América Latina Hoy
¿Y Hasta Cuándo?

Iván Ureta-Vaquero
César Calvo

 

 

Comportamiento social.

Por tanto, qué hacer no es la pregunta que se desprende de la anterior reflexión. La gran cuestión relativa al cambio cultural y posteriormente institucional viene de la mano de cómo hacerlo y cuándo. Consideraciones semánticas aparte, Amitai Etzioni muestra en el cuadro que se reproduce a continuación que el comportamiento humano depende de una estructura social y ambiental en la cual se inscriben los preceptos morales y los factores económicos.

Medioambiente y estructura

Social.

Comportamiento

Aunque el esquema presentado es muy simple, pienso que resume muy bien la calidad de la estructura social en la que nos desenvolvemos. Como se puede apreciar, el comportamiento tanto individual como colectivo depende o puede depender de la diferente dosificación de las dos esferas que influyen en el comportamiento: los preceptos morales y los factores económicos. De forma que, si individualmente puede caracterizarse a una persona por una mayor tendencia a actuar movido más por preceptos morales que por factores económicos o viceversa, así también se podrá evaluar la estructura y ambiente social. Pero aquí surge una pregunta imposible de evadir: ¿es la estructura social a través de sus patrones culturales la definidora del comportamiento individual, o es el comportamiento individual lo que configura el medioambiente y estructura social? La permeabilidad de ambas esferas es absoluta.

En este sentido como dice Frank Sheed, las familias se reúnen en la sociedad. Por este motivo de la existencia de la sociedad, la sociedad está basada en la naturaleza humana y es, por tanto, natural. Siguiendo a Sheed, la sociedad y su estructura se revela como una exigencia de la naturaleza humana, de modo que el hombre no puede alcanzar la plenitud de su dignidad como persona si no es en sociedad y cooperando con sus semejantes. Ahora, sí es cierto, que dicha combinación de aspectos individuales y colectivos representados, revelados naturalmente exigen unas formas de interacción conducidas por unos patrones comportamentales definidos. Hay varios caminos de lograr dicha interacción. Sean del modo que sean siempre existirá la interacción, pero algunas de ellas irán en contra de la naturaleza humana y sin embargo otras la potenciarán.

Parece que es necesaria la existencia de una autoridad que gestione y posibilite el alcance de ese coto exclusivamente humano. No estoy hablando, de acuerdo con Sheed de una autoridad externa que de forma caudillista y arbitraria exija determinados comportamientos en base a un atemorizante ejercicio del poder. Soy partícipe de la idea de que esa autoridad, es una exigencia natural en la sociedad. Que es consustancial a la misma y que por serlo es requerida por nuestra naturaleza humana. Nuevamente con Sheed, dicha autoridad no es conferida por los miembros de la sociedad, sino que es la propia naturaleza humana la que la exige: los hombres tienen el mismo poder para otorgarla que para otorgarse a sí mismos su propia naturaleza. Pero obviamente la implementación de dicho modelo natural exige la participación activa del hombre, quien a través de su inteligencia debe procurar la paulatina perfección del orden social en que se desenvuelve. Obviamente al argumentar estas ideas estamos refiriéndonos a un nivel estrictamente vital y temporal. Como comentábamos anteriormente existen dificultades para identificar y separar lo que pertenece a la esfera individual de la colectiva. La respuesta a la pregunta ¿es el hombre el que hace a la sociedad o la sociedad al hombre?, manifiesta esta complejidad, que sin duda presenta un esquema retroalimentado.

Es necesario ir un poco más allá. A pesar de que tanto los preceptos morales y los factores económicos influyen en el comportamiento, hay una diferencia sustantiva entre los dos elementos que configuran la calidad del comportamiento. De forma muy resumida podremos decir que los Preceptos Morales no son relativos mientras que los Factores Económicos, sí. De este modo, Etzioni (1990, p. 67) habla de la irreductibilidad del comportamiento moral, a la vez que Martha Nussbaum (1989, p. X) habla de las virtudes no relativas. En este momento es necesario precisar que no es lo mismo virtud que valores. Es muy frecuente oír en la calle a gente que dice que atravesamos una crisis de valores. Sin embargo los valores cambian con la experiencia mientras que los preceptos morales y así la virtud no, ya que no son cuestiones relativas. Habiendo aclarado esto de forma muy resumida, y continuando con la significación del cuadro precedente, se puede observar que, analizando el peso de uno otro factor se puede indicar que una estructura social tiene se caracteriza por su relativismo o no. Hagamos una pregunta sencilla: ¿Cuál piensa y diría usted que es la esfera que más pesa en nuestras actuales estructuras sociales? A) El comportamiento motivado por principios morales o B) El comportamiento motivado por factores económicos. Seguramente, aunque no se pueda negar la existencia de A usted habrá pensado que la respuesta más adecuada es la B.

De modo que se puede decir que el perfil antropológico que domina la estructura y medioambiente social es fundamentalmente un perfil antropológico que se mueve gracias a una génesis de percepción y de acción relativista. Contra esto, Etzioni (1990, ibid) expresa que el examen del comportamiento muestra que los individuos que buscan vivir de acuerdo a los principios morales se comportan de una forma sistemática y significativamente diferente a aquellos que actúan según sus propios placeres, o en resumen a partir de aspectos relativos. Por tanto ¿puede decirse que existiendo este diagnóstico estamos ante humanos en sociedad? ¿Tiene algo de cierta la visión de zoológico humano temático de Sloterdjik? Si entendemos que la elección racional es exclusiva del ser humano, si esta no se produce, nos estamos acercando más al modelo de comportamiento animal que al humano propiamente dicho. De todos modos no siendo tan pesimistas hay que decir que en el hombre, en general, existe una búsqueda de algún tipo de equilibrio entre los principios morales y los aspectos relativos, tratando eso sí de maximizar ambos. Pero como sabemos, la gran lucha se encuentra en el debate de las fuerzas que desestabilizan y hacen que dicho equilibrio sea muy difícil de conseguir. Como suelo decir, en economía, una de las palabras claves es la de equilibrio y no es por casualidad. Se debe a que casi todas las situaciones y eventos, son, en general, desequilibrios.

Cuando estudiábamos las relaciones entre el individuo, la familia y la sociedad, establecíamos que la autoridad que debe guiar con orden la estructura interna de un envoltorio llamado sociedad. Pero no estoy reflexionando en este punto como lo hizo Rousseau en su Contrato Social. Es necesario decir, aunque sea brevemente, que la obra de Rousseau podría tener algunos errores de observación, interpretación y conclusión. Si bien es cierto que Rousseau dice que antes de establecer los nuevos principios de convivencia de una nueva sociedad es necesario bucear para destacar las características de su estado natural para definir posteriormente su estado civil, en el capítulo IV referente al Pacto Social, el autor expresa lo siguiente: "Cada uno de nosotros pone en común su persona a todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, y recibimos a cada miembro como parte indivisible del todo”. ¿Qué es la suprema dirección de la voluntad general? Tengo muchísimo interés en tratar de criticar algunos paradigmas convencionalmente aceptados y este es uno de ellos. Y su crítica es pertinente en este momento. Si se expresa que la dirección de la voluntad general es suprema, se está sugiriendo su infalibilidad. Pero si establecemos que la voluntad general desde el punto de vista de Rousseau se establece gracias al diagnóstico de un estado natural y posteriormente analizado, a la instauración de un estado civil corremos un riesgo. ¿Cómo se analiza y se interpreta el estado natural del hombre? Y ¿quién y por qué lo hace? En definitiva, nuevamente estamos cuestionando la pregunta que flota sobre todo el texto; ¿cuál es el perfil antropológico que subyace al establecimiento de un estado civil? ¿Es infalible el análisis de un ilustrado como Rousseau al proponer un estado civil de acuerdo a su observación de la naturaleza del hombre? Aquí se podría decir que las interpretaciones pueden ser variadas y que el establecimiento de una sociedad también dependerá de esa varianza, sin embargo las consecuencias de esa aleatoriedad no pueden dejarnos indiferentes. Aristóteles expresó en Ética a Nicómaco - libro V -referente a la justicia, que las cosas bien hechas solo pueden hacerse bien de una manera, mientras que las cosas mal hechas pueden serlo de muchos modos.

Atendiendo a este axioma (, lo que parece justo) del estagirita, observamos que no pueden existir diferencias entre lo eidético y lo práctico y siendo esto válido, lógicamente hay que tener mucha precaución a la hora de establecer teóricamente lo ideal para traspasarlo al ámbito práctico. En resumen, hay que tener muy claro el perfil antropológico para que la abstracción pueda ser llevada a la práctica de forma adecuada. De modo que, insistiendo en la idea anterior, cuando observamos una defensa de la supremacía de la voluntad general estamos eludiendo la responsabilidad de analizar bajo que preceptos o principios se establece el perfil antropológico subyacente. De este modo, en virtud de la supremacía de la voluntad general estaríamos aceptando que, existe una autoridad gaseosa, ambivalente y dicho grado de abstracción, plagado de dualidades es lo que imposibilita al hombre establecer principios de autoridad derivados de su propia naturaleza, por lo que resultarán principios de poder derivados de este planteamiento convencionalista y contractual.

Como se puede apreciar estoy empleando dos conceptos completamente distintos, aunque muchas veces sus significados puedan tomarse como sinónimos. Me refiero a poder y autoridad. La autoridad es conferida en virtud al ejemplo manado de quien ejerce acciones de gobierno, mientras que el poder está asociado a conceptos de fuerza y despotismo, gracias a los cuáles el respeto y la factibilidad de ser obedecido derivan estrictamente de dichos mecanismos de coacción arbitraria. Obviamente, según esta diferenciación, la autoridad estaría más próxima a principios morales que respeten la libertad y el libre albedrío, mientras que el poder rodearía el relativismo impuesto por una ambivalencia arbitraria. Para que se entienda, se pueden poner dos ejemplos sencillos. Mahatma Gandhi fue capaz de establecer a través de sólidos principios morales, no relativos y universales, una conducta respetada por la comunidad internacional. Sin embargo, Hitler o Stalin tuvieron mucho poder pero a través del empleo de la fuerza y de un carisma derivado del temor que despertaban.

Estos dos conceptos podrán ser empleados para refinar el esquema de Etzioni mostrado anteriormente, donde se observaba una bicefalia que determinaba el comportamiento individual y colectivo y que obviamente terminaba por establecer el marco ambiental y estructural de una sociedad concreta. Sin embargo al esquema de Etzioni le faltaba incorporar los conceptos de autoridad y de poder para que así el análisis antropológico y sociológico fuera más preciso. Aunque más adelante afinaremos más los conceptos de praxis, en un nivel teórico habría que decir que a Etzioni le falta en su esquema, la presencia de un elemento aglutinante que caracteriza el comportamiento y consecuentemente la estructura y ambiente social. Hablábamos más arriba de unos principios morales y de unos principios relativos –factores económicos como dice Etzioni o pecuniarios como le gustaría decir a Thorstein Veblen- los cuáles intervienen en la definición del producto final llamado comportamiento, ingrediente fundamental de la estructura social. No vamos a establecer en este momento un análisis de caso concreto sino que vamos a presentar las dos categorías que de forma antagónica pueden revelarse.

De forma descriptiva –y en extremos- un modelo social y económico puede evidenciarse en forma A) Principios morales no relativos y B) Principios relativos. Tanto A como B se originan y se desarrollan como consecuencia de una percepción y definición antropológica previa que los imaginan. Superado el nivel eidético, la plasmación de unas pautas de conducta evidenciarán una mayor tendencia a A o a B en función directamente proporcional al modelo antropológico fundador. Para que dichos modelos funcionen y evolucionen necesitan un ordenamiento y una planificación que consciente o inconscientemente es hija de la percepción antropológica inicial. Veremos así que un modelo estará regido por un principio autoridad y el otro dominado por un poder arbitrario. En un esquema podría representarse del siguiente modo:

Modelo A. Moral no relativo/ Autoridad Modelo B. Relativo/Poder

Medioambiente

Estructura social.

Medioambiente

Estructura social.

Comportamiento Comportamiento

En el modelo A, no negamos la importancia de que existan unos factores económicos, puesto que de acuerdo con la tradición del aquinate, el hombre debe tener bienes que le permitan vivir con dignidad y debe así trabajar para procurarse una existencia y para dignificarse como persona ya que por el trabajo se revela al hombre, siendo el trabajo un bien del mismo o como diría Santo Tomás, un bonum arduum. Pero esto no significa que sean los factores económicos los que dominen el ámbito decisional. En el modelo A. los principios morales marcan los elementos de autoridad referenciados por la naturaleza humana. Por tanto no son arbitrarios. Sin embargo en un modelo como el B. los factores económicos o relativos, establecen su propia tiranía utilitarista subordinando así a unos principios morales, que sin bien no desaparecen, adquieren un papel prácticamente inoperante. Para entender los niveles de relación que caracterizan a nuestras realidades, muy bien podemos hacer una conjunción de los marcos anteriormente señalados, y en función al dominio de uno sobre el otro, podemos comprobar o diagnosticar a partir de qué momento se dirá desde-hoy o se seguirá con el esquema del hasta-cuándo.


Google
 
Web eumed.net

 

Volver al índice de América Latina Hoy ¿Y Hasta Cuándo?

Volver a "Libros Gratis de Economía"

Volver a la "Enciclopedia y Biblioteca de Economía EMVI"