SALARIOS, EMPLEO Y POLÍTICA SOCIAL

SALARIOS, EMPLEO Y POL?TICA SOCIAL

Hilario Barcelata Chávez

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GASTO SOCIAL, EMPLEO Y BIENESTAR

20 de noviembre de 2002

La semana pasada el Gobierno de la República envío, a la Cámara de Diputados, para su aprobación, el Proyecto de Presupuesto de Egresos para el año 2000. Destaca en el documento el énfasis que se hace en el incremento que ha tenido en los últimos años el Gasto Social y el incremento que tendrá para el próximo año.

Efectivamente este gasto ha mostrado un incremento importante. De hecho se puede constatar que el Gasto social per cápita (gasto total entre población total) también se ha venido incrementando tal como puede observarse en el cuadro y en la gráfica que acompaña esta colaboración, en la cual es notoria una profunda caída de dicho gasto de 1982 a 1988, año a partir del cual muestra una notable recuperación, cayendo en 1995 para luego recuperarse sin volver a caer hasta el momento.

Gasto Social per cápita y PIB per cápita 1980-2000

Sin embargo, a juzgar por los problemas que enfrenta la población del país para satisfacer sus necesidades básicas (alimentación, vivienda, vestido, salud, educación), no es notable el impacto del crecimiento de esta variable sobre las condiciones de vida material de la población.

De hecho el deterioro de las condiciones de vida de la población se ha incrementado en los últimos años, a pesar del incremento en el gasto social. Eso es posible observarlo al medir el comportamiento del Producto Interno Bruto Per cápita (PIB per cápita), el cual, según se ve en la gráfica, después de alcanzar su nivel máximo en 1981, muestra un marcado retroceso durante toda la década de los ochentas y luego durante los primeros años de la presente década. Mostrando sólo hasta 1998 una recuperación que, apenas, le permitió alcanzar el nivel que se había alcanzado en 1981. Lo grave de ese retroceso es que propició la pérdida de empleos y de poder adquisitivo del salario, los cuales no se recuperaron al momento en que el PIB per cápita volvió a crecer. Porque la Política Social que promueve ese incremento del Gasto Social que ya mencioné, está orientada, primordialmente a resolver problemas de educación y salud, no así a resolver problemas de empleo o consumo. Por esa razón es que a pesar de que el gasto social se incrementa, no desaparece, ni el problema del desempleo

ni tampoco el de la pérdida del poder adquisitivo. De hecho son problemas cuya presencia evidencia y propicia el deterioro del bienestar de las familias.

Según se puede apreciar en el cuadro estadístico, la Tasa de Desempleo abierto para 1998 fue de 3.2%, mayor a la de 1992 que fue de 2.8%. Lo mismo sucede si observamos el comportamiento de otra tasa de desempleo como la TCCO (Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación, definida como la PEA que trabaja menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, mas la que labora más de 48 horas semanales ganando menos de dos salarios mínimos) que pasa del 13.9% en 1992 a 14.6% en 1998. Este incremento en el desempleo, se da a pesar de que el Gasto social se incrementa en un 24 % en ese período. De hecho ambas tasas de desempleo sufren un incremento importante en el período 1999-96, en una etapa de pleno crecimiento del Gasto Social.

De igual modo se puede observar el deterioro que sufre el poder de compra del trabajador mexicano. En el cuadro de referencia, se observa que en 1981-82 una persona tenía que trabajar 5.24 horas para comprar una Canasta Básica de Productos (CBP), en cambio para el sexenio 1988-94 el número de horas se incrementa a 16.39, en tanto que en la actualidad el número de horas es de 25.13, lo cual quiere decir que un individuo debe trabajar cinco veces mas que lo que trabajaba en 1982, para poder comprar la misma cantidad de productos.

La causa radica en que la política social ha sido desvinculada de la política económica. Es decir que el Estado ha dejado de intervenir en lo económico y sólo interviene en lo social, hecho que se puede observar en el manejo del presupuesto público que ya no incorpora objetivos ni programas de empleo o de mejoramiento del consumo de la población.

Gasto social, PIB per cápita y tasas de desempleo. 1880-2000

Año Gasto Social

Per cápita PIB per cápita Tasa general de desempleo abierto TCCO

Tasa de condiciones críticas de ocupación Horas de trabajo para adquirir una canasta básica de productos

1980 3641.0 47533.9

1981 4273.2 50715.6 5.24

1982 4177.5 49197.9

1983 3057.7 46521.5

1984 3051.8 47154.0

1985 3137.0 47248.4 9.19

1986 2957.6 44919.8

1987 2672.9 44838.1

1988 2562.0 44539.7

1989 2619.7 45572.1

1990 2830.1 47033.1 16.39

1991 3216.6 46599.0

1992 3683.9 47378.1 2.8 13.9

1993 4012.9 47409.1 3.4 14.0

1994 4418.6 48609.2 3.7 13.5

1995 3799.5 45225.0 6.2 15.7

1996 3837.6 46329.1 5.5 16.9

1997 4172.5 48651.3 3.7 16.6 25.13

1998 4599.9 50182.5 3.2 14.6

1999 4724.7 51082.0

2000 4932.4 52596.7

Fuente: Elaboración propia a partir del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2000 e Inegi.

Esto significa que ya no se utilizan mecanismos económicos para mejorar el bienestar, sino mecanismos de asistencia social. Así la política social se vuelve incapaz de resolver el problema del bienestar porque no transforma las bases productivas de las familias ni garantiza su sobrevivencia de largo plazo, sirviendo, en realidad, sólo para aminorar los efectos provocados por una política económica que propicia desempleo y pobreza.

La política social debería estar montada sobre el objetivo de la creación de empleos, el incremento del ingreso del trabajador y el incremento de la demanda. Una política social sin estos objetivos podrá gastar mucho pero tendrá muy limitados resultados.