto tiempo, a fusionarnos de nuevo con la Configuración Mundial, porque la desconexión pura y simple no cuestiona la raíz del problema fundamental de nuestros tiempos.

No pudiendo desconectarnos del proceso artificial de producción, porque escapa a nuestras fuerzas, así toda la sociedad lo deseara, la desconexión debe realizarse de la repartición individualista del resultado neto, la cual sí se encuentra al alcance del conjunto de la población, porque se trata de una decisión de sociedad, una decisión del conjunto de habitantes del país. De donde la expresión correcta sería “desconectarnos del tipo de repartición que impera a nivel mundial, el cual, a través de la Configuración Mundial facilita un drenaje de los recursos de todos los países de la periferia hacia el centro del país-centro”.

Visto los antecedentes de la evolución de la actividad económica y, efectuado los análisis correspondientes, lo que hemos propuesto es la creación del sector 2 de una economía mixta, en donde este sector, siendo el dominante, constituye con el sector 1 a repartición individualista, una economía de mercado de interés general.

Entonces, todos los fracasos que los pueblos han tenido en sus intentos de cambiar “el mundo”, no son precisamente porque están inmaduros, sino simplemente porque la visión de cambio de sus líderes no se encontraba bien precisa. No se trata de aislarse de la economía de mercado, en tanto que proceso artificial de producción, porque es imposible separarse de la evolución de los procesos de trabajo. De lo que se trata es de eliminar la posición de dominante de la repartición individualista, quien genera riqueza y poder por un lado, pobreza y desempleo por otro lado. De lo que se trata es de eliminar ese desarrollo centrípeta que condiciona la Configuración Mundial. Un drenaje de casi todos los esfuerzos de los pueblos de la periferia hacia el centro del país-centro.