Trabajo, Capital y Plusvalía:
¿una triada de categorías en desaparición?

Mario González Arencibia

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Neoschumpeterianos

Para esta corriente el aspecto fundamental de la reestructuración productiva es la innovación tecnológica. La crisis se centra en la base técnico material de los procesos de producción, circulación y consumo, que afecta la eficiencia tecnológica y productiva. La superación de la crisis, la reestructuración, se realiza mediante la innovación, con la introducción de la microelectrónica, la biotecnología, los nuevos materiales, etc., de manera extensiva en los procesos productivos, circulatorios y de consumo.[1]

Las nuevas doctrinas gerenciales y la flexibilidad toyotista: esta corriente se basa en la recuperación de la experiencia japonesa de organización y gestión de la fuerza de trabajo. Estas teorías plantean nuevas formas de organización del trabajo con énfasis en el concepto de “calidad total” y “justo a tiempo”. En ellas se critica la rigidez taylorista, sobre todo la separación tajante que hacen de la concepción y ejecución. Subrayan los aspectos culturales de identidad de los trabajadores con la empresa, la productividad y la calidad, la recuperación del saber obrero, el involucramiento y la participación, la reintegración de tareas y la capacitación. Plantean la idea de grupo frente al antiguo individualismo taylorista; no se busca el equilibrio sino la mejora continua; la flexibilidad interna entre puestos, categorías, departamentos, turnos y la polivalencia.

El sistema Toyota, como lo llamó Coriat (Coriat, 1993:35), se basa en las innovaciones aportadas por Taichi Ohno, ingeniero de la empresa Toyota, y tuvo su origen en la necesidad de producir en pequeñas cantidades una diversidad de productos, elevando la productividad sin modificar la base tecnológica. Esto se logra “repensando” la organización del trabajo, flexibilizando el trabajo. Ohno introduce el llamado método Kan Ban: “producir justo lo necesario, haciéndolo justo a tiempo”.

En el sistema toyota se argumenta la posibilidad de producir volúmenes limitados, sin economías de escala y sin existencias, productos diferenciados y variados, a costos cada vez más bajos. El sistema justo a tiempo, establecido frente a la escasez de la posguerra japonesa, permitía evitar desperdicio de insumos y materias primas, produciendo sólo lo necesario para cubrir los pedidos o reponer los productos vendidos. Además se consigue la desespecialización del obrero y la polivalencia obrera o multifuncionalidad, la integración de las tareas de programación y control de calidad a las tareas de producción, antes separadas por el taylorismo. Las operaciones de producción también recuperan funciones de diagnóstico, reparación, mantenimiento y vigilancia de las máquinas.

En cuanto a las relaciones industriales, Ohno establece el sistema de “empleo de por vida”, “salario a la antigüedad” y sindicalismo “de empresa”. El sindicato está ligado a la jerarquía de la empresa y las reivindicaciones que plantea generalmente tienen que ver con las necesidades de productividad de la empresa: el sindicato es “cooperativo” pero capaz de garantizar mejoras continuas en las condiciones de vida del trabajador. También existe una parte variable del salario (flexible), compuesta por bonos y primas de diversos tipos.

Otro elemento central en el modelo toyota es la implantación de mercados internos de trabajo al interior de las grandes empresas. Siguiendo a Coriat, existe un mercado interno en la empresa cuando los puestos de los niveles superiores los ocupa personal empleado en la misma, de acuerdo con reglas más o menos explícitas y formalizadas. En este proceso se contempla también la formación de los trabajadores por parte de la empresa. Los mercados internos aportan estabilidad en el empleo gracias a políticas de promoción establecidas. La capacitación, a la que la empresa destina importantes recursos, combina la formación en el lugar de trabajo, mediante la rotación de puestos que familiariza al obrero con habilidades diferentes, y la formación fuera de la planta pero impartida por la propia empresa. Los exámenes correspondientes a los cursos de capacitación garantizan una trayectoria de ascenso en la empresa.


 

[1] Freeman, C. y Pérez, C., Structural Crisis of Adjustment, Business Cycle and Investment Behavior, Londres, Frances Printer, 1988. Citado en Bouzas, A., y De la Garza T., E., Op cit.


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