EL CAPITAL HUMANO EN LAS ORGANIZACIONES

EL CAPITAL HUMANO EN LAS ORGANIZACIONES

García Santillán Arturo y Edel Navarro Rubén

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ANTECEDENTES:

Con la creación de la Dirección General de Hacienda, determinada en la Ley número 75 de la H. Legislatura del Estado, correspondiente a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, publicada en la Gaceta Oficial número 135 del 15 de noviembre de 1951, se establecen las funciones de la actual Subsecretaría de Ingresos.

A pesar de esta publicación, no fue sino hasta el 1 de enero de 1957 que entró en vigor el Reglamento que estableció las funciones y estructura de dicha Dirección General de Hacienda, en la cual se integraban la Subdirección de Ingresos y la Subdirección de Egresos y que fueron creciendo administrativamente en forma paralela.

La Subdirección de Ingresos tuvo como atribuciones principales la formulación anual del Proyecto del Presupuesto de Ingresos; la supervisión permanente de los ingresos del Estado para que los mismos no disminuyeran, proponiendo las alternativas necesarias para lograr la superación, además del diseño de proyectos de Reformas Fiscales y Administrativas y en general toda clase de lineamientos que coadyuvarán a los ingresos del Estado.

En el año de 1962 se determina que la Dirección General de Hacienda cambió su denominación por el de Tesorería General del Estado, con base en ello, se establece que a partir del 1 de enero de 1963 la Subdirección de Ingresos pase a ser Dirección de Ingresos, quedando integrada por los Departamentos de Impuesto Predial y Catastro, Impuesto al Comercio, Industria y Profesiones; Impuesto a la Agricultura y Ganadería; Oficina de Correspondencia y las Oficinas Recaudadoras, clasificadas en principales y subalternas.

Al inicio de la administración gubernamental 1986-1992 , se emitió la Ley Orgánica de la Administración Pública Estatal el 30 de diciembre de 1986, en la que se establece el cambio de denominación de la Tesorería General del Estado por el de Secretaría de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN), como derivación de dicha ley, se expide el 4 de abril de 1987 el reglamento interior de la Secretaría de Finanzas y Planeación, en el cual se contempla el cambio de Dirección de Ingresos por Dirección General de Ingresos.

De dicha Secretaría se derivan varias Subsecretarías de las cuales es la Oficina de Hacienda del Estado la encargada de llevar a cabo lo que el manual de la organización cita textualmente: “…recibir del contribuyente, el importe de los créditos provenientes de impuestos, derechos, productos, aprovechamientos y contribuciones por mejoras estatales, así como los que provengan de ingresos federales cuya administración esté encomendada al Estado; de proponer las multas que serán impuestas por incumplimiento de las disposiciones fiscales; de resguardar y mantener el control de los valores y formas valoradas que se necesiten en el cobro de créditos fiscales; así como de enviar a la Secretaría, de conformidad con las normas y procedimientos que al efecto se establezcan, los ingresos recaudados, así como la documentación comprobatoria de los mismos”.

Para tal efecto, la Oficina está dividida en las siguientes áreas y/o funciones: Cobraduría de Hacienda del Estado; Módulo de Atención y Servicio al Contribuyente; Sección de Registro y Empadronamiento; Administrador General del Sistema; Sección de Control de Ingresos y Archivo; Sección de Ejecución Fiscal; cada departamento, con sus respectivas funciones y responsabilidades.

Para el presente trabajo, nos enfocaremos únicamente a la Oficina de Hacienda del Estado de Veracruz, ubicada en las calles de Juárez esq. 5 de mayo No. 309 en la colonia Centro de la ciudad y puerto de Veracruz, fungiendo en la actualidad como jefe de dicha organización el Lic. Daniel López Fernández.

Dicha Oficina está conformada por 60 empleados aproximadamente, entre cajeros, encargados de área, auxiliares administrativos y notificadotes, de los cuales la mayoría son de Base y forman parte del Sindicato de Trabajadores al servicio del Gobierno del Estado, dirigido actualmente por la C. Juana Consuelo Méndez Vázquez y cuyas instalaciones se encuentran en la ciudad de Xalapa, Ver.

En la actualidad, son realmente pocos los empleados que aún no cuentan con una base definitiva, siendo por el momento considerados como empleados de contrato o de confianza solamente y formando una mínima parte de la plantilla laboral.

Generalmente, las Oficinas de Hacienda son consideradas, dentro del contexto del organigrama, como “Recaudadoras”, por lo que a la Secretaría de Finanzas y Planeación no le es indispensable que su personal cuente con un perfil determinado en cuanto a su formación académica, ya que se tiene la idea de que no es necesario contratar gente especializada o profesional para cumplir con las funciones de dicha entidad.

Así mismo, en los requisitos para el ingreso a cualquier dependencia de la entidad, en este caso la Oficina de Hacienda, según lo establecen las Condiciones Generales de Trabajo, no se maneja ningún tipo de perfil para dicha contratación, simplemente cubrir requisitos básicos tales como: presentar solicitud, por escrito; ser mayor de 16 años; ser de nacionalidad mexicana; aprobar los exámenes de admisión que aplique la Dependencia (un psicométrico y otro de cultura general); presentar certificado de salud que acredite no padecer alguna enfermedad transmisible o incapacidad, etc.

Como se puede observar a grandes rasgos, la tendencia en cuanto a la selección de personal en esta Dependencia es básicamente contratar “empleados” no “profesionistas”, sin embargo, la realidad es otra, ya que algunas personas de reciente ingreso a dicha Oficina cuentan por lo menos con alguna licenciatura, siendo su trabajo pagado a un nivel inferior a lo que su formación académica lo requiere.

Por lo tanto, es preciso evaluar la situación actual, analizarla y así integrar un diagnóstico que pueda poner en perspectiva si es realmente el análisis de los puestos principales, factor determinante para la mejora en los procesos de selección de personal y no solamente tomar las funciones derivadas de los mismos como un criterio que dictamine su realización; esto es, para que en un futuro, se redunde en una plantilla laboral adecuada a las exigencias de un mundo que cambia constantemente y que requiere una evolución por parte del sistema administrativo y burocrático imperante en la actualidad.