NEOLIBERALISMO ECONÓMICO Y SU IMPACTO EN LA ADMINISTRACIÓN PUBLICA PRIVADA Y SOCIAL

NEOLIBERALISMO ECON?MICO Y SU IMPACTO EN LA ADMINISTRACI?N PUBLICA PRIVADA Y SOCIAL

Jesús Fernando Isaac García

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3.3.2. GUERRA CONTRA LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA.

Carece de razón que un Estado ineficiente y con alto grado de corrupción intervenga en la economía de un país. Esta segunda característica del neoliberalismo desempolva la vieja tesis del papel del Estado como única y exclusivamente supletorio. Ahí en donde la empresa privada exceda su capacidad, que actúe el Estado, pero que lo haga como una función supletoria. En cuanto la empresa privada recupere la capacidad para realizar esa tarea, el Estado debe de hacerse a un lado. (14)

Se acusa al intervensionismo estatal de:

• Obstaculizar la leal competencia interior y con el exterior.

• Desestimular la producción por lo menos en ciertos sectores.

• Fijar tipos de control a los precios.

• Propiciar la inflación.

• No fijar topes salariales.

• Atraso tecnológico.

• Falta de competitividad.

• Alza en los precios por no abrir las puertas a la inversión e importaciones foráneas.

• Déficit fiscal.

• Déficit gubernamental.

• Elevación de los impuestos por no recortar o limitar el gasto público.

• Contribuir al desempleo por no favorecer suficiente a la inversión privada.

• Por ser una carga excesiva para la economía por su enorme aparato burocrático.

El Estado debe limitarse a:

• Proporcionar políticas económicas de reordenamiento y correcciones necesarias.

• Proveer una infraestructura adecuada a la producción y a los servicios.

• Debe de dejar que la competencia de los precios se realice de la mejor manera posible.

• Que no ponga obstáculos a los sistemas de riesgo y estimulo.

En otras palabras, los factores de producción y los mercados pueden y deben regularse por si mismos. El Estado no debe de impedir que funcione el mecanismo clave de autorregulación: La competencia. Que la fuerza social equilibra los mercados igualando la oferta y de la demanda. El Estado tiene que velar por el bien común, no realizarlo. El populismo como la planificación central, obstaculizan la iniciativa y la eficacia del particular.

El equilibrio en los mercados determina unos precios que reflejan tanto las preferencias subjetivas de los consumidores, como la disponibilidad de los productores. (15)

De esta manera, no solo se obtiene la mejor (para la sociedad) asignación posible de los recursos productivos, sino que se obtienen los mejores precios posibles, es decir los precios más bajos y ajustados a las condiciones de producción. Los precios de equilibrio o competitivos resulta ser, en cierta manera, los precios que tanto preocupaban a los moralistas del siglo XIX. (16)

Quien busca su propio provecho, por los mecanismos del mercado, actuará en beneficio de los demás. (17)

Se trata prácticamente de una competencia sin limitaciones ni inquietudes éticas. Pero hay una competencia que no es aceptada: La del Estado. Cuando este se presenta como un competidor del sector privado en el mercado de capitales por ejemplo, según estas teorías, se reduce la inversión, se encarece el dinero, aumentan las tasas de interés y esta es de raíz una competencia desleal. (18)

El Estado según el neoliberalismo no puede realizar una buena gestión macroeconómica, no puede por definición ser eficiente. Las economías con planificación centralizada han demostrado su fracaso, su ineficiencia.

Entonces se puede decir que solo los sectores poderosos, las grandes empresas son las que pueden actuar conforme a las verdadera racionalidad económica y disponer de los medios adecuados para ser eficientes entonces serán ellos los que luchen y ganen las batallas en la competencia mercantil, los débiles son un estorbo y un lastre, representan la ineficiencia y por ello, hay que hacerlos a un lado. Ese es el costo social que hay que pagar por el desarrollo, el progreso y la modernidad y se concibe la eficacia no solo como una cualidad necesaria para la economía y para la empresa, sino que debe de extenderse a todos los ámbitos de la vida de un país. Por ejemplo, la educación debe de ser una inversión rentable, debe de ser un negocio rentable y no un servicio público.

Así, en la medida en que el Estado se haga a un lado funcionará mejor la economía. Y se trata no solo de una intervención directa como la de un Estado propietario y administrador de empresas sino también indirecta como la que se da a través de subsidios. Todo esto es paternalismo.

El neoliberalismo rechaza al Estado que realiza obras sociales a favor de los pobres de otra manera, el dinero que se gastó en ellos, se hubiera aplicado en inversión productiva, la consecuencia es obvia:

• Incremento en el gasto público.

• Crónico déficit presupuestal que colabora eficazmente en el proceso inflacionario.

Para lograr la ausencia del Estado es necesaria la desincorporación (Venta, liquidación, fusión y transferencia) de las empresas paraestatales. (19)