Contribuciones para la Formulación
de un Sistema de Cuentas Regionales

Fernando H. Laveglia

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Cuentas Nacionales

Análisis Institucional

 

La importancia del análisis institucional de las Cuentas Nacionales es que a partir de él es posible relacionar los fundamentos teóricos, conceptuales de la teoría económica con las registraciones contables de la realidad.

 Partiendo de la ecuación macroeconómica fundamental[1] y en función de ella, es posible describir los flujos de renta, de gasto y financieros, agrupando las unidades institucionales en sectores sobre la base de sus funciones principales, sus comportamientos y sus objetivos. Es decir, analizar las relaciones que se producen entre los agentes económicos y registrar estas relaciones en el sistema de cuentas.

 Las unidades fundamentalmente identificadas son las entidades económicas capaces de ser propietarias de activos y de contraer pasivos en nombre propio. Son, en definitiva, los agentes económicos de la economía.

 Pueden realizar toda gama de operaciones y reciben el nombre de unidades institucionales. Las mismas se agrupan para formar los sectores institucionales atendiendo, como se ha dicho, a sus funciones principales, a su comportamiento y a sus objetivos. En forma resumida se pueden caracterizar a los sectores institucionales como:

  • Sector Empresas: Agrupa a sociedades no financieras y financieras.
  • Sector Público: Producen principalmente servicios no de mercado para el consumo individual o colectivo y redistribuyen la renta y la riqueza.
  • Sector Familias u Hogares: Las funciones principales de los hogares son la oferta de mano de obra, el consumo final y, en cuanto a empresarios, la producción de bienes y de servicios de mercado.

 Existe un cuarto sector que aunque no se considera agente económico, representa  las transacciones internacionales de la economía; estas transacciones se agrupan en una determinada cuenta que el sistema ha denominado “cuenta del resto del mundo”.    

 En sentido estricto, el resto del mundo es la cuenta de las transacciones entre las unidades residentes y no residentes, pero también puede verse como el conjunto de las unidades no residentes que intervienen en transacciones con unidades residentes. Por consiguiente, en la estructura contable del Sistema, “el resto del mundo” representa un papel semejante al de un sector institucional, aunque en él se incluyen solamente unidades no residentes en cuanto realizan transacciones con unidades institucionales residentes.

 En la cuenta “resto del mundo” se registran entonces, todas las transacciones que éstos residentes realizan con los residentes nacionales. Estas transacciones las podemos agrupar, a efectos de su simplificación, en dos grandes rubros: Exportaciones (X) e Importaciones (Q). Las primeras forman parte de la demanda total de bienes y servicios de la economía, en tanto que las segundas forman parte de la oferta total.

 Así, por un lado se tiene a las unidades institucionales residentes que no son más que los agentes económicos que intervienen en la economía y que a los fines prácticos los agrupamos en tres sectores: Familias, Empresas y Sector Público. Asimismo, por otro lado se tiene al “sector resto del mundo” que, si bien no se considera “agente económico”, representa un papel semejante al de un sector institucional.

Las relaciones entre los agentes económicos (incluyendo aquí al resto del mundo como tal) se identifican en un esquema simplificado del “flujo circular de la renta”[2]. En términos del flujo monetario, éste genera una corriente de ingresos y otra de gastos. Por ejemplo, cuando las empresas venden parte de su producción a las familias, el valor de la compra realizada por éstas es idéntico al ingreso percibido por las empresas.

Mirándolo desde el punto de vista del Ingreso, éste tiene dos destinos posibles: se consume o se ahorra. En consecuencia, la diferencia entre el Ingreso y el Consumo es igual al Ahorro. Como cada uno de los sectores institucionales genera tanto una corriente de ingresos como de gastos, resulta que la relación anterior (la cual resulta más visible desde el punto de vista de las familias en función de las relaciones macroeconómicas entre ingreso, consumo y ahorro) es válida para todos los sectores institucionales. En cada uno de ellos existirá un Ingreso y un Gasto. La diferencia será para el caso de las familias un ahorro o desahorro (si los gastos son mayores que los ingresos), para el sector público un superávit o déficit (si los ingresos no alcanzan a cubrir los gastos públicos), para las empresas pérdidas o ganancias no distribuidas y en el sector “resto del mundo” un ahorro o desahorro mirado desde la óptica de los residentes extranjeros.


 

[1] Oferta Global = Demanda Global

    Producción = Consumo ( C ) + Inversión ( I ) + Gastos del Gobierno ( Gg ) + (Exportaciones ( X ) –

    Importaciones ( Q ))

    Donde: Oferta = Producción = PBI = YN

                 Demanda = Actividades de los Agentes Económicos + Actividad Neta del Resto del Mundo

[2] Puede realizarse a partir de los flujos físicos, como monetarios.


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