LAS RELACIONES FAMILIARES EN EL CONTEXTO DE LA CRISIS EN LA CIUDAD DE ROSARIO
LAS MUJERES EN LAS ESTRATEGIAS DE SOBREVIVENCIA

LAS RELACIONES FAMILIARES EN EL CONTEXTO DE LA CRISIS EN LA CIUDAD DE ROSARIO LAS MUJERES EN LAS ESTRATEGIAS DE SOBREVIVENCIA

Ana María Ciancio

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1.3.- EL IMPACTO DE LA CRISIS SOBRE EL GRUPO FAMILIAR

YOLANDA:

“El está sin trabajo desde diciembre. Busca todos los días, no te quieren tomar por el salario de los chicos, o porque no terminaste la secundaria. El otro día vino enojado porque dijo que no era necesario haber estudiado para rebocar una pared.

Dependemos del Padre Montaldo, venimos al comedor de lunes a viernes”.

¿Qué pasó entre ustedes a partir del momento en que se quedó sin trabajo?:

“Lo venimos charlando, está deprimido, le da vergüenza pensar de que sea yo la que lleve la plata.

Tuvimos muchas discusiones, vine a hablar con el Padre Montaldo y le pedí ayuda. El no quiere que yo lleve la plata o la comida y los fines de semana el comedor está cerrado y estamos mal. El no quiere nada porque dice que si no hay para él, no hay para nadie.

A veces las discusiones las empezaba yo, pero lo veo; él dice que no hay nada”.

¿Cómo repercute en los chicos?:

“Las nenas tienen toxoplasmosis, la mayor es desnutrida crónica, es una nena muy chiquita, de bajo peso”.

¿Cómo lo descubrieron?:

“La mayor empezó con mononucleosis, le hago estudios, después tuvo neumonía. En El Centenario (se refiere a hospitales gratuitos) me cobraban, en El Vilela le hacen las cosas, hoy la tenía que llevar, pero no tuve para el colectivo.

La falta de alimentos es terrible, andan con los dedos de afuera. Te reprochan porque no nos podemos reunir a la mesa y no les puedo comprar un yogurt, creo que no saben lo que es un yogurt. Sobre todo la más grande me reprocha, vos siempre con la plata, no quiere que me queje”.

¿Qué expectativas tenés para el futuro de los chicos?:

“Quiero que estudien, ya que nosotros no pudimos, sobre todo la más grande quiero que vaya al 8º; a pesar de que tiene bajo peso es muy inteligente.

Sueño con poder sacar a los chicos de la Villa, los quiero mandar a la General San Martín. Lo más importante es que tuvieran un estudio; pero no me puedo ir de cerca del padre Montaldo.

SANDRA:

“Hace tres años que está sin trabajo. Yo empecé a trabajar por horas o también traía ropa a mi casa para lavar, y cuando el trabajo empezó a escasear tuve que venir acá (se refiere al Comedor).

Nos unimos más cuando él se quedó sin trabajo, antes él trabajaba de 7 a l0 de la noche y ahora estamos más juntos. El era muy trabajador. El entró en un estado depresivo, estaba muy triste, decía que no servía para nada. Se dedicó más a tomar, no quería que yo saliera a trabajar, no le gustó.

Había muchas discusiones, agresiones verbales, y si la comida la llevaba yo, no la comía.

El sale a buscar trabajos, hace changas de gomería, albañilería. Para ayudarnos juntamos ropa, hago roscas y las vendo y el más grande de los chicos vende estampitas.

El busca, pero bajó los brazos, no tiene las fuerzas de antes, se siente viejo y cansado, trabajó desde los doce años. Estuvo internado por cirrosis; antes tomaba más y fumaba más, pero yo ahora no le doy para tanto. Su salud es mala porque el médico le dijo que la próxima vez no sale más”

¿Pensaste en dejarlo?:

“Sí, pero por costumbre, por los chicos o por la comodidad. Si lo dejaría me tendría que ir de mi casa porque él no se va a querer ir y no quiero dejar mi casa y a los abogados no les tengo paciencia”

¿Y los chicos?:

“La más grande salió rebelde como yo, no quiero que le pegue, no quiero que le pase lo que a mí, que se vaya de mi casa, trato de apaciguar”.

¿Qué expectativas tenés para los chicos?:

“Que hagan lo que quieran, que los varones sean policías, a mí me gusta y que las nenas sean abogadas, creo que Mariana va a seguir, le gusta ir a la escuela”.

LAURA:

“Hace dos años que está sin trabajo; está anotado en los Planes, pero no lo llaman.

Yo busqué por horas y no me llaman. Hago pan casero y lo vendo por el barrio.

Trato de no pelear porque sé cómo está la situación. A veces nos ponemos mal, nos da bronca, le digo que vamos a salir adelante.

Hace dos años me vine al comedor, le sirvo la comida a los chicos. Me gustaría irme del barrio, hay mucha droga, hay muchos ladrones”.

¿Qué expectativas tenés para con los chicos?:

“Quiero que mis hijos puedan estudiar, que estén mejor que nosotros, que no pasen lo que pasamos nosotros.

A la más grande la mando a voley, es gratis, a ella le gusta, a lo mejor sale deportista.

Los chicos te reclaman, sobre todo los más grandes; quieren zapatillas, están creciendo. Les digo que cuando puedo les compro; pero apenas viene la plata se va todo. Acá no me fían porque saben que mi marido está sin trabajo. El más chico es de bajo peso”.

PATRICIA:

“Hace siete años que está sin trabajo. No trabaja porque está operado del corazón. Yo me vine para acá: limpio la cocina, baldeo el frente y la despensa.

Cuando tomaba era violento, me agredía, me insultaba, pero mejoró y estamos más juntos, fue mejorando. El me lleva los chicos a la escuela o al hospital, dejó la salida y está más en la casa. A los chicos nunca les hizo nada.

Ahora podemos hablar más que antes.

A veces pensé en abandonarlo, pero me decía que me fuera sola”.

¿Cómo repercute en los chicos?:

“Y, a la más grande le cuesta mucho, repitió, tiene trece años y está en quinto grado.

La pasamos mal, compro algo de mercadería y el hospital por los controles de mi marido. En El Centenario (se refiere a uno de los hospitales gratuitos) te dan un remedio gratis, pero hay que pagar un bono de un peso”.

EVA:

“Hace tres años que está sin trabajo y me vine para acá.

Hubo cambios en la intimidad, en la relación sexual de parte de los dos. Empezó a tomar, violencia de parte de él y mía; creía que yo lo provocaba, parecía que no tenía salida. Salía a las 4 de la mañana a buscar trabajo y yo le reclamaba. El, al menos tomaba y se olvidaba. Salía y tomaba y cuando le reprochaba, nos maltrataba. Yo decidí ayudarlo y vine al Comedor.El respeto no se lo perdí; lo hablamos y lo entiendo porque gana 10$ y me los trae y los hijos se lo dicen y él ve las cosas y a veces trabaja 10 horas.Antes podíamos comprar una buena campera, cambiar las cortinas, comprar las sábanas y hasta tener zapatillas de marca”.

Con los chicos, ¿qué pasó?:

“Y el más chiquito me veía mal, un día vine de trabajar y me sentía mal y el nene le preguntó qué había pasado la noche anterior y él se puso a llorar y le dije que con eso no se hacía nada.

Nunca pensé en abandonarlo y creo que él tampoco. Hace un año la relación mejoró. Si me sacan los 100$ voy a buscar otra cosa. Me anoté en El Village (se trata de un complejo de cines) para limpiar, pero no me llamaron, me lo impiden mis hijos y mi marido. El no me lo prohíbe, pero tengo miedo de que sea celoso y que vuelva a tomar, sé que estando cerca lo controlo”.

¿Qué expectativas tenés con los chicos?:

“Quiero que sigan estudiando, la nena ya va a 4º; pero tengo muchas esperanzas en el del medio que juega al fútbol, me gusta el fútbol y quiero que sea como Riquelme y me dicen que juega bien. Juega en Defensores Unidos y en Rojo y Negro. Están haciendo un video”.