PRODUCCIÓN DE PLANTAS

PRODUCCIÓN DE PLANTAS

Juan Carlos Pérez López

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PINUS

(Pino)

RECOGIDA Y CONSERVACION

El género pinos comprende especies distribuidas por todo el Hemisferio Norte, algunas de las cuales constituyen las masas forestales de mayor interés en el mundo.

Las flores femeninas y masculinas aparecen en amentos distintos en el mismo pie, las masculinas en la parte baja de la copa y las femeninas en la parte alta, durante la primavera o principios de verano. La floración varía con la especie y dentro de una misma especie con la estación. Las flores femeninas una vez polinizadas se desarrollan lentamente adquiriendo su madurez en el segundo otoño.

Las piñas adquieren su madurez a finales de verano o en otoño. En algunas especies las piñas se abren inmediatamente después de su maduración, y en consecuencia, el período de recogida es muy corto, mientras que otras especies conservan las piñas cerradas durante todo el otoño e invierno y la diseminación tiene lugar únicamente cuando está bien entrada la primavera.

La edad de fructificación también varía con la especie iniciándose normalmente mire los 15 y 30 años para las especies españolas. Sin embargo, en parcelas experimentales, tratadas convenientemente, se han conseguido que pinos de 5-10 años, den fruto. Las recogidas comerciales nunca deberán realizarse en masas demasiado jóvenes o viejas, siendo la edad óptima, 30-50 años.

También se ha comprobado que las semillas procedentes de piñas muy pequeñas presentan siempre una capacidad y energía germinativa mucho más bajas que las procedentes de piñas de tipo medio o grande.

Por regla general los pinos suelen ser bastante veceros y las buenas cosechas suelen ocurrir cada 2-5 años, variando estas cifras según la especie.

Las piñas se recolectan a mano de árboles en pie o aprovechando las costas si estas tienen lugar cuando las piñas esten maduras.

El recolectar piñas que esten bien maduras es muy importante, pues se ha comprobado que en muchos casos los valores bajos obtenidos en las germinaciones se deben a recolecciones muy prematuras. Los mejores resultados se obtienen cuando las semillas y las piñas están relativamente secas.

Las piñas, según se van recogiendo, deberán extenderse en eras de secado solar en las cuales se dejarán durante unos días para que se sequen ligeramente y luego se amontonarán para que pasen el invierno. Cuando llega el calor en la primavera se extenderán de nuevo para que se sequen y abran.

Este procedimiento es el más primitivo, pero también el más barato y recomendable para países cálidos y secos.

En caso de que los sequeros solares no se puedan emplear o bien que se necesite disponer de la semilla antes de que ésta se obtuviera naturalmente, por medio del calor solar, se utilizan los sequeros de calor artificial en los que se regula la temperatura para evitar daños a la semilla durante el secado de la piña. Las piñas, según se van recolectando se van llevando a almacenes acondicionados para este fin en los cuales habrá siempre una buena ventilación y en los que las piñas van sufriendo un presecado antes de pasar al horno de secado. La duración del secado varía con el grado de humedad que presentan las piñas en el momento de meterlas en el horno de secado, de la temperatura de secado y de la especie, ya que, las piñas de ciertas especies abren muy fácilmente y otras lo hacen con bastante dificultad. Como norma general, la temperatura de secado deberá mantenerse siempre por debajo de los 50-60° C. ya que una temperatura superior, si actúa de un modo continuo durante algún tiempo, puede producir la muerte de los embriones.

Las piñas una vez abiertas se agitan fuertemente para que dejen escapar los piñones, los cuales deberán hacerse pasar por una máquina desalados y por una aventados para obtenerlos limpios.

Los rendimientos en semilla varían entre 2 y 4 kgs. de semilla limpia por cada 100 kgs, de piña fresca para la mayoría de las especies y únicamente algunas especies con piñones muy gruesos tienen rendimientos mucho más altos (20-30 por 100).

Al aumentar el tamaño de las piñas aumenta también el tamaño y la calidad de la semilla y de las plantitas obtenidas. El tamaño de las semillas tiene gran importancia, pues normalmente estas semillas suelen presentar los valores más altos en cuanto a viabilidad.

Para eliminar las semillas vanas se suele emplear el método de echar las semillas en agua, considerando como vanas aquellas que flotan y como buenas las que se van al fondo. Esta práctica da buenos resulta¬dos con semillas que son más densas que el agua cuando no están vanas. Para las semillas con densidad inferior o igual a la del agua deberán emplearse líquidos con densidades inferiores para que así se vayan al fondo las semillas no vanas.

Todas las semillas de pino se pueden conservar sin que pierdan su viabilidad durante intervalos suficientes de tiempo, para poder cubrir con las reservas los años de poca cosecha. Para conservar los piñones en buenas condiciones es de gran importancia el contenido de humedad de los mismos y la temperatura de almacenaje. El contenido de humedad óptimo puede variar ligeramente con la especie, pero en general se ha visto que contenidos de humedad del 5-8 por 100 son los más convenientes. A medida que la temperatura de almacenaje sea más alta, el contenido de humedad de la semilla deberá ser más bajo, para poder conservar la semilla en buenas condiciones.

El método mejor para almacenar la semilla de pino consiste en guardarla en recipientes que cierren herméticamente y con un contenido de humedad bajo (5-6 por 100), en cámaras frigoríficas, con una temperatura constante de 0-4° C., o bien a temperaturas por debajo de -10° C.

GERMINACION

La semilla de pino presenta características muy distintas, segun la especie, pues mientras que la mayoría de las semillas germinan rápidamente sin necesidad de tratamiento previo alguno, otras mejoran su germinación con sólo someterlas a un enfriado previo o a una inmersión en agua a la temperatura ambiente durante 12-24 horas.

SIEMBRA

Las siembras se suelen hacer normalmente en vivero, para obtener planta, que luego se trasplanta a su asiento definitivo en el monte, pero también es frecuente la siembra directa en el monte para algunas especies.

Siembra en vivero

La siembra en vivero suele hacerse en primavera (febrero-marzo).