LA ECONOMÍA DEL FIN DEL MUNDO
CONFIGURACIÓN, EVOLUCIÓN Y PERSPECTIVAS ECONÓMICAS DE TIERRA DEL FUEGO


Miguel A. Mastroscello

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1.2.2. Pasturas, bosques, subsuelo, el mar

La superficie argentina de la isla equivale aproximadamente a 2.000.000 de hectáreas; cerca de 60% de ese total pertenece a los establecimientos ganaderos, denominados estancias. Asimismo, casi dos tercios de las tierras en producción posee pastizales naturales, mientras que el área de pasturas implantadas es muy escasa (menos de 5.000 hectáreas) .

A su vez, la mitad de los pastizales se encuentra en las estancias de la estepa magallánica, donde se inició la actividad ganadera a fines del siglo XIX . Sus principales recursos forrajeros naturales son una abundante vegetación herbácea y los coironales (matas de una planta gramínea conocida como coirón dulce).

En el ecotono, por su parte, las pasturas se ubican en las pampas, aunque en menor medida aparecen también bajo los árboles, en el llamado sotobosque. Finalmente, cuando se marcha hacia el Sur adentrándose en la región cordillerana, se advierte que la aptitud forrajera del suelo es sensiblemente menor , por la influencia de las ya mencionadas particularidades del relieve montañoso.

Las tierras más aptas para ganadería se encuentran en la estepa y el ecotono

En cuanto a los recursos forestales nativos, forman parte de la región fitogeográfica argentina denominada provincia subantártica, y están constituidos por los bosques andinopatagónicos , que cubren una extensión estimada en 2.900.000 hectáreas, equivalentes a 6,4% de la superficie boscosa total nacional .

En la región cordillerana y el ecotono de Tierra del Fuego se encuentra una quinta parte de los bosques andinopatagónicos del país, lo que la ubica en el segundo lugar de la región, detrás de Chubut. La especie predominante es la lenga, que muchas veces está asociada con el guindo, de características similares; se las puede distinguir debido a que a diferencia de esta última, aquélla es de hojas caducas. Ambas tienen aptitud maderable y son de porte elevado, ya que al competir por alcanzar la luz solar en la densidad del monte, llegan hasta los 25 metros de altura. También existe el canelo, cuya madera no es apreciada para la industrialización, y a medida que se avanza desde el sur en el ecotono, comienza a aparecer el ñire, caracterizado por su fuste tortuoso, lo que determina que sólo se lo aproveche para obtener postes o como combustible.

Una elevada proporción de la masa boscosa fueguina presenta un estado de sobremaduración por no haber sido explotada en el momento oportuno, y también es frecuente hallar ejemplares que sufren la acción de distintos parásitos. Además de ello, los recursos forestales de la isla han padecido los efectos adversos de los incendios, así como la presión ejercida tanto por el ganado que pastorea en el bosque como por el castor, un roedor de gran porte cuya forma de vida se relaciona intensamente con la madera y los cursos de agua. Esta especie exótica fue introducida desde Canadá en 1946 con el objeto de estimular el desarrollo de una actividad peletera; sin embargo, dicho propósito no se alcanzó, mientras que los embalses que estos animales construyen han inundado muchas áreas boscosas, provocando la muerte de los ejemplares arbóreos afectados. A ello se agrega su acción sobre especímenes cercanos, principalmente individuos jóvenes o renovales, con los fines de alimentarse y extraer material para sus diques. El control que ejercían los cazadores (el castor no tiene predadores naturales en la isla) tiende a desaparecer ante la progresiva pérdida de valor comercial de las pieles, por lo que el problema puede agravarse.

Algunas veces, varios de estos elementos se conjugan de manera negativa. En diciembre de 1978, un gran incendio afectó aproximadamente 400 hectáreas de bosques situados unos 75 km. al Noreste de Ushuaia. Más de un cuarto de siglo después, no se observaban signos de recuperación de esa masa boscosa, presumiblemente por una combinación de las causas apuntadas.

Se estima una superficie total de lengales productivos de aproximadamente 290.000 hectáreas, de las cuales 80.000 son las que se encuentran estudiadas y sobre las que se llevan a cabo los aprovechamientos industriales .

Al igual que en otras áreas patagónicas, los recursos conocidos más importantes del subsuelo fueguino son el petróleo y el gas. Las abundantes reservas detectadas de estos combustibles se localizan predominantemente en el norte de la isla, con eje en la zona de la Bahía de San Sebastián. En 2005, las reservas comprobadas de petróleo en los yacimientos de Tierra del Fuego (on shore y off shore) representaban 1,7% del total nacional, mientras que las de gas equivalían a algo más de 10% . Existen asimismo yacimientos de oro y de minerales pesados (magnetita, hematita, apatita, circón, titanita, granates, etc.), tanto en la costa del Canal Beagle como en el litoral atlántico entre Río Grande y el Cabo Espíritu Santo. También hay rocas de aplicación, denominación ésta que abarca a los áridos utilizados como insumos de la construcción, e importantes existencias de turba, una sustancia clasificada como un mineral de segunda categoría, formada a partir de restos vegetales depositados en un medio saturado de agua y muy ácido, lo que detiene su proceso de descomposición . Este recurso tiene numerosas aplicaciones, sobre todo en la agroindustria, como inerte para los inoculantes de semillas de leguminosas o sustratos para la producción agrícola intensiva en invernáculos, así como en la industria cosmética y perfumera. Por otra parte, los turbales, como formaciones naturales, cumplen importantes funciones ecológicas de amortiguación en relación al ciclo hídrico y el funcionamiento de los ecosistemas asociados.

En el mar reside una parte considerable de los recursos naturales provinciales. Dado que la Argentina posee la franja del océano Atlántico que se extiende desde sus costas hasta las 12 millas marinas y además reivindica como zona económica exclusiva la que alcanza hasta las 200 millas, Tierra del Fuego detenta un valioso acervo marítimo. Si bien son aguas de difícil navegación, tanto por la frecuencia de las tempestades como por las bajas temperaturas, se destaca como cualidad significativa su baja contaminación.

En la fauna ictícola se encuentran, entre otros, el abadejo, la brótola, el mero, la polaca, la merluza austral, la merluza hubbssi, la merluza de cola y el róbalo; También la merluza negra, muy apreciada por la gastronomía, al igual que moluscos como la centolla, el centollón, el mejillón, la cholga, el calamar y la vieira. Además, en la porción antártica de los mares fueguinos existe en abundancia el krill, un pequeño crustáceo considerado como un recurso proteico potencialmente muy importante para la humanidad .


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