LA ECONOMÍA MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

LA ECONOM?A MEXICANA. CRISIS Y REFORMA ESTRUCTURAL. 1984-2006

Hilario Barcelata Chávez

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DOLARIZACIÓN Y SOBERANÍA EN LA ECONOMÍA MEXICANA

27 de febrero de 1999

Recientemente se ha intensificado la difusión de la propuesta de algunos sectores de la sociedad, principalmente empresariales, en el sentido que México adopte el dólar como moneda de curso legal.

Hay que dejar claro, desde el principio, que esta medida no tendría la misma connotación y significado que la llamada “dolarización”. Concepto que ha sido usado para aludir a un fenómeno que se ha hecho presente en nuestro país en diversas ocasiones y que consiste específicamente en un proceso de creciente uso del dólar como punto de referencia para establecer precios (unidad de cuenta), para llevar a cabo transacciones comerciales (medio de pago) y como forma de ahorro (depósito de valor).

La adopción de una moneda extranjera como moneda nacional, implica una profunda transformación en la forma en que se maneja la política económica del país e implica un conjunto de consecuencias de amplio alcance.

Lo más importante a considerar es que, al momento en que dicha medida se implementa, desaparece el Banco de México (banco central). No hay que olvidar que este banco es una institución pública, a través de la cual, el gobierno, toma decisiones y aplica un conjunto de medidas que buscan tener determinado impacto en la economía. De modo que junto con la desaparición del banco central, el gobierno mexicano, dejaría de tomar esas decisiones y de aplicar esas medidas. Porque todas las funciones que ahora desempeña el banco de México, no las realizaría ninguna otra institución nacional. Al momento de adoptar el dólar como moneda nacional, nuestro país adoptaría, automáticamente, como banco central, a la Reserva Federal, que es la institución que sirve como banco central en Estados Unidos y que tiene bajo su responsabilidad el manejo de la política monetaria norteamericana. De modo que, al volverse banco central para México, sería ella la encargada de la política monetaria para México.

Básicamente el manejo de la política monetaria implica lo siguiente

i) Operaciones de mercado abierto, en las que el banco central compra o vende títulos o valores del gobierno.

ii) Cambios en la tasa de descuento, es decir la tasa de interés que se cobra a las instituciones financieras que solicitan préstamos al banco central, por medio de lo cual se determina las tasas de interés bancarias.

iii) El volumen de reservas que los bancos deben mantener en el banco central.

Lo anterior significa que, al adoptar el dólar como moneda nacional, nuestro país dependerá de las decisiones que tome la Reserva Federal en materia de política económica. Esto es,

a) en materia de tasa de interés, es decir, la que cobran los bancos y la que pagan los deudores;

b) el volumen de dinero en circulación, es decir, la cantidad de dinero disponible para realizar transacciones comerciales y financieras;

c) el volumen de crédito que pueden otorgar los bancos comerciales, es decir la cantidad de préstamos que puede hacer un banco a personas o empresas;

d) el volumen de endeudamiento del gobierno a través de operaciones de mercado abierto, es decir, el gobierno mexicano perdería su capacidad para contratar deuda de corto plazo y toda su deuda interna tendría que ser, en adelante, deuda externa.

Y todas estas decisiones son instrumentos que tienen incidencia directa sobre variables económicas fundamentales en nuestra economía, tales como los niveles de inversión, los niveles de ahorro y consumo, el volumen de empleo, el volumen y el alcance del gasto público. Todos estos, factores determinantes del crecimiento económico y el bienestar de la sociedad.

Todo lo anterior significa que con el dólar como moneda nacional, México perdería uno de los instrumentos más importantes de política económica para manejar el ciclo económico y defenderse de las crisis financieras globales. Ya no tendría un instrumento que es útil para influir sobre las variables macroeconómicas, y por lo tanto, sobre la capacidad de desarrollo del país. Y eso es ni más ni menos que reducir a nuestro país a una posición muy cercana a la figura de Estado Libre Asociado (como Puerto Rico).

Quienes pretenden resolver el problema de la inflación y la devaluación por esta vía cometen un error de interpretación. Porque el cambio de moneda que se sugiere como producto de la desconfianza en la moneda nacional, parte del reconocimiento de la incapacidad gubernamental para resolver los problemas estructurales que ocasionan la inestabilidad y la debilidad de nuestra, moneda y la incapacidad para manejar los asuntos monetarios de manera eficiente. Eso es verdad aplicado a un gobierno en particular o a un funcionario o grupo de funcionarios, pero no es aplicable a todos los proyectos, ni a todos los gobiernos, ni a todos los funcionarios posibles probables y existentes. Los que no han podido deben irse. Se debe dejar a un lado el proyecto que nos ha llevado a una situación que nos hace parecer que no hay más salida que entregar la política monetaria a los Estados Unidos.

La desconfianza que se ha generado en torno a la moneda nacional, proviene del proyecto económico que sustenta el actual gobierno, de los objetivos del actual gobierno y de la eficiencia de los actuales funcionarios públicos. Y el hecho de que un gobierno no maneje adecuadamente las instituciones del Estado no significa que esas instituciones deban desaparecer. Mas bien, lo que debe desaparecer es ese gobierno y establecerse otro. Porque el gobierno mexicano no es el Estado mexicano.

No comprender esta diferencia está llevando a algunos a múltiples errores teóricos y prácticos. Porque, imaginemos qué clase de país vamos a tener, si por el hecho de considerar que “la globalización es inevitable” y “el gobierno ya no puede”, las decisiones esenciales del país pasen a manos de gobiernos extranjeros, quedando el pueblo mexicano, en quien radica, constitucionalmente la soberanía, sin las instituciones que le otorgan capacidad de control como colectividad, sobre los recursos productivos. Instituciones mediante las cuales ejerce su soberanía.

El cambio de moneda no es meramente una reforma técnica o administrativa. El cambio implica una profunda reforma del Estado-nación. Implica ceder soberanía a una institución extranjera. Implica abdicar el poder de manejo de la política monetaria. Implica una nueva y definitiva forma de colonialismo postindustrial.

Hay que recordar esto: Ningún país puede pretender desarrollarse sin, al menos, un mínimo de independencia. Ningún proyecto nacional, entendido como un proyecto colectivo, puede sostenerse sin la presencia de instituciones estatales (como el Banco Central) que permitan a la sociedad construir o transformar su entorno, porque de ese modo, sólo se generan desigualdades e injusticias que impiden que los más débiles nunca obtengan beneficios del proyecto nacional y vivan toda su vida sin poder decidir su futuro.