América Latina Hoy
¿Y Hasta Cuándo?

Iván Ureta-Vaquero
César Calvo

 

 

Entre emigrar y engrosar la lista de actividades informales y clandestinas.

La cuestión del empleo en América Latina es un reto de primer orden, ya que de alguna forma, no se trata de incrementar tanto la cantidad de puestos de trabajo como de su calidad. Hay varios factores que inciden de forma directa en esta cuestión. De forma introductoria podrían tomarse algunos ejemplos cotidianos. Por ejemplo, el saldo migratorio en los países de América Latina es muy alto. Concretamente, solo para Perú, hay tres millones de peruanos viviendo en el exterior. Un segundo punto es la relación entre las remesas y el PIB de algunos países de América Latina y el Caribe, donde los montos de las remesas superan al PIB, y esto lejos de mirarse con optimismo, hay que observarlo con cierto recelo. En tercer lugar el nivel de salarios y la relación con los precios. Un cuarto factor agregado al tercero sería la relación entre el salario y las horas de trabajo diarias. Un quinto elemento, lo podría representar la participación del estado en la solución de los asuntos sociales. En este punto nos interesa fundamentalmente la faceta productiva que se asocia a la fuerza de trabajo de un país. A continuación podemos observar varias tablas que resumen la informalidad en Perú.

Lima Metropolitana - Participación del empleo informal en el empleo total

Fuente: Encuesta Nacional de Hogares (MTPS-INEI). 1986, 1987, 1989-1995, 1997-2001

Lima Metropolitana – Composición del empleo por categorías

Fuente: Encuesta Nacional de Hogares (MTPS-INEI). 1986, 1989, 1992, 1995, 1998, 2001.

Ingreso promedio mensual por categorías de empleo

Fuente: Encuesta Nacional de Hogares (MTPS-INEI). 1986, 1987, 1989-1995, 1997-2001.

Reiterando la idea anterior, podemos observar que hay una elementos dinamizador de los conflictos sociales, el subempleo y la informalidad. Estos dos factores inciden de forma directa en las actitudes psico-sociales tal y como podemos observar en el siguiente gráfico. Este gráfico, es fundamentalmente descriptivo y adolece, por el momento del suficiente respaldo cuantitativo, pero insisto, la función del mismo, es representar una tendencia habitual en América Latina y en futuras investigaciones se irá perfeccionando.

De los puntos anteriormente señalados nos vamos a fijar fundamentalmente en los dos últimos: La relación entre el salario y las horas diarias trabajadas y la capacidad del estado en la proposición de medidas y programas de acción social sostenidas. El gráfico que se presenta a continuación, insisto, tiene una aspiración puramente descriptiva, y podría servir para realizar algún estudio más concreto sobre la realidad que muestra. De todos modos, representa en un porcentaje muy alto la realidad de un país como Perú y el resto de países de América Latina donde existe una alta desigualdad de oportunidades y una elevada tasa de mercado informal. Las variables son salario, expresado en nuevos soles y horas de trabajo.

Modelo de relación inversa esfuerzo-beneficio.

W

7000

6500 c

6000

5500

5000

4500

4000 b

3500

3000

2500

2000

1500

1000 a

500

0

H . 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

El primer elemento que destaca en la propuesta es la frontera de los 1000 nuevos soles (aproximadamente 300 US$). Este salario mensual es el límite principal de un porcentaje muy alto de la población asalariada. Para alcanzar este nivel de ingresos la jornada laboral suele rondar las 12 horas y en algunos casos puede llegar a extenderse a las 14 horas. Esta frontera incluye a asalariados de una gran cantidad de empresas formales e informales y están representados por la curva a. Como puede observarse en la curva b, su pendiente es negativa. En ella, las más altas rentas exigen una menor cantidad de horas de trabajo diario. Estas altas rentas se pueden referir a actividades tanto formales como informales y clandestinas. Podemos integrar en este grupo a rentistas, administradores de empresas que no sean pioneros, actividades económicas relacionadas con actividades ilegales, o negocios lucrativos como el préstamo o la usura. Como podemos ver en a y b, convergen muy lejos de 0, lo que muestra una enorme fractura basada en una desigualdad de oportunidades muy grande y en una calidad del empleo pésima. Los derechos laborales simplemente se violan con total impunidad. En sociedades más igualitarias y con una mayor observación de los derechos laborales, la convergencia de las dos curvas se acerca más a 0, lo cual, eleva el nivel de ingresos por hora trabajada y consecuentemente dos factores representativos: una mayor calidad de vida y la creación de una base social de clase media que permite repartir los costos de las reformas necesarias a través de la política fiscal. Clase media significa básicamente, sentirse más ciudadano y menos habitante.

