DESARROLLO INDUSTRIAL Y DEPENDENCIA ECONÓMICA EN MÉXICO. 1940-1970

DESARROLLO INDUSTRIAL Y DEPENDENCIA ECON?MICA EN M?XICO. 1940-1970

Hilario Barcelata Chávez

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2.2.2. Situación Económica del periodo

Para estos años, los principales sectores productivos de la economía seguían siendo las actividades agropecuarias y las mineras, las cuales para 19828 representaban el 27.5% y el 8.8% sobre el total del producto interno bruto para ese año. Ambos sectores, seguían dominados aún, por el capital extranjero, y orientados francamente a la producción para la exportación, permitiendo así que nuestro país siguiese cumpliendo su papel dentro de la división internacional del trabajo.

Las incumplidas reformas sociales y económicas habían agudizado las contradicciones en este período. La casi inexistencia de un reparto agrario y la política del gobierno de favorecer a los grandes inversionistas en la agricultura permitió el fortalecimiento de la burguesía agraria nacional, pero también las posiciones de los monopolios extranjeros, en cuyas manos se encontraban 32.004 millones de hectáreas, es decir 17% del territorio nacional, y quienes además, seguían reproduciendo el esquema de producción basado en plantaciones, que además de permitirles monopolizar la producción de materias primas, fomentaba el monocultivo y mantenía en un constante atraso a la agricultura nacional.

La economía nacional muestra signos de recuperación a partir de 1921, una vez concluidos los hechos bélicos de la revolución. Así, según Villarreal en el subperiodo 1921-28, ésta crece a una tasa promedio anual de 2.1% pasando el PIB de 33,820 millones de pesos en 1921 a 38,137 millones de pesos en 1928. Sin embargo, a partir de 1929 y como consecuencia de la grave crisis mundial, la economía mexicana entra en una fuerte depresión. Su PIB, para entonces ya de 36 652 millones de pesos, llega a decrecer hasta 30 207 millones en 1932, y sólo recupera su nivel anterior a la crisis, hasta 1935, cuando alcanza un valor de 38,549 millones de pesos . Los sectores más afectados por dicha crisis son la minería, cuyo producto bruto cae en un 42% y la industria en un 30 % . Así tenemos, que la producción de plata desciende en 1929-1933 de 3 400 toneladas a 2 100, y su precio de 56.37 dólares la onza trío en 1927 a 27.89 en los años de crisis. La producción de cobre disminuye de 73 400 toneladas en 1929 a 35 200 en 1932 y su precio de 18.1 a 5.5 dólares la libra. Por otro lado, el zinc y el plomo pasan de 174 100 y 248 500 toneladas en 1929 a 137 300 y 57 300 respectivamente en 1932. No es de extrañar que este fenómeno suceda, si tenemos en cuenta que la minería estaba en manos de capitalistas extranjeros y su producción se dirigía principalmente al exterior, lo que hace sumamente vulnerable a las fluctuaciones que presenta la economía mundial de la cual depende.

Por otra, el hecho de que la minería sufre tal contracción tiene un gran significado para la economía en su conjunto, y que esa el sector que producía casi las tres cuartas partes del total de las exportaciones mexicanas. Además de que el 99% de lo producido en la minería era vendido al exterior, y que el comercio exterior era la principal fuente fiscal para el Estado, ya que representaba el 40% de sus ingresos . Así, mientras que en 1928 se exportaban productos por un valor de 592 440 000 pesos, para 1932 sólo se exportaron 304 697 000 pesos. De igual manera, las importaciones sufren una violenta contradicción, pasando de 35 762 00 pesos a 180 912 000 pesos, para los mismos años . Es de notable importancia observar que el comercio exterior de México, estaba comprometido en más de la mitad con los Estados Unidos en estos años. Así tenemos que para 1932 el 65.3% del valor total de las exportaciones se dirigía a Estados Unidos, y el 63.8% del valor total de las importaciones provenían de dicho país. Situación que a través del tiempo se va agudizando. Ya para 1941 tenemos que el 91.2% del valor total de las exportaciones se dirige a Estados Unidos mientras que el 84.3% del valor de las importaciones provienen de ahí.

Como consecuencia de la crisis económica mundial, el sector agrícola del país, sufre también graves repercusiones. Se reducen las superficies sembradas de henequén, algodón, café, jitomate y garbanzo, disminuyendo a la vez su volumen de producción. Sin embargo, la situación del agro mexicanos, ya venía deteriorándose desde antes del estallido de las crisis. Así tenemos que la superficie cosechada de maíz se reduce en 71 mil hectáreas, de 1925 a 1929; la de frijol en 215 mil y en los cultivos de arroz y cebada en 15 mil hectáreas, cada uno. Esta situación, se agrava cuando se cierran los mercados exteriores, principalmente para los cultivos de exportación. .

Todos los fenómenos, aunados a la gran concentración de la tierra que prevalecía en el medio rural y al hecho de que fue declarado clausurada la reforma agraria, y el grave desempleo en estos años, configuran un panorama de aguda crisis económica y social.