América Latina Hoy
¿Y Hasta Cuándo?

Iván Ureta-Vaquero
César Calvo

 

2.-HOMBRE Y ECONOMÍA. La integración de los radicales humanos.

Introducción

Muy posiblemente a los alumnos les haya sorprendido el tenor de la anterior sesión en un programa doctoral de economía, donde lo que se persigue es encontrar las claves fundamentales, analizar, la realidad política y social latinoamericana. Sin embargo, como decíamos anteriormente, es necesario exponer, criticar y debatir algunos conceptos que han creado prácticas nefastas para la humanidad. Hemos partido de aspectos esenciales que relacionaban a las creencias y a las necesidades y hemos podido ver cómo el lenguaje utilizado en política y economía abusan de conceptos abstractos, que en esencia tienen significados absolutos, pero que se los relativiza, para poder conseguir, a través del populismo o de lo que se quiera, unos resultados. Y de eso vamos a hablar en esta sesión. De resultados. De qué es la economía y que relación tiene con el hombre. Además, afinaremos más las ideas respectivas a las necesidades la justicia, el bienestar, la cooperación y la creación de sociedad.

2.1.¡Mi hijo es primer puesto del nido, me han ascendido y me he comprado un auto nuevo! ¿Qué mas le puedo a la vida?

Con frecuencia tengo que hacer viajes a otros países y siempre me ha sorprendido cómo siempre que voy a un sitio, independientemente del día de la semana, del mes, y de la hora, hay gente que debe ir al mismo lugar al que me desplazo. Es evidente que diariamente se desplazan por los aires, miles de personas. Pero a nadie se les puede admirar más que a esos ejecutivos, trabajadores hasta el agotamiento, que aprovechan cualquier esquina, preferiblemente visible, del aeropuerto para hablar por celulares preciosos y conectarse a computadoras portátiles ultramodernas. Quizá sea un curioso, o tenga poco que hacer cuando viajo, lo que me convierte inmediatamente en un hereje a ojos de los súper ocupados y lustrados ejecutivos. Pero bueno, me gusta caminar y ver que están haciendo en sus computadoras. La mayor parte de las veces, no les he visto haciendo nada referente a sus trabajos: o juegan, o ven fotos, muchas veces de su familia. ¿Se sentirán solos? ¿Tendrán necesidades afectivas? ¿Cuáles son sus prioridades vitales? ¿Qué necesitan y cómo actúan?

No hay que centrarse exclusivamente en los ejecutivos de los aeropuertos. Hablaré de vecinos como usted, que posiblemente nunca hayan viajado para hacer negocios, ni tenga una empresa exitosa. Se pueden realizar las mismas preguntas que para el caso del ejecutivo. ¿Se siente solo? ¿Tiene necesidades afectivas? ¿Cuáles son sus prioridades vitales? ¿Qué necesitan y como actúan? Desde este punto de vista podemos, para analizar inicialmente estos puntos creo que es un buen ejercicio fijarse en la utilización de las expresiones y usos del lenguaje común.

Cuando uno habla de si mismo generalmente puede observarse que el acento de su discurso se centra en manifestar todo aquello que tiene. En función por tanto a lo que tiene se revela su autoestima. Esto ya lo comentamos en otro libro cuