América Latina Hoy
¿Y Hasta Cuándo?

Iván Ureta-Vaquero
César Calvo

 

Internacionalismo y globalización.

El internacionalismo y globalización son dos conceptos que tienen mucho que ver desde los puntos de vista eidético y práctico. Sin embargo, ambos puede decirse que se emplean en contextos ideológicos distintos. La idea de internacionalismo es un concepto muy arraigado en la cultura comunista. No tenemos más que observar las definiciones de las principales denominaciones del mundo comunista. Por ejemplo la Primera Internacional, también llamada Asociación Internacional de los Trabajadores, tuvo la vocación de reunir a todos los trabajadores de diferentes países. Es decir, se trata de unificar los criterios de planteamiento y de acción de colectivos humanos. Se fundó en Londres en el año 1864, 16 años después de la redacción del Manifiesto Comunista, gracias a la unión de grupos de sindicalistas, anarquistas, socialistas del otro lado del canal y los entusiastas italianos republicanos tras la proclamación del nuevo reino de Italia en 1861. Los fines como comenté más arriba, estaban relacionados con la organización política del proletariado mundial. Fracasada la Primera Internacional en 1876, la vocación expansiva e internacional volvió a concretarse en la Segunda Internacional, instaurada en 1889. Hasta su disolución en 1916, promovió y continuó la filosofía de la Primera.

El posible fracaso de la Primera y la Segunda Internacional, se debe a las diferencias culturales, que presentaban aquellos países que se quería fueran anexionados a una forma de pensar y actuar muy concreta. Tras estos intentos, que volvieron a repetirse con la reorganización de la Segunda Internacional en 1920 que terminaría por fenecer en 1940, un año antes, en 1919, se creó la Tercera Internacional Comunista o la Kommitern. La misión programática de la Tercera Internacional, como en las dos anteriores consistió en la difusión global de su ideario. No puede dejarse pasar que esta idea de internacionalización resumía los esfuerzos invertidos por el Partido Comunista Soviético para encauzar su ideología por todo el mundo. Incluso, en esta planificación ideológica pensaron en un tipo de hombre muy concreto que se resume en el estribillo del himno de La Internacional, en el cual se dice explícitamente que “el género humano es la Internacional”.

Dejando de lado este breve análisis sobre la vocación expansionista e internacionalizadora de las propuestas comunistas, en el capitalismo no observamos la existencia de ningún himno que de forma ideológica aspire a diseminar una forma de actuar concreta. Sin embargo, observamos que de forma tácita, la imposición de un modelo de pensar basado en la ortodoxia de la teoría y la práctica económica, es un hecho. En sí, la convergencia de los dos bloques se da en la búsqueda de una identidad que se encuentra internamente amenazada por la permeabilidad que presentan dichos sistemas. La obsesión por la búsqueda de la formación de un bloque culturalmente homogéneo que no distinga variaciones psicosociológicas, demuestra la debilidad interna que dichos programas tratan de paliar, debido sobre todo, a que persiguen la conformación de un marco de determinación del hombre, el cuál se piensa completamente desposeído de sus atributos naturales. La generación por tanto de la idea de un pensamiento único es completamente antinatural y la explicación de los fracasos de dichos modelos antropológicos se deben a la misma razón.

En el caso de la cultura capitalista, al hombre se le presuponen unos principios de libertad completamente desvirtuados del origen del concepto, ya que la “nueva libertad” se debe a la interpretación de tesis utilitaristas gracias a las cuáles, el individuo y sus supuestos de egoísmo, provocará, sin una intervención fiscalizadora del Estado, los mejores progresos en virtud a sus capacidades. Podemos observar por lo tanto, que los conceptos de libertad comunista y de libertad capitalista son primos hermanos. Repito, uno desde el punto de vista teórico y doctrinario y el otro desde el punto de vista práctico. En el comunismo, se habla de la liberación del proletariado, en el capitalismo, de la libertad del hombre para desarrollar sus capacidades en su propio beneficio sin la intervención de un corpus doctrinario que le coaccione. Pero en sí, encierran un programa similar. Expandir y hacer valederas sus tesis en cualquier parte del mundo. Los resultados, en el caso del comunismo, la desintegración de un sistema cultural basado en la restricción de la libertad individual y en el capitalismo, la negación del principio del Ser Personal, basado en la elección racional y en la responsabilidad de las acciones. Sigamos con el siguiente aspecto en el que se produce convergencia.


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