DERECHO: ¿CUÁL DERECHO?
DE LA CONSTITUCIÓN BURGUESA A LA CONSTITUCIÓN DE NUEVA DEMOCRACIA

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Álvaro Bedoya Salazar

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3.2 El Estado en la colonia

Es en medio de este hervor científico como se da el descubrimiento de América, hecho que convierte a España en el imperio más poderoso de los siglos XVI y XVII. El imperio de los Austrias, sobre cuyos dominios nunca se ponía el sol, comienza a decaer a finales del siglo XVII, y es Francia la que alcanza ahora la hegemonía, en pleno Siglo de las Luces. Pensadores como Diderot y muchos otros coronan la obra máxima de la Ilustración, la Enciclopedia, que resume el saber de la época.

Lo que España establece en sus colonias americanas es el régimen feudal, principalmente sobre las instituciones de la encomienda y la mita semiesclavista. El interés primordial del imperio era la consecución rápida de riquezas en oro y plata y la exacción tributaria de los pueblos indígenas sometidos. Y así, comienzan a llegar a España cantidades de riqueza, contando con el control de los grandes territorios, más la mano de obra explotada, hecho que fortalece el feudalismo en la metrópoli. Este régimen se prolongó por más de tres siglos.

En América, todas las tierras pertenecían a la corona, que las entregaba en concesión mediante cédulas reales, de las que eran beneficiarios fundamentalmente los burócratas y nobles, representantes directos del rey y de la Iglesia Católica, como quedó establecido en el Código de Indias de 1680, que además reglamentaba las leyes de alcabala, rígido impuesto que cobraba el fisco real sobre todas las ventas y permutas; el quinto real, que se aplicaba a la producción y comercio de minerales, como el oro, la plata, piedras preciosas y perlas; el almojarifazgo o avería, que se cobraba por la importación y la exportación; el tributo, que pagaban los indígenas en moneda o productos agrícolas; el diezmo, impuesto eclesiástico que se pagaba por la propiedad de la tierra, la producción agrícola y las cabezas de ganado; la sisa, un porcentaje que el vendedor le quitaba al comprador en pesas y medidas en las ventas menores; el impuesto de la Armada de Barlovento, con el objeto de defender los puertos del Caribe de los ataques de los piratas; la mesada, media anata y valimientos, que eran los distintos descuentos que se les hacían a los empleados públicos; los estancos, que pesaban sobre los productos que vendía exclusivamente la corona, que imponía los precios a su antojo. Finalmente, para dar remate a un régimen legal excesivamente tributarista, los cargos públicos se compraban y vendían.

En este mismo código, el régimen colonial impone a los indígenas la ley que los definía como vasallos libres, pero considerados como menores de edad, necesitados de protección, regulados por instituciones que determinaban su vida y su trabajo, tales como el repartimiento, que se impuso violentamente obligando a los nativos a prestar servicios personales a los colonizadores, o también en minas el cultivo de la tierra, y la cría de ganados, etc. La encomienda: el colonizador estaba autorizado para ejercer control sobre grupos de nativos, disponiendo a su arbitrio de familias enteras para su servicio y explotación. La mita: forma de organización de los nativos que fue adecuada por los españoles para obligarlos a trabajar en las minas.

Los resguardos indígenas: consistían en una extensión de tierra que se entregaba a los grupos de nativos, gobernados por un cabildo, que organizaba el reparto de las tierras, y el cacique se entendía con los españoles. La esclavitud: como el dominio que ejerció España sobre nuestro territorio fue tan sanguinario e inhumano, aunado a las pestes que trajeron los conquistadores desde el Viejo Continente, la población nativa de América se redujo al punto que culturas enteras desaparecieron. Ante la urgencia de continuar el saqueo de nuestras riquezas, los españoles impulsaron a mediados del siglo XVI el negocio de la captura de negros en África, para venderlos como esclavos en América. A la Nueva Granada fueron traídos más de un millón de hombres desarraigados de sus tierras y sus familias. Eran los descendientes de los bravos bantúes, quienes después fueron los hombres que buscaron su libertad en los palenques, o poblados de cimarrones. La mayoría de los esclavos fueron localizados en las zonas mineras del Cauca, Antioquia, Chocó y la Costa Atlántica, y en las haciendas de los españoles. Los esclavos no tenían ningún derecho y eran considerados una simple mercancía. Ante la ley tuvieron un trato inferior al de los indios, y donde se hacía alguna referencia a ellos era para combatir su rebeldía y mantenerlos enfrentados con los indios, con el objeto de que no se unieran contra España.