LA ECONOMÍA MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

LA ECONOM?A MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

Hilario Barcelata Chávez

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MÉXICO ANTE LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO

Febrero de 2000

El reciente incremento de los precios abrió un importante debate sobre los intereses nacionales y el papel de nuestro país en el contexto internacional. A principios del año pasado la caída de los precios internacionales del petróleo propició un fuerte impacto en las finanzas públicas de México, porque debió hacerse una fuerte reducción al gasto público ya que los ingresos públicos se redujeron severamente por la reducción de los ingresos petroleros. El escenario económico se desdibujó y sólo gracias a los acuerdos tomados por los países productores de petróleo, en el sentido de limitar la oferta, pudieron, a lo largo del año, permitir una recuperación del precio del crudo. Sin embargo, el daño económico ya estaba hecho. Este año, debido a diversos factores, como el acuerdo mismo de los productores y el incremento estacional de la demanda en E.U. debido a un invierno más frío que otros años, ha permitido que el precio del petróleo muestre un incremento sumamente considerable, llegándose a cotizar hasta en 30 dólares por barril.

Desde luego, debido a la alta sensibilidad que tienen las finanzas públicas con respecto a los ingresos petroleros, aquella circunstancia tiene un impacto muy positivo para la economía mexicana. Así, con un precio alto del combustible, se refuerzan los ingresos del gobierno federal y se puede incrementar el gasto público, permitiendo la extensión de los diversos programas para atender necesidades sociales insatisfechas.

El conflicto en torno al petróleo, consiste, en que mientras el precio baja, los países importadores se benefician y mientras que los productores se perjudican. Si, en cambio, el precio sube, los países productores son los que se benefician, no así los importadores. Tanto unos como otros se enfrentan en el mercado para lograr sus objetivos: unos que el precio baje, otros que el precio suba. Pero hay una problemática asociada a este conflicto mercantil: es el hecho de que productores e importadores tienen un poder político y económico muy distinto. Los primeros, son casi todos, países pobres con escaso desarrollo y poco peso político a nivel internacional. Algunos de los importadores son, en cambio, grandes potencias mundiales con un poder político internacional inconmensurable, como E.U. De este modo, mientras el precio baja, los productores pueden hacer muy poco o nada para evitar la caída, salvo lo que les permite el mercado. En cambio cuando el precio sube los importadores, como E.U., si pueden tratar de influir por mecanismos ajenos al mercado, para que el precio baje. Ya sea por la vía de la presión política a los productores como es el caso de México. Ya sea por la vía de la amenaza económica de descomponer el panorama financiero subiendo la tasa de interés o poniendo a la venta sus reservas de petróleo.

Hoy día Estados Unidos está usando ese poder extramercantil sobre nuestro país para obligarlo a incrementar la oferta de petróleo y propiciar la baja del precio. Pero a México le conviene que el precio sea alto. Por desgracia los funcionarios públicos de este país ceden con mucha facilidad a esta presión y antes que pensar en los beneficios que trae el alza o en los perjuicios de la baja del precio, están buscando justificaciones para incrementar la oferta petrolera. Esos mismos funcionarios que tuvieron que recortar el gasto público el año pasado por la caída del precio, los mismos que andan buscando mejorar las finanzas públicas del país incrementando los ingresos públicos, ahora que tienen a la mano la posibilidad de hacerlo, renuncian a ello para no comprometerse políticamente con E.U. argumentando una cautela que mas bien parece cobardía.

Si el mercado (según reza el neoliberalismo) debe regir al sistema económico, ¿por qué permitirnos acuerdos de otra naturaleza sólo por presiones políticas? ¿por qué los funcionarios son tan respetuosos de las leyes del mercado unas veces, y otras les asustan las consecuencias de las mismas? Esa incongruencia habla es una aceptación de su parte de la real existencia de los peligros del libre mercado que ellos mismos han negado. Y ahora nos advierte de esos peligros, por desgracia, no para defender a nuestro país, sino al vecino, a costa de nuestro progreso material. El mundo al revés.