La curva c a 45º, representa un modelo ideal y justo, en el cual, el nivel de ingreso es proporcional a la cantidad de horas trabajadas. En este grupo podríamos observar a los pioneros empresariales o a aquellos emprendedores que operan en un clima donde no es tan acusada la desigualdad de oportunidades o que siendola, tienen algún tipo de ventaja respecto al entorno; mejor información, una buena idea, una buena asociación, capital, posición de fuerza, etc.

Sin embargo, las fuerzas sociales y económicas que compiten en realidades con altas tasas de mercado informal, son fundamentalmente las representadas por la curva a y b. La frontera señalada de 1000 soles, no es un salario que permita vivir a una familia de forma digna, habiendo que señalar la mala calidad de la mayor parte de los servicios públicos. Podría darse la casualidad que 1000 soles, fueran suficientes para vivir si es que, por ejemplo la calidad de la enseñanza pública en todos los niveles fuera satisfactoria, que la sanidad fuera eficiente y que los sistemas de pensiones y de compensación económica también lo fueran. Sin embargo este no es el caso. La educación privada es un lujo al alcance de una población mínima, la sanidad privada igualmente y las prestaciones sociales de empresas privadas, como fondos de pensiones, etc, también sacan provecho de esta situación.

Como puede deducirse de estos comentarios, en la medida que una gran mayoría de la población siga viviendo en la situación que señala la curva a, se mantendrían las tasas de informalidad del mercado y lo que podría incluso ser peor y que se deriva de esta situación, lo que serviría para quebrar la tesis de Hernando de Soto, el informal o incluso el “formal”, que se encuentran bajo la frontera señalada, observando que pueden desarrollar otro tipo de actividades económicas que le podrían representar un mayor ingreso con un menor esfuerzo, posiblemente tienda a saltar la frontera e integrar la curva b. En una coyuntura como la que se vive en la mayor parte de los países de América Latina, la informalidad representa un refugio que puede permitir alcanzar mayores cotas de ingreso.

Ante unas instituciones incapaces de gestionar de forma eficiente reformas políticas, sociales y económicas, a muy poca gente le puede interesar salir de la informalidad y así, la economía sumergida, continuaría desarrollándose. Por tanto, habría que buscar otro motor que permitiera reducir la tasa del mercado informal, quizá asociada a la tesis de Soto, pero no siendo esta la única. De lo que se trata en este caso, es no en invitar a los informales a que se formalicen, sino que en un cambio de actitud ellos sientan que deben hacerlo, en función a unas garantías que gracias a ganar mayor confianza pública, las instituciones puedan generar. Esto evidencia que el cambio de actitud no se da de forma espontánea por un grupo determinado, sino que el cambio de actitud, asociado a un cambio cultural, tiene que acompañar al cambio institucional y este, al paso de las nuevas necesidades que se van presentando.

Como colofón a esta cuestión se puede decir que, en un clima de escasez de oportunidades, donde las políticas laborales no se respetan, donde las tasas de desempleo son altas y las de subempleo lo son más, quedan dos oportunidades en el corto y en el mediano plazo: saltar a la curva b o emigrar. Desde los varios puntos de vista que hemos ido exponiendo en los capítulos precedentes, la tendencia a buscar b o a emigrar, so pretexto de enviar remesas de dinero, no son las propuestas que desde el punto de vista de la sostenibilidad necesitan realidades como las de América Latina. Resulta aberrante que existan países donde las remesas superen al PBI, indicando eso sí, que estos indicadores de PBI, ignoran la cantidad “generada” por las actividades informales y clandestinas que integran la curva b. En estos climas, incluso, las remesas podrían llegar a convertirse en financiadoras de actividades de b, o ser empleadas en gastos suntuarios, como se puede constatar en muchos de los llamados barrios emergentes.

Siendo a la que incluye a la mayor fuerza productiva potencial, y siendo esta la más maltratada, a través de la ORI, se debería promover, obviamente a través de las instituciones una mejora de sus condiciones. Esto provocaría una reducción de las actividades informales y clandestinas, una base de clase media más amplia y lo más importante; una mejora de las oportunidades para todos y la restricción de las desigualdades, lo que provocaría de forma ineluctable la mejora de los niveles de seguridad, ya que se minimiza la tentación de saltar de a a b. El problema es de voluntad. Que América Latina salga de su situación actual depende en un muy primer grado de su voluntad. En este sentido, las instituciones tienen mucho que decir.


Google
 
Web eumed.net

 

Volver al índice de América Latina Hoy ¿Y Hasta Cuándo?

Volver a "Libros Gratis de Economía"

Volver a la "Enciclopedia y Biblioteca de Economía EMVI"