Contribuciones para la Formulación
de un Sistema de Cuentas Regionales

Fernando H. Laveglia

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Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones

 

 En esta Sección se incluyen todas las actividades relacionadas con el transporte regular y no regular de pasajeros y de carga en el territorio de la región. La explotación de depósitos y locales para almacenamiento de todo tipo de artículos, tan diversos como productos agrícolas, muebles, automóviles, etc. También se incluyen las actividades de comunicación por correo, telefónicas, telegráficas y por télex, transmisión de sonidos, imágenes, datos y otros tipos de información por cable y satélite. Se incluyen las estaciones de difusión y retrasmisión y el mantenimiento de las redes de telecomunicación.

Debe tenerse en cuenta que el transporte por cuenta propia que realizan las empresas para distribuir sus productos no forma parte de esta Sección; el valor agregado generado por esta actividad se computará en el sector correspondiente, como producción secundaria.


Transporte.

1) Transporte terrestre de pasajeros


 Unidad Estadística:

Teniendo en cuenta que el objetivo es medir el valor añadido generado dentro de los límites de una jurisdicción política menor a la nacional, definir la unidad estadística en este sector implica superar la complicación que introduce la presencia de actividades interjurisdiccionales, considerando que el transporte es, muchas veces, realizado a través de varias jurisdicciones por empresas residentes en otras.

De esta manera es necesario definir previamente quien es el productor residente y para ello se recomienda adaptar el concepto de residencia que utiliza el Sistema de Cuentas Nacionales. El sistema nacional define como productores residentes a aquellos que abarcan la totalidad de la producción y sólo ella, dentro del interior de una determinada jurisdicción; en este caso el país. Así, la producción y la renta procedente de la misma se atribuye a unidades económicas, de tipo establecimiento, residentes en la jurisdicción en que dicha producción tenga lugar.

Aplicar este concepto para, por ejemplo, el transporte terrestre implica determinar dentro de los límites de cada región, jurisdicción y/o provincia, la unidad productiva residente generadora de valor agregado en cada uno de los diferentes casos de esta actividad.

Para aquellas empresas que prestan sus servicios dentro de una sola provincia o jurisdicción (normalmente el caso del transporte urbano y en muchos casos el interurbano dentro de la jurisdicción), y la residencia de la misma es en dicha región, resulta fácil reconocer en la “empresa” la unidad residente que genera el producto. En consecuencia, el volumen físico de producción se estimará en función de la información sobre cantidad de pasajeros transportados y su valorización puede realizarse a partir de las tarifas promedio de sus recorridos. Una alternativa es obtener el valor bruto de producción a partir de la información de estas empresas sobre su recaudación total. El valor de los insumos surgiría de la estructura de costos promedio de estas empresas y el valor agregado, por diferencia entre valor de producción y valor de los insumos.

La dificultad se presenta para aquellas empresas cuyos recorridos atraviesan varias jurisdicciones. En este sentido pueden presentarse dos situaciones: a) que la “empresa” no tenga su residencia en la región para la cual se realiza el cálculo, pero que sí posea sucursales en la misma; b) que la “empresa” no posea sucursales en la región para la cual se realiza la estimación.

En (a) el volumen físico de la producción puede estimarse en función de la información que puedan brindar estas “sucursales” acerca de la cantidad de pasajeros transportados en origen de la respectiva jurisdicción (o sea, sede de la sucursal) por destino, valorizándose la misma (para obtener el valor bruto de producción) a partir de las tarifas medias a los destinos más frecuentes. Es en definitiva, asignar la producción en base al origen de los viajes del pasajero (o de la carga). Si esta alternativa no es posible, la asignación podría realizarse en función de la localización de los ingresos; es decir, el monto de ingresos que genera la “sucursal” en la región bajo estudio.

Para determinar el consumo intermedio y luego el valor agregado, el criterio más adecuado consistiría en determinar estructuras de costos para cada una de las “sucursales”; sin embargo, esta información, la mayoría de las veces, no se encuentra disponible ya que los costos, normalmente, se encuentran agregados a nivel empresa , y, como decíamos, la sede de la misma se encontraría fuera de la jurisdicción. En este caso, lo aconsejable es utilizar coeficientes de insumos determinados a partir de la “empresa” y extrapolarlos a las “sucursales” en función de la participación, de ser posible, de los ingresos o, de los pasajeros transportados.

En el caso (b) no puede utilizarse el mismo criterio pues debería elegirse a la “empresa” como unidad estadística y esto implicaría imputar la totalidad del producto obtenido solamente a la jurisdicción donde aquella tiene fijada su residencia, con lo cual, el resto de las jurisdicciones tendrían valor agregado igual a cero; o sea, que estaría indicando la ausencia de la prestación del servicio aunque en los hechos la jurisdicción fuera atravesada por varios recorridos.

Es necesario desarrollar un método que permita distribuir entre las jurisdicciones el valor agregado generado por la actividad del transporte interjurisdiccional.

En este caso, para medir la generación de valor agregado dentro de cada región o jurisdicción, se debe definir una sucursal imaginaria de la casa matriz. Esta sucursal y sólo ella es la que presta el servicio, obtiene ingresos e incurre en costos en una determinada jurisdicción.

En este sentido, se definirá como sucursal de la casa matriz a la unidad de transporte (ómnibus, microómnibus, etc.) mientras cumple el servicio dentro del territorio de cada región o provincia. Asimismo, se supondrá que dicha “sucursal imaginaria” es distinta a medida que el vehículo atraviesa los límites políticos de cada jurisdicción. Es decir, por ejemplo, que la sucursal A, definida por la actividad del vehículo que atraviesa la jurisdicción 1 se transforma en otra sucursal, B, cuando se introduce en la jurisdicción 2.

De esta forma la asignación del valor agregado debe partir de la cuenta de producción de la “empresa” y el mismo se determinará en función del kilometraje recorrido en cada una de las regiones o provincias. El siguiente ejemplo ilustra acerca de este método: Sobre un recorrido total de 100 km. corresponden 60 km dentro de la jurisdicción 1 (o sea, sucursal imaginaria A) y 40 km dentro de la jurisdicción 2 (sucursal imaginaria B). Del valor agregado generado, corresponde asignar el 60% a la jurisdicción 1 y el 40% a la jurisdicción 2.

En este caso, la realización del cálculo estará a cargo de la jurisdicción donde la empresa tiene fijada su residencia.

En todos los casos el tratamiento de las “unidades auxiliares” , las cuales se considera a las oficinas administrativas centrales o casa matriz de las empresas que realizan recorridos interjurisdiccionales o talleres que las empresas poseen para el mantenimiento y reparación de sus unidades, es similar. Como generalmente los estados contables de las empresas no presentan desagregada la información sobre salarios pagados y gastos e ingresos obtenidos, todo el producto generado por las unidades auxiliares y para evitar imputaciones arbitrarias, será atribuido a la jurisdicción donde la empresa tiene establecida su sede central.


 Taxis y remises:

Resulta aconsejable obtener la información básica a partir de encuestas específicas sobre la utilización (valores iniciales, kilómetros recorridos con pasajeros y kilómetros totales recorridos por día) del parque de taxis y remises según tamaño del vehículo y sus gastos. Sin embargo, no siempre se cuenta con esta información o la misma no está actualizada. En estos casos puede estimarse el valor de producción a partir de la cantidad de vehículos habilitados (lo que daría el volumen físico) multiplicado por un ingreso promedio diario que, en general, puede obtenerse de informantes calificados. Para la estimación del consumo intermedio y del valor agregado, pueden utilizarse los coeficientes utilizados para el cálculo de este subsector a nivel nacional.


2) Transporte de carga terrestre

Esta rama de actividad cubre los servicios de transporte terrestre de cargas por camión para terceros; cargas urbanas, interurbanas, servicios de mudanzas y otros.

Dada la dificultad del cálculo del transporte de carga interurbana a partir de la oferta dado, que en general, se presentan serios inconvenientes para determinar el parque y su grado de utilización, la metodología sugerida se apoya en un enfoque de la demanda. En función también de estas mismas dificultades, lo aconsejable es realizar la estimación partiendo en primer término de la estimación del año base –normalmente es el del último censo económico realizado-, obteniéndose la información de la carga transportada, según sector.

No obstante, si este dato no es posible de obtener, el enfoque de la oferta es la única alternativa posible. En este caso, debería contarse con los datos de una cuenta de producción del sector que surgiría también del último censo económico. Luego, y a los efectos del cálculo del volumen físico es aconsejable realizar encuestas muéstrales específicas que permitiesen determinar el volumen de carga física. En caso que esto no sea posible, debería determinarse el parque de estos vehículos a partir de los registros que, a nivel municipio o alcaldía, puedan obtenerse y estimar el valor de producción mediante indicadores que surgirían de los datos del año base.

La definición de la “unidad estadística” responderá a los mismos criterios explicados en el transporte de pasajeros terrestre, como así también la estimación del valor de producción, consumo intermedio y valor agregado.

A continuación se brindará un ejemplo de una estimación simplificada de este subsector: volumen físico: estimación a partir de información sobre cantidades transportadas de los bienes producidos por las principales actividades de la región y de las distancias medias entre sus respectivos lugares de producción y los de su primera utilización; valor bruto de producción: se sugiere utilizar valores unitarios según tipo de carga, las condiciones especiales requeridas para su transporte y las distancias a recorrer proporcionados, de no existir registros fehacientes, por informantes calificados; consumo intermedio y valor agregado: pueden adoptarse los coeficientes utilizados para la estimación de la actividad Transporte de carga por carretera a nivel nacional como parte de la estimación del Producto Bruto Interno.


3) Transporte por agua:

El volumen físico de la producción puede estimarse a partir de la información sobre las mercaderías embarcadas en puertos de la región.

La estimación del valor bruto de producción pueden utilizarse valores medios de fletes de cabotaje marítimo y de ultramar.

Para el caso de los cálculos del consumo intermedio y valor agregado, es aconsejable utilizar los coeficientes utilizados en la estimación de la actividad a nivel nacional.


4) Transporte por vía aérea:

La asignación jurisdiccional representa, como en general ocurre para todos los subsectores de esta rama, una importante restricción en cuanto a la captación de la información estadística. Por lo tanto y a los efectos de reducir lo más posible los errores que pudieran cometerse en el cálculo, se sugiere tomar los datos de la cuenta de producción de las empresas que operan en la región a nivel nacional y luego particionar dichos datos en función de los pasajeros (o carga) embarcados en los aeropuertos de la región.

La valuación vendría dada por las tarifas medias a los destinos mas frecuentes multiplicados por la cantidad señalada.


5) Actividades complementarias y auxiliares:

Normalmente no se tienen datos estadísticos concretos acerca de estas actividades. Pueden sí obtenerse en lo que respecta a la actividad de agencias de viaje, pero no siempre es lo suficientemente confiable para la estimación; en todo caso, esto dependerá del sistema de estadísticas que tenga implementada la región o que pueda implementar en un futuro.

Por lo tanto los datos del valor bruto de producción, el consumo intermedio y valor agregado, surgirán primeramente de los datos del último censo económico que se haya realizado. Luego, para estimar la evolución a lo largo de una serie de tiempo, es conveniente utilizar indicadores indirectos, como ser por ejemplo, a partir del valor bruto de producción de transporte de pasajeros por vía aérea u otro indicador que surgirá de la actividad en general ya estimada.

Un método alternativo es calcular la proporción estimada, en función también de indicadores indirectos, de la región en el total del subsector a nivel nacional.


Comunicaciones.

1) Servicio de correo:

En este sector se incluyen las actividades de las empresas estatales de correo y las que conforman el universo de empresas privadas o permisionarias del servicio de correos.

Nuevamente nos encontramos con el inconveniente de la residencia de la unidad estadística.

En el caso de una empresa estatal, como la misma posee sucursales distribuidas por todo el territorio nacional no existirían mayores inconvenientes para obtener información correspondiente a la correspondencia despachada en cada región. Este dato, que constituiría el volumen físico, debería ser valorizado por las tarifas promedios de los destinos más importantes, según tipo de correspondencia. De existir estructuras de costos para cada sucursal (aspecto que en general resulta difícil que allí sea), el consumo intermedio y el valor agregado surgiría de las mismas. Si esto no es así, el procedimiento que se sugiere es asignar indicadores en función de las cantidades de cada sucursal en relación al total estimado para el valor agregado a nivel nacional.

Con respecto a las empresas privadas, si las mismas tienen su residencia en la región, los datos básicos surgirán de las cuentas de producción de las mismas. Normalmente para determinar las mismas es necesario un estudio específico del subsector. Si esto no es posible, es recomendable utilizar los datos del último censo económico que se haya realizado. La extrapolación para distintos años de una serie lo sería en función de las cantidades despachadas a los destinos más importantes valorizadas por su tarifa promedio y la estimación del consumo intermedio se actualizaría por el capítulo del índice de precios que refleje los mismos a nivel consumidor.





2) Telefonía

Tanto en lo que hace al servicio de teléfonos brindado por empresas públicas como privadas, las estimaciones correspondientes seguirían el mismo criterio que en el caso del servicio de correo.

Los datos a tener en cuenta para la evolución del volumen físico se refieren a pulsos facturados por consumos locales, llamadas de larga distancia y llamadas internacionales.
 


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