DERECHO: ¿CUÁL DERECHO?
DE LA CONSTITUCIÓN BURGUESA A LA CONSTITUCIÓN DE NUEVA DEMOCRACIA

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Álvaro Bedoya Salazar

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1. EL DESARROLLO HISTÓRICO DE LA SOCIEDAD HUMANA

Está definido ya que en el conocimiento acumulado de la humanidad, el movimiento de la historia se halla ligado directamente al desarrollo de las fuerzas productivas y los modos de producción, hecho que impulsa al avance, al progreso, a la revolución social, al cambio de las formas de producción y la propiedad de los medios para producirlas. Son aquellas fuerzas las que, en última instancia, definen dialécticamente la superestructura, es decir, el pensamiento social, las diferentes formas de gobierno, la formación del derecho y las constituciones.

¿Cómo surgieron las primeras sociedades? ¿Había Estado, había derecho, había Constituciones Políticas? lo explica el profesor Juan Brom,

El hombre empieza a trabajar usando un simple palo, o la piedra tal como la encuentra en la naturaleza; aprende después a aprovechar y mantener, y posteriormente a encender el fuego. De la simple piedra va derivando el hacha de mano y otros utensilios de piedra tallada y después pulida. Inventa la lanza y desarrolla más tarde otras armas arrojadizas, que culminan en el arco y la flecha.

Toda la primitiva época de la humanidad se caracteriza por ser recolectora. En el mesolítico se domestican el primer animal, el perro. Posteriormente, el hombre aprende a cultivar plantas y a domesticar otros animales. También aprende el arte de la alfarería, el trabajo de los metales, inventa la rueda y el carro.

La organización primitiva del hombre es comunal, con igualdad de derechos y de prioridades entre todos los miembros del grupo. Todos participan en la recolección, la caza y la pesca. Solo hay una división de trabajo muy sencilla, fundamentalmente entre hombres y mujeres. Se

inicia apenas la existencia de artesanos especializados, en los mangos y aristas del paleolítico; posteriormente aparecen los alfareros metalúrgicos y otros especialistas.

Este estadio se conoce como comunismo primitivo. Estrictamente hablando, no ha nacido aún el derecho.

Este surge con la civilización, es decir, con la ciudad-Estado, en la llamada sociedad esclavista, sobre la cual dice Brom:

La organización social es de poseedores y desposeídos, y destaca en ella la esclavitud, en la que unos hombres son propiedad de otros. También los productores libres viven en una situación muy mala, debido a lo barato del trabajo de los esclavos. El bajo costo de la fuerza de trabajo y el poco interés que lógicamente tienen los esclavos en la producción, frenan fuertemente el progreso. Hacia fines de la época, la esclavitud empieza a ser sustituida por el colonato, que hace al trabajador interesarse en el resultado de su labor.

La humanidad debe a la edad antigua una serie de avances. Se organiza el Estado, que tiene por función fijar las normas de las relaciones entre los grupos sociales. Dispone siempre de una fuerza armada, que le permite imponer sus decisiones. Aunque a veces favorece en algo a las capas pobres, el Estado de la Antigüedad está en lo fundamental al servicio de los esclavistas y demás capas ricas.

Y con el Estado, también las normas de la polis, la religión y su principal derivado, el derecho, que se sustenta en la propiedad privada y en la explotación de unos hombres por otros.

Nada cambió la situación en la Edad Media, sobre la cual afirma Brom:

El sistema social se basa en la servidumbre, en la que el siervo no es propiedad personal de su señor, pero tampoco es un hombre libre. Los siervos tienen la obligación de entregar una parte de su trabajo, y también de laborar determinados días y realizar determinadas faenas para su señor. Encima de la masa de siervos se establece toda una pirámide de señores feudales, en la que siempre un señor debe obediencia y vasallaje al superior, hasta culminar en el emperador, aunque en la práctica los señores son generalmente casi soberanos. Sus dominios, los feudos, se caracterizan por su economía localista, producen casi todo lo que consumen y consumen casi todo lo que producen: el comercio es mínimo.

Como tampoco en la Edad Moderna, caracterizada ya por la existencia de Constituciones Políticas burguesas que le fijan al rey, hasta ahora soberano absoluto, ciertas limitaciones. Brom anota:

Hay una serie de luchas de ropaje religioso, que no usan la religión sino como pretexto.

Esto se nota claramente en las diferentes alianzas, que responden a los intereses de las casas gobernantes y muchas veces dejan de lado los aspectos religiosos que afirman defender.

Se produce una concentración cada vez mayor de poder, que da lugar al absolutismo, alianza entre el rey, los comerciantes y demás burgueses, para crear Estados nacionales amplios y fuertes, restringiendo o aboliendo la fuerza política de los señores feudales. Después, esto se modifica un poco en el llamado despotismo ilustrado, que es políticamente un absolutismo pero con un ambiente cultural más elevado.

El ascenso de la clase capitalista, mucho más notorio en esta época –llamada con razón la Era de la Revolución Burguesa Mundial se plasma, en el campo del derecho, en una serie de libertades democráticas individuales, justamente cristalizadas en la Declaración de los Derechos Humanos aprobada por la Revolución Francesa en 1789. Los derechos modernos encuentran ya aquí su cabal expresión, aunque tienen su raíz en las Cartas Magnas conquistadas por la incipiente burguesía europea desde los siglos XII y XIII.

Sobre la Edad Contemporánea, anota Brom:

El mundo sufre una profunda transformación en los siglos XVII, XVIII, y XIX. La época anterior había preparado el predominio de una sociedad mercantilista, pero había dejado intactas las bases de la sociedad medieval: seguían existiendo relaciones de servidumbre en el campo; no se habían abolido las soberanías locales, aunque ya se habían reducido; los gobiernos, en su mayoría, seguían sosteniendo su derecho a dirigir soberanamente por ‘inspiración divina’, los destinos de sus naciones y no se reconocían la idea de soberanía popular. […] El periodo entre las guerras napoleónicas y la primera guerra mundial es la época del apogeo del capitalismo. Al principio del siglo XIX únicamente Inglaterra y Francia han abolido el sistema feudal; en estos cien años, el mundo se transforma en una unidad económica con fuerte interdependencia política: para 1910, prácticamente todos los países del mundo son capitalistas o dependen de países imperialistas. […]

El siglo XX se caracteriza por sus grandes conmociones sociales. Si el periodo que termina con la primera guerra mundial había sido el del predominio del régimen de la empresa privada, a partir de la segunda década del actual siglo este sistema se enfrenta a graves crisis, que se manifiestan en todos los aspectos de la vida, hay una ‘crisis’ de los valores, que afecta la sociedad tanto en el aspecto económico como en el político, el ético y el cultural, principalmente. […]

La época de 1918 a 1939, entre el fin de la primera guerra mundial, y el estallido de la segunda guerra mundial, se caracteriza por sus grandes conmociones políticas y sociales. Hay un fuerte descontento en las potencias vencidas. Las crisis económicas se extienden a todo el mundo, llevando periódicamente a la miseria y a actitudes violentas a grandes masas humanas. Y en medio de este batallar nace el primer Estado socialista de la Tierra, o sea, la fundación de una nueva forma estatal, de gobierno, de constitución, de derecho, de justicia, de propiedad, o sea que se da el paso en todos los sentidos de lo individual, a lo colectivo bajo la dirección de la clase obrera y su partido, es un nuevo amanecer para la libertad de los pueblos, la independencia y la grandeza de las naciones.

Situación histórica que debe entenderse como el comienzo de la era de la gran revolución proletaria mundial, cuando en 1917, se funda la Unión Soviética, que nacionaliza la propiedad sobre los medios de producción. Estructura una economía socialista, que transforma el país en breve plazo de agrario retrasado en industrial avanzado.