LAS MATEMÁTICAS DE LA CIENCIA REGIONAL

LAS MATEM?TICAS DE LA CIENCIA REGIONAL

Andrés E. Miguel Velasco y otros

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a. Algunos fundamentos de los derechos y deberes

Los elementos que pueden implicarse en la determinación de los derechos y deberes son diversos. En la realidad, un “sí”, o la colocación de una cerca con un letrero que indique “propiedad privada”, puede ser suficiente para señalar su existencia. En la región, algunos elementos que intervienen en la determinación de éstos son, por un lado, el “prestigio” social, enmarcado en determinado conjunto de valores materiales y morales, así como en la capacidad económica de quienes lo detentan; y otro, por la “estructura de organización” que posea la sociedad, asimismo, determinada por el poder de negociación y la autoridad de los mismos ciudadanos.

Mientras los derechos y deberes no se encuentren estipulados en la sociedad, los individuos y clases sociales tenderán a identificarse con las actitudes, símbolos y creencias derivados del “estado de derecho”; y en tales circunstancias, es posible que el nivel de los valores de los grupos e individuos actuando aisladamente sobrepasará la dinámica de las relaciones sociales que posean. Pero una vez que se aceptan o imponen determinados derechos y deberes, la dinámica de las relaciones no puede rebasar el nivel de los valores que la sociedad acepta.

Es muy difícil que una sociedad logre mantener un equilibrio “estable” y permanente sobre todo cuando se toma en consideración que los agentes sociales normalmente tienden a actuar en base al “consenso”, o bien, en función de determinado “autoritarismo” que se ejerce sobre ellos. En otras palabras, las sociedades complican o modifican sus relaciones, organización e instituciones, en la medida en que se considera que realmente sus derechos son mayores que sus deberes (caso del “populismo”); o bien, que el peso de sus obligaciones sobrepasan con mucho lo que se ha estipulado para ellos como prebendas (caso del “autoritarismo”). Es decir, se actúa bajo la condicionante de que no deben rebasarse determinados acuerdos o estipulaciones; pero en realidad, casi todo el tiempo se está buscando la ventaja sobre los mismos, ya sea para hacer efectivos los derechos con los cuales se ha acreditado a individuos y grupos; o en su defecto, para cumplir lo menos posible con las obligaciones contraídas. En este sentido, la escala social de casi todas las sociedades trata de relacionar los valores netamente materiales con los valores que posean un fundamento moral para la sociedad.

Tradicionalmente casi todos los códigos morales, o las grandes ideas religiosas sugieren comprometerse a todas las obligaciones sin esperar casi nada a cambio. Como ejemplo tenemos el texto del Deuteronomio de la Biblia, uno de los primeros esfuerzos humanos conocidos para conceptualizar y establecer una sociedad armónica, en el cual se deduce que la sociedad solidaria y fraternal se logrará a través de una actitud de fidelidad, por medio del establecimiento de compromisos (en otras palabras, a través de lo que cotidianamente se denomina “fraternidad”). Pero las sociedades modernas han tratado de equilibrar esto con los derechos y deberes que corresponden a sus ciudadanos, en base a códigos legales perfectamente establecidos.

La evolución de los valores sociales capaz de propiciar nuevas formas de organización y equilibrio es un proceso de integración, basado en una espacialidad y temporalidad social. Son los lineamientos de carácter moral los que señalan los límites o tendencias de toda relación social, en la cual casi siempre están vigentes cuestiones tales como ¿por qué determinadas apreciaciones sociales, como las estipulaciones morales, se mantienen a pesar de las circunstancias, en ocasiones tan cambiantes?. Nuevamente, la idea del tiempo y el espacio social pueden arrojar alguna evidencia al respecto.

Desde un punto de vista metodológico puede preverse que la relación “espacio-tiempo” es capaz de delimitar las tendencias de la interacción regional de los derechos y deberes, y por lo tanto, contribuir al análisis sociológico de largo plazo, complementariamente al estudio de los agentes, su comportamiento y relaciones en las diversas coyunturas, necesario para el análisis de corto plazo.