POBREZA, MIGRACIÓN, REMESAS Y DESARROLLO ECONÓMICO

POBREZA, MIGRACI?N, REMESAS Y DESARROLLO ECON?MICO

Emeterio Guevara Ramos

Volver al índice

 

 

 

 

D. MIGRACIÓN Y GÉNERO

Hasta los años 70 la mayoría de los estudios sobre migración internacional se centraban explícitamente sólo en los migrantes hombres (percibidos como trabajadores) o asumían implícitamente que la mayoría de las personas migrantes eran hombres. Estos supuestos no se basaban en datos estadísticos puesto que, tanto entonces como ahora, la mayoría de los datos sobre migración internacional no están clasificados por sexo.

Desde la década de los ochenta la proporción de mujeres migrantes ha crecido de forma constante, hasta alcanzar el 38% en 1990 y casi el 42% en el 2000. La gran diferencia con respecto a las décadas anteriores es el cambio en el rol económico de las mujeres migrantes. Las mujeres se desplazan cada vez más de forma autónoma para incorporarse a la fuerza laboral, y no como dependientes de los hombres migrantes.

La posición de las mujeres migrantes en los Estados Unidos se caracteriza por la concentración en un número muy reducido de ocupaciones típicamente femeninas asociadas a roles tradicionales de género en los trabajos llamados SALEP (Shunned by all Nationals Except the Very Poorest) y “3D” (dirty, dangerous and degradating): servicio doméstico, sector del entretenimiento, ayudantes en el sector de hostelería, limpiadoras, vendedoras y trabajadoras manuales. Estos son trabajos precarios que se caracterizan por los bajos salarios, la ausencia de protección social y las malas condiciones laborales.

Normalmente las mujeres migrantes tienen mayores tasas de desempleo que las mujeres nativas, y ganan sueldos más bajos que los hombres migrantes y las mujeres nativas. Según datos del 2007, el ingreso medio de una trabajadora migrante de tiempo completo era de $22,705, la de una mujer nativa era de $27,864, la de un hombre migrante de $28,423 y el de un hombre nativo de $39,821. Aproximadamente un 18.3% de las mujeres migrantes viven por debajo de la línea de pobreza frente a un 15.2% de los hombres migrantes. El 31% de los hogares encabezados por una mujer migrante son pobres, en comparación con el 15%% de los encabezados por un hombre migrantes.

Para tener una idea de la magnitud del número de mujeres migrantes trabajando en el servicio doméstico de la migración laboral en Estados Unidos el 58% de la migración mexicana formada por mujeres trabajan en el servicio doméstico (2005).