EN TORNO A LAS UNIVERSIDADES EMPRENDEDORAS: EDUCACIÓN, VINCULACIÓN, DESARROLLO Y REFORMULACIONES

EN TORNO A LAS UNIVERSIDADES EMPRENDEDORAS: EDUCACI?N, VINCULACI?N, DESARROLLO Y REFORMULACIONES

Coordinadores: Ángel Rosales Torres y Ricardo Contreras Soto

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Aprendizaje en las Universidades Mexicanas, algunas reflexiones.

M. Lourdes Hernández Vela
Economista
laemperatrizmexicaine@gmail.com

“No es por hacerles el desaire, pero ya no enseño como antes, aunque ande con los colegas…” Lula

La educación eficaz yace en México entre los escombros escolares y familiares. Nuestras creencias han hecho de la educación un acontecimiento ciertamente irrelevante para el hombre y, en consecuencia, para la sociedad. Se identifica erudición con educación y hemos tardado décadas en darnos cuenta de que el conocimiento aprendido de memoria no sirve en el ejercicio profesional y de que los residuos que esta manera de aprender deja en la persona no lo capacitan para enfrentar los retos que esta sociedad moderna y contradictoria nos pone en frente.

Deja mucho que desear la manera en que hemos venido manejando el sistema y el proceso educativo. Evidentemente la necesidad de cambio nos lleva a ensayos no aplicables a nuestro contexto cultural, el cual hemos descalificado persiguiendo modelos de educación que son aplicables a grandes urbes como copiar el sistema educativo de los Estados Unidos, el cual cuenta con otro tipo de individuos en otro tipo de contexto muy diferente al nuestro.

Ante este panorama, no sólo mexicano, sino de cualquier país del mundo, varios líderes sociales, culturales o científicos han estado proponiendo cambios para la educación en general o para la educación universitaria particular. La desesperación derivada de los números en los resultados educativos nos fuerza a cambiar hacia lo que sea, con tal de cambiar.

Sin embargo, de lo que han carecido la mayoría de estas propuestas de cambio al implantarse, es de eficacia educativa. Adoptamos modelos educativos –ahora hablamos de calidad- de otros países, sin mayor consideración. Concluimos, inocentemente, que si un país es rico, lo que está haciendo en educación vale la pena. Así establecemos aspectos educativos que percibimos en otras universidades prestigiadas, sin percatarnos de que lo son por sus investigadores y no por la formación que dan a sus egresados. ¿Quién había oído hablar de Georgetown University antes de saber que es la cuna universitaria de Clinton? Quién conoce el Trinity Collage de Londres como un prestigiado colegio al que asistió Oscar Wilde? Quién conoce la London School of Economics and Political Science antes de leer la “Tercera Vía” de Anthony Guiddens y de saber que éste es el consultor número uno en las tomas de decisión económicas de Tony Blair en Inglaterra

Lo que al parecer hace falta en México es un criterio educativo eficaz, que oriente todas nuestras decisiones educativas. La eficacia en la tarea educativa depende fundamentalmente de que las decisiones se desprendan de lo que queremos que les pase a los alumnos y que esto que les suceda valga la pena. Educar tiene que ver con perfeccionar al hombre, y este perfeccionamiento equivale a que vayan “ganando” en tres aspectos todos los alumnos: conceptos comprendidos e integrados, habilidades desarrolladas y actitudes reforzadas. Éstos, y sólo estos, son los componentes genéricos de toda persona educada. Los contenidos específicos de estos componentes se deben establecer dependiendo del nivel educativo en que se encuentren los alumnos. En el caso de la universidad, los conceptos, habilidades y actitudes que deben promoverse se desprenden de la licenciatura o postgrado en cuestión, considerando la situación social contemporánea en la que se desarrolla, respetando las “unitas múltiplex: la unidad y la diversidad humana”, donde el individuo, su especie y la sociedad a la que pertenece están concatenadas. “l bucle individuo- sociedad- especie” (Edgar Morin, Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro) al que se refiere E. Morin, quién investiga las necesidades fundamentales del individuo en Instituciones como la UNESCO puntualiza que se ha venido omitiendo el contexto cultural al que pertenece cada individuo y para el cual el término “eficaz” difiere en cada tipo de sociedad.

México, como muchos otros países venido adoptando modelos educativos que no están fundamentados en sus necesidades solo con el afán de alcanzar estándares de educación para adaptarse a un contexto global, meramente mercantilista–económico donde se omiten variables inherentes del individuo que pertenece a una especie única e irrepetible.

La búsqueda de una mejor educación ha ido surgiendo en los Estados Unidos un método escolar y universitario que ha mostrado ser altamente eficaz para educar alumnos o formar profesionales. A este método lo llamo Aprendizaje en Equipo (Cooperative Learning) y para trabajar en equipo deben existir factores afines: sentido de pertenencia, conciencia de grupo, aceptación de metas y retos y, sobre todo, el mismo objetivo a alcanzar, sabiendo que la eficacia de cada uno se define como la eficacia del grupo. Sin estos conceptos, el método no tiene óptimos resultados. Existen tareas que se deben llevar a cabo previamente, como el capacitar al individuo para el crecimiento personal siempre ligado al crecimiento de su grupo, llámese a éste un grupo de estudiantes, profesionales, jefes o directores, todos, deben tener la conciencia de grupo.

El objetivo de este escrito es presentar esta técnica educativa junto con las sugerencias pertinentes para su implantación en México, y particularmente en el pedazo de este país en el que se encuentre un ambiente universitario.

La formación de profesionales

La formación de profesionales (egresados de una carrera técnica universitaria o de una licenciatura) se refiere fundamentalmente a dos aspectos: el perfil del egresado y la manera de lograrlo: el qué se quiere y el cómo lograr lo que se quiere.

Generalmente los rasgos del egresado no se establecen con seriedad y, si se establecen, se hace de manera teórica o formal; es decir, no lo trabajan los profesores siguiendo un desarrollo curricular diseñado únicamente para la universidad en cuestión.

Los rasgos de un egresado deben preparar para el ejercicio profesional en un contexto social determinado (Edgar Morin, UNESCO, 1999). Me refiero a un contexto donde quepan la cultura, la idiosincrasia y el marco histórico del lugar o país. No podemos hablar solamente de contexto global sin incluir lo multidimensional y lo complejo que se advierte en el momento actual del individuo.

Los empleadores de egresados aducen tres tipos de carencias en los recién egresados: saben, pero no entienden lo que saben; no son capaces de resolver problemas ni tomar decisiones; y “no nos gusta su manera de ser” (irresponsables, desperdiciados, desconfiados de sí mismos…). Estas quejas tienen que ver con trs rasgos genéricos del perfil del egresado: conceptos comprendidos e integrados, habilidades para resolver problemas desarrollados y actitudes reforzadas (cfr. Rugagarcía, 1989 o 1993). El contenido de cada uno de estos rasgos lo deben establecer los colegios académicos. El meollo de la enseñanza y de la investigación pedagógica alrededor de cómo enseñar y de los métodos que se deben utilizar.

Los resultados educativos en México orillan a cuestionar fundamentalmente los métodos para enseñar. Hemos creído inocentemente, que son sólo transmitir conocimientos al estudiante omitiendo que el alumno se prepara para enfrentar los estudios posteriores y para la vida.

El hecho de que haya un solo maestro para treinta o más alumnos en la mayoría de los salones universitarios, implica que es bajo el porcentaje de tiempo en que los alumnos pueden participar. Existe la posibilidad de que al establecer otros tipos de interacción, como por ejemplo entre uno y otro alumno, se podría dar a éstos la oportunidad de tomar parte activa en su aprendizaje. En síntesis, dada la especificidad del ejercicio profesional, el rasgo principal de los egresados es que sean capaces de aprender y manejar lo aprendido, y el reto educativo fundamental consiste en encontrar los métodos de enseñanza que conduzcan a los alumnos a adquirir los rasgos del perfil descrito anteriormente, lo que implica promover la actividad educativa de éstos.

Bibliografía

Morin, Edgar 1999. "Los siete saberes necesarios para la educación del futuro". UNESCO.

Spolsky, Bernard 1998. "Sociolinguistics, Lenguage and Culture". Oxford Univ. Press

Luhmann, Niklas et Karl Eberhard Schorr. 1993. "El Sistema Educativo". Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente.