LA ECONOMÍA MEXICANA FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN DEL PROTECCIONISMO AL LIBRE MERCADO

LA ECONOM?A MEXICANA FRENTE A LA GLOBALIZACI?N DEL PROTECCIONISMO AL LIBRE MERCADO

Hilario Barcelata Chávez

Volver al índice

 

 

 

 

DESARROLLO NACIONAL Y APERTURA COMERCIAL

Mayo, 1993

La apertura económica de México ha causado serios daños en la economía de muchos productores del país. Cientos o miles de trabajadores han sido despedidos por esa razón. Sin embargo, otros muchos han encontrado en el comercio de mercancías extranjeras una forma muy productiva de hacer dinero.

Ante la inminente invasión de mercancías importadas la iniciativa empresarial se dirigió a aprovechar la ocasión y sacar provecho de algo que de todos modos iba a pasar. Mercancía de todo tipo y de distintos orígenes llegó a nuestro país, a precios muy bajos. En muchos casos demasiado bajos y de dudosa calidad. La competencia legal estaba afectando fuertemente a la planta productiva nacional, pero la competencia ilegal la estaba fulminando. Importaciones, principalmente provenientes de China, fueron detectadas con precios de dumping. El gobierno mexicano actuó en consecuencia para evitar el perjuicio y proteger a los empresarios nacionales. Se determinó aplicar un impuesto compensatorio para elevar el precio con que dichas mercancías se venden en nuestro país.

Pero donde se quiso que hubiera justicia se generó un problema de magnitudes similares. Todos aquellos que vieron en la importación de mercancías un gran negocio, abrieron un fuerte flujo comercial aprovechando los precios de regalo de dichas mercancías. Y se hicieron pedidos con mucha anticipación y se comprometió dinero y de hecho la estructura comercial empezó a girar en torno a estas importaciones.

Al establecerse los impuestos compensatorios el gran negocio se acaba. Las mercancías dejan de tener su atractivo principal que es el precio. Pero no sólo es el hecho de que dichas mercancías ya no encontrarán mercado, sino que, además, a los pedidos aún no surtidos se les deberá aplicar el impuesto compensatorio. Consecuencia: quienes van a introducir mercancías extranjeras deberán pagar por lo menos un 100 por ciento más del valor de tales mercancías. Y eso es suficiente como para acabar con la economía de cualquier empresa. De hecho cerca de 8,000 establecimientos comerciales podrían cerrar en los próximos dos meses a consecuencia de estas medidas, lo que significa una pérdida de cerca de 18,000 empleos. (El Financiero, 11 de mayo de 1993). Los afectados ya han levantado su protesta y presionan a las autoridades a dar marcha atrás en la medida. Y el gobierno se encuentra en una disyuntiva: proteger a los productores o salvar a los comerciantes. Por desgracia ambas posiciones son encontradas y hasta excluyentes. Lo que suceda, de todos modos, no será sino el resultado de una política comercial aplicada de manera compulsiva y apresurada. Política, para colmo, enmarcada en una política económica que en la búsqueda de sus objetivos no se hace responsable por los daños ocasionados a la ciudadanía.

Esta situación deja, al menos dos enseñanzas muy claras. Una, los individuos siempre buscarán ajustarse a las nuevas condiciones que se les impongan por el simple instinto de sobrevivencia. De ahí la segunda enseñanza. Los cambios que provoca la política económica en las microeconomías individuales son de una profundidad muy grande. De ahí lo grave que se tomen medidas que puedan orillar a convertir nuestra economía en una que sólo se dedique al comercio y ya no a la producción. De ahí, también, el valor de aplicar de manera sabia y meditada las políticas que, por sus consecuencias, pueden propiciar el desarrollo del país. Centralmente y desde la cúpula del poder puede moldearse el país que se quiera. Ello por la infinita capacidad de adaptación de los individuos. De quienes ejercen el poder depende que el nuevo modelo de país implique el bienestar general. De otro modo iremos avanzando a tumbos, a veces beneficiando a unos, a veces perjudicando a otros.