REMOLINOS Y CIRCUNVALACIONES. ELEMENTOS DE MATERIALISMO CRÍTICO

REMOLINOS Y CIRCUNVALACIONES. ELEMENTOS DE MATERIALISMO CRÍTICO

Edgardo Adrián López

Volver al índice

Introducción ¿Es la Sociología una ciencia o no?

Para el intelectual francés Pierre-Felix Bourdieu, la sociología es una ciencia de dos caras, mientras que para Manuel Castells ésta no constituye una ciencia.

Bourdieu sostiene que el científico debe criticar determinadas cuestiones previas, tales como su rol dentro de una sociedad dada.

Para él, la Sociología es una ciencia porque reúne todos los rasgos que caracterizan al pensamiento científico:

a. usa métodos;

b. desmiente o confirma sus hipótesis;

c. es sistemática;

d. procura ordenar lo observado en datos que se adoptan a modo de puntos de partida, para llevar adelante ciertas estrategias de investigación;

e. etc.

Pueden Uds. consultar una entrevista en http://www.sociologia.de/soc/index1.htm (www.sociologia.de -home); es muy clara en lo que venimos sosteniendo.

Por el contrario, Castells en la “Introducción” a sus Problemas de investigación en Sociología urbana, piensa que las investigaciones están condicionadas socialmente. Por otra parte, sentencia que la sociología no es una ciencia ya que la “ideología” (concepto que no define sino que da por sabido...) es una forma política de ver el mundo, y no existe una ciencia sin ideología. Por consiguiente, razona que no es posible la objetividad y neutralidad científicas, dado que siempre la ideología interviene.

Aunque Castells no da este ejemplo tal cual nosotros lo desarrollaremos ahora, es necesario ofrecer alguno para que se entienda lo que explicamos.

Podemos sostener simplificando mucho, que en una sociedad capitalista “tipo” existen clases sociales. Según la visión “ortodoxa” del pensamiento de Marx, que es uno de los “clásicos” que tendremos ocasión de estudiar en detalle, las clases sociales son dos. Por ahora, no discutiremos esta interpretación de Marx pero cabe advertir que es una perspectiva demasiado sencilla de su apuesta teórica.

Bien; prosigamos. La clase dominante es la de los capitalistas; es la poseedora de ciertos medios de producción fundamentales, como la tierra, etc. Mientras, el obrero, proletario o clase dominada es aquel que no es poseedor de tales medios de producción y por eso, se halla en la situación de vender su fuerza de trabajo por un salario en dinero. El asunto es que entre estas dos clases se entabla una puja que se denomina “lucha de clases”. Frente a esta pugna, un científico social no sólo no puede ser indiferente sino que el contexto social impide que sea de verdad, indiferente: o sus investigaciones contribuyen a subvertir el orden de privilegios, o bien lo refuerzan. Esto es, los resultados de los estudios de un científico social no son “neutrales”.

Nuestra toma de partido es entender que la Sociología no es todavía una ciencia, aunque pueda llegar a serlo en el futuro, y es por eso que los “sociólogos” pueden ser calificados de practicar una “pseudo ciencia”. Empleando una terminología de Bourdieu que usa para otros objetivos, es dable abocetar que son “mitosociólogos”.

Para finalizar, cabe anticipar que la asignatura siempre intentará presentarles dos o más visiones contrapuestas sobre los ejes del Programa. Puede ser que esto sea desconcertante y que genere más confusiones o dudas, pero tienen que “acostumbrarse” a que en las Ciencias Sociales todo es discutible y que todo está sujeto a debate continuo. Por añadidura, esa estrategia se emplea a los fines de que las opiniones del responsable de cátedra, queden como un parecer más entre múltiples opiniones y no como si fuera la “última palabra”: no nos interesa enseñar nuestra mirada, aunque sentemos posición respecto a todos los temas que se abordan, cosa a la que tenemos pleno derecho en la escala en que hay o tendría que haber “libertad de cátedra” (que no suele respetarse tanto como se declama, al igual que acaece con otros asuntos que dicen cuidarse en la academia, pero que se violan continuamente y a partir de mecanismos que se hallan cuasi institucionalizados para ello –e. g., la escasa o nula transparencia en los concursos...).