DERECHO: ¿CUÁL DERECHO?
DE LA CONSTITUCIÓN BURGUESA A LA CONSTITUCIÓN DE NUEVA DEMOCRACIA

DERECHO: ?CU?L DERECHO? DE LA CONSTITUCI?N BURGUESA A LA CONSTITUCI?N DE NUEVA DEMOCRACIA

Álvaro Bedoya Salazar

Volver al índice

 

 

 

 

 

4. 21 Misael Pastrana

Se entroniza a Pastrana Borrero en medio del estado de sitio, el toque de queda, la ley seca y la represión generalizada. El nuevo presidente, como los anteriores, siguió al pie de la letra los derroteros trazados por el informe de la Misión Económica enviada a Colombia en 1970 por Banco Mundial, dirigida por Dragoslav Avramovic, programa que exigía reformas en toda la estructura del Estado, fuera de las que demandaba directamente el imperio a través del llamado Plan Currie, con las llamadas cuatro estrategias, obedientemente aplicadas por el gobierno. Las cuatro estrategias contenían lo siguiente:

La primera, desarrollo urbano a través de la construcción privada de planes de vivienda bajo el control del ahorro nacional en manos del sector privado. La segunda, el incremento de las exportaciones, de modo que permitieran el pago parcial de la deuda externa: La tercera, que sin reforma agraria se aumentara la producción agropecuaria: La cuarta, aumento progresivo de los impuestos y pago de los servicios públicos utilizando la upaquización de la economía.

Este mandato gobernó en medio de muchas luchas de los trabajadores encabezadas en lo fundamental por los trabajadores de la estatal petrolera Ecopetrol, agrupados en la Unión Sindical Obrera, USO, y las batallas de los estudiantes, luchas que se reprimieron en medio del estado de sitio vigente y la imposición de los consejos verbales de guerra. En abril de 1971, el gobierno había cerrado once universidades y muchas de ellas permanecían bajo ocupación militar.

Las batallas estudiantiles se oponían a la privatización de las universidades públicas, pero prioritariamente la protesta era contra la creciente injerencia del imperio del Norte, que le estaba imponiendo a Colombia planes educativos en beneficio de los intereses estadounidenses. La batalla estudiantil se sumó a la lucha general del pueblo colombiano por su independencia. Fue una batalla patriótica contra el imperio y por la vigencia de una educación nacional, científica y de masas. Tal fue la consigna lanzada por la Juventud Patriótica en uno de los tantos encuentros estudiantiles.

El sindicalismo independiente se fue alimentando con las organizaciones que se retiraban voluntariamente de la UTC y CTC o eran expulsadas por ellas, en contubernio con el gobierno y las agencias sindicales gringas, como la CIOLS y la ORIT. Así ocurrió con el Sindicato de Telecom, acusado de estar dirigido por subversivos.

En medio de todas estas bregas se preparan las elecciones de mitaca de 1972, y el Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario, MOIR, toma la determinación de ir por primera vez a la batalla electoral, resaltando la importancia que tiene para los sectores más avanzados del proletariado colombiano participar en la campaña electoral, utilizándola como tribuna para educar y fortalecer el frente unido por la defensa de la patria.

La Anapo, que venía de ganar las elecciones de 1970 pero que no tuvo el valor civil de defenderlas, sufrió un retroceso mayúsculo, pues no pasó de quinientos mil votos. Tal descalabro permitió que los partidos tradicionales se sintieran fortalecidos y acentuaran su apátrida esquema de Frente Nacional.

En las elecciones del 21 de abril de 1974, las fuerzas independientes lograron crear las bases de un frente unido, conocido como Unión Nacional de Oposición, que proclamó como candidato presidencial al médico Hernando Echeverry Mejía.

El movimiento obrero levantó la bandera de unidad y combate. La propuso Francisco Mosquera, secretario general del MOIR, en el editorial del periódico Tribuna Roja, con el título La hora es de unidad y de combate, que en sus principales apartes dice:

Concentremos todas las fuerzas contra las camarillas de la UTC y CTC y unifiquemos el movimiento sindical en una central obrera independiente. (…)

La división del movimiento sindical y la falta de una organización nacional gremial de todos los obreros colombianos es algo que debe preocupar a los revolucionarios y en especial a los marxistas-leninistas. El proletariado colombiano necesita con urgencia una organización que lo aglutine nacionalmente, que pueda defender sus conquistas, exigir sus derechos y fortalecer sus luchas. El proletariado necesita superar la división. (…)

La clase obrera de un país semifeudal y sometido a la dominación neocolonial del imperialismo yanky, como es el caso de Colombia, se desenvuelve en circunstancias adversas para alcanzar su pleno desarrollo político. Las principales medidas del régimen buscan someter material y moralmente al proletariado a las más terribles condiciones de vida. Con la supresión de los derechos organización, expresión, movilización y huelga se les niega a los obreros toda posibilidad de defensa legal, y quienes lleven a la práctica el ejercicio de estos derechos son ametrallados o encarcelados. Pero el proletariado colombiano removerá todos los obstáculos, despreciará los peligros y sacrificios y se vinculará estrechamente a las amplias masas no proletarias con una política nueva, diametralmente opuesta a la caduca política de las podridas clases dominantes, que interprete con fidelidad las exigencias fundamentales del pueblo y sea un reflejo auténtico de la realidad y del curso histórico del país. (…)

A los explotadores les aterroriza la existencia de un movimiento proletario independiente. Por eso, además de reprimir y privar de sus derechos democráticos al proletariado, el imperialismo yanky y sus lacayos colombianos pretenden sostener mediante el soborno y la coacción una organización sindical patronal. Es de público conocimiento el hecho de que la UTC y CTC reciben subvención de organismos financieros norteamericanos y del gobierno colombiano. El desarrollo de una fuerza independiente y revolucionaría del proletariado implica una lucha aguda, permanente y decidida tanto contra la dominación imperialista como por borrar de las filas obreras a los oportunistas y agentes del imperialismo. Hay que convertir las organizaciones obreras en organizaciones revolucionarías al servicio de los intereses proletarios y populares.

Se anota que los dos párrafos anteriores pertenecen a la declaración aprobada por los obreros del MOIR en el pleno del Bloque Sindical Independiente de Antioquia, ya se mencionado en este trabajo. Y continúa diciendo Mosquera:

Pero la lucha de la clase obrera no la detiene nadie. el avance de las nuevas fuerzas que batallan contra las viejas y caducas. Las dificultades son temporales y serán superadas. En la actualidad una gran conmoción sacude de abajo hacia arriba todo el movimiento obrero. No hay un solo sindicato que escape de la tormenta. Es este un fenómeno favorable porque lo produce el avance de las nuevas fuerzas que batallan contra las viejas y caducas corrientes patronales y reaccionarias.

Esta contienda electoral arrojó como triunfador al candidato liberal Alfonso López Michelsen.