LOS IMPUESTOS COMO INSTRUMENTOS DE POLÍTICA ECONÓMICA EN MÉXICO

LOS IMPUESTOS COMO INSTRUMENTOS DE POLÍTICA ECONÓMICA EN MÉXICO

Luis Alberto Jiménez Trejo (CV)

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3.2.- La Unión Europea.

En esta parte se analizan las estructuras impositivas de algunos países europeos, destacando cómo han tenido que adecuarse algunos de ellos a cambios en sus sistemas nacionales a partir de la creación de la Unión Europea.

Iniciando con el caso español, podemos decir que como en todos los países, la estructura de los impuestos en España cambia año con año.

El sistema fiscal español ha sufrido constantes cambios a partir de su entrada a la Unión Europea. Según las autoridades tributarias españolas para modernizarse y ser competitivo todavía faltan algunas modificaciones. Sin embargo, incluye un aspecto fundamental: la ley de equilibrio presupuestal, a

partir de la cual se pretende eliminar el déficit presupuestal en el año 2002 y llegar al superávit a partir de 2005.53 España ha celebrado convenios con los demás estados miembros de la Unión Europea, a excepción de Grecia, a fin de evitar que se tenga que tributar dos veces por los mismos ingresos en distintos países. De esta manera, si disfruta de ingresos en otro Estado miembro, pagará los correspondientes impuestos en España, en el otro país, o una fracción en ambos países, dependiendo de los términos del convenio fiscal.

Los tributos en España se componen de 12.3% de recaudación sobre la seguridad social; 10.5% sobre impuestos indirectos como bienes y servicios; 9.9% sobre impuesto a la renta y beneficios de las empresas; 2.3% sobre impuestos al patrimonio y otros porcentajes menores.

España es el séptimo país, junto con Alemania, Austria, República Checa, Eslovaquia, Francia, Holanda y Japón, en que la recaudación de la seguridad social constituye la principal fuente de ingresos de las Administraciones Públicas.

En España se debe pagar un impuesto sobre la renta por la totalidad de los ingresos y rendimientos que se obtengan, independientemente del país del que procedan. El impuesto se aplica en forma progresiva, es decir, mientras más dinero se genere, más impuesto se pagará.

Si se trabaja como asalariado la empresa practicará una retención en el sueldo dependiendo del número de hijos y del sueldo total. Si se prestan servicios profesionales, también se practicará una retención sobre los ingresos.

Si se es empresario o se trabaja por cuenta propia, se tendrá que presentar una declaración fiscal trimestral y realizar pagos fraccionados.

Aquellas personas cuyos ingresos superen una cantidad mínima están obligadas a liquidar su propia cuota tributaria y presentar una declaración fiscal al término de cada año.

Si a efectos fiscales una persona es residente en España deberá pagar impuestos por la totalidad de los bienes que posea en cualquier país, siempre que su patrimonio supere un importe mínimo. Este impuesto es sobre el patrimonio y también es de tipo progresivo.

Están sujetas a impuesto las donaciones que se realicen entre personas vivas y las herencias cuando fallece una persona. Este impuesto se recauda en beneficio de la comunidad autónoma en la que se vive.

Existe un tributo que grava los documentos jurídicos y mercantiles, y determinadas transacciones, tales como la adquisición de bienes inmuebles y la constitución de hipotecas. Asimismo, los municipios cobran diversos impuestos locales, tales como el impuesto sobre vehículos o el impuesto sobre bienes inmuebles.

El IVA en España es del 16%, pero hay un IVA reducido del 7% para agua, productos agrícolas, material sanitario, edificios para vivienda, transportes de viajero, entre otro. Además, hay otro IVA reducido del 4% para periódicos, revistas, medicamentos, leche, huevos, hortalizas, frutas y verduras.54 Por su parte, Alemania tiene un sistema impositivo plagado de excepciones y disposiciones especiales.

El Impuesto sobre la renta es el principal impuesto a pagar. El empleador descuenta del salario de los empleados el impuesto sobre la renta y lo ingresa en las arcas estatales. La excepción la constituyen las becas, que están libres de impuestos hasta un monto de 2.000 euros.55 Si una persona reside más de medio año en Alemania, está sujeto a la obligación de tributar. En caso de que su estancia sea menor de seis meses, ha de pagar los impuestos en su país de origen. Los profesores universitarios y los investigadores que permanezcan dos años en Alemania, tienen la posibilidad de pagar los impuestos en su país de origen.

Para ello, la condición es que desempeñen una actividad exclusivamente docente. Alemania ha firmado con algunos países un convenio de doble imposición, en el que se determina en qué país hay que pagar los impuestos.

El monto de los impuestos depende de la situación de cada uno. Las personas solteras son las que más pagan. Si se está casado y además con hijos, el trato fiscal es algo más favorable. Al contrario que en otros países, en Alemania existe el impuesto eclesiástico: un 9.0 % del impuesto sobre la renta. Este impuesto no se aplica a los miembros de las iglesias ortodoxa y anglicana.

Al final de año, los contribuyentes tienen que presentar una declaración fiscal en la delegación de Hacienda de la localidad. Esta también se puede enviar desde el país de origen en caso de que el contribuyente haya regresado.

La declaración a Hacienda suele merecer la pena casi siempre, ya que en la mayoría de los casos se han pagado impuestos de más, con lo que el fisco realiza las devoluciones correspondientes.

Ahora pasaremos a hablar en términos generales de la Unión Europea, que con un peso de impuestos que consume casi el 45% del PIB y altas regulaciones, muchas de las 15 naciones de la UE original sufren desempleo de más de 10% y paralización económica. Y como muchos gobiernos tienen inmensos pasivos contingentes en sus programas de pensiones y de salud, las cosas pueden empeorar.56 Como resultado de políticas que impiden el crecimiento económico, el desempleo se mantiene alto y el capital huye a países como EEUU y Suiza.

Los países ex comunistas que acaban de ingresar a la UE también se han estado beneficiando de esos flujos de capital.

Luego de sufrir el comunismo por décadas, la mayoría de los países del este de Europa han reformado sus sistemas impositivos, convirtiéndose en naciones de bajos impuestos. Por ejemplo, Eslovaquia acaba de adoptar una tasa de impuesto sobre la renta de 19%, lo mismo que Polonia; Hungría tiene un impuesto de 16%; Lituania y Latvia de 15%. 57 Tasas impositivas bajas provienen de las duras lecciones aprendidas bajo el comunismo y ya representan una seria competencia a países como Francia e Italia, con tasas de 34% y 38% respectivamente, y hasta con Alemania, que recientemente bajó sus impuestos de 45% a 25%.

Será interesante observar si a estas naciones se les permitirá mantener sus políticas de libre mercado. La Unión Europea está en una encrucijada. Los burócratas de Bruselas que manejan la Unión pueden darles la bienvenida a estos países con impuestos bajos y recomendarle a la Vieja Europa que proceda a reformar sus sistemas impositivos.

La otra alternativa es ajustar a los países recién llegados para que aumenten sus impuestos, al asumir que diferentes tasas impositivas crean una competencia injusta. Para impedir que el dinero, las empresas y los puestos de trabajo se trasladen al este de Europa, evitando los altos impuestos, quieren armonizar las tasas.

En los años 80, Irlanda confrontó ese mismo dilema. Su inteligente decisión fue instrumentar una reforma impositiva basada en la economía de la oferta, la cual sigue teniendo éxito. Al reducir el impuesto a las empresas de 38% a 12,5% creo una década de crecimiento económico y el “pobre” de Europa se convirtió en un país muy rico, con el segundo nivel de vida más alto de Europa, después de Luxemburgo.

El modelo irlandés muestra cómo la disciplina fiscal y bajas tasas impositivas atraen al capital y a empresarios, en vez de espantarlos.

Lamentablemente, no es probable que Alemania siga el ejemplo irlandés. El canciller Gerhard Schroeder les ha dicho claramente a sus vecinos del este que sus políticas de bajos impuestos son inadmisibles y no serán toleradas.

Según el líder alemán se trata de competencia desleal porque transfiere puestos de trabajo de Alemania a países del este. Obviamente que en lugar de arreglar sus problemas el canciller alemán pretende imponer su sistema impositivo opresivo a los demás.

Schroeder lamenta la existencia del poder de veto de las naciones que imposibilitan por ahora la armonización de los impuestos. Por varios meses, Francia y Alemania han tratado de eliminar ese poder de veto de las naciones en asuntos relacionados a los impuestos.

El más reciente intento fue en la redacción de la Constitución de la UE, donde se introduce la votación por mayoría calificada, un sistema que da diferentes pesos a los votos, en reemplazo de la regla de unanimidad. Según la mayoría calificada, cada país ejerce un número de votos según su tamaño y población. Si eso se logra en cuestiones de impuestos querrá decir que los países miembros ya no podrán vetar que países grandes como Francia y Alemania les impongan su sistema impositivo a todos los demás.

Todo esto es muy raro. Por años, los economistas han mantenido que impuestos bajos y la simplificación de los sistemas impositivos son herramientas efectivas para promover el crecimiento e impedir la fuga de capitales. Además, las tasas impositivas bajas a menudo logran una mayor recaudación total, como ha sido demostrado en Irlanda y Europa del este.

En lugar de tratar de obligar a los demás países a adoptar sus malas políticas de impuestos, Schroeder debiera completar las reformas que comenzó en 2002, cuando bajó los impuestos a las empresas.

Muchos europeos se sienten frustrados, han estado económicamente atrasados con respecto a Estados Unidos por años y creían que se debía a la falta de integración. Entonces, crearon la Unión Europea, con una moneda común y el virtual intercambio libre de bienes, capital y mano de obra en todo el continente. Pero Europa sigue rezagada.

Un nuevo informe de la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos58 muestra como el PIB por persona en EEUU en 2003 alcanzó 34.960 dólares, cantidad muy por encima de cualquier país europeo. El más productivo de los países europeos, Noruega, tiene un ingreso por persona de 58 De Rugy, Veronique, “Informe de la Oficina de Estadísticas Laborales de los estados Unidos de América”, Enterprise Institute y Académica Asociada del Cato Institute. Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE) Junio de 2004.

30.882 dólares. Los principales países europeos están más atrás: Reino Unido (26.039 dólares), Francia (25.578 dólares), Italia (24.894 dólares) y Alemania (24.813 dólares).

En otras palabras, los europeos producen hoy lo que estadounidenses producían hace 20 años y no están reduciendo esa brecha. Según el Banco de Pagos Internacionales, la brecha de productividad entre EEUU y Europa está más bien aumentando.

En el área del euro, la productividad de los trabajadores europeos era 86% de la de los estadounidenses en 1995 y en 2003 cayó a 84%. El resultado es que el nivel de vida es muy inferior en Europa.59 Según un reciente estudio de la fundación sueca Timbro, la vivienda de la familia pobre promedio en EEUU tiene 25% más espacio que la europea. Si tomamos en cuenta a toda la población, la vivienda de la familia promedio en EEUU tiene 174 metros cuadrados y la europea 91 metros cuadrados. El europeo promedio vive al mismo nivel de los norteamericanos del estado más pobre, Mississippi.

Sin embargo los europeos disfrutan de más tiempo libre, el europeo típico tiene entre dos y tres veces las vacaciones pagadas de los estadounidenses y su horario de trabajo diario es más corto. Según Eurostat, el europeo típico trabaja poco más de cinco horas al día.

Una de las razones del corto horario de trabajo es que los europeos parecen enfermarse mucho más frecuentemente. Una investigación en Suecia determinó que el trabajador promedio estuvo enfermo por más de 30 días al año, lo cual pone en tela de juicio su sistema de salud socializado.

Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)60, el trabajador promedio en EEUU trabajó durante 1,792 horas el año pasado, mientras que el trabajador francés lo hizo durante 1,453 horas y el alemán 1,446 horas. Hace 25 años no había una diferencia tan grande.

La OCDE mantiene que el nivel de vida más bajo se debe principalmente a la falta de ganas de trabajar del europeo, por lo que recomienda reformas en las leyes laborales y el FMI hace las mismas recomendaciones en un reciente informe.

Pero la OCDE ni el FMI explican por qué los europeos tienen tanto tiempo libre. El Banco de la Reserva Federal de Miniápolis nos da la respuesta: los muy altos impuestos europeos explican la diferencia entre lo que se trabaja allá y en EEUU. Cuando los impuestos europeos y norteamericanos eran similares, las horas trabajadas también lo eran. Pero en la medida que aumentaros las tasas impositivas, los trabajadores europeos respondieron trabajando menos.61 En consecuencia, rebajas de impuestos aumentarían la oferta de trabajo, la producción y el nivel de vida. Por ejemplo, si Francia redujera su carga impositiva de 60% del PIB a 40%, el ciudadano promedio podría consumir 19% a lo largo de su vida, lo cual hace una gran diferencia.

En resumen, los europeos no trabajan mucho porque no vale la pena hacerlo: el gobierno les quita demasiado. Y debido a que los beneficios sociales son muy altos, el costo de no trabajar es bajo. Sucede que cuando el trabajador compara lo que gana después de impuestos con lo que recibe por no hacer nada, la diferencia es tan pequeña que no amerita el esfuerzo.; tal y como lo describe la teoría económica marginalista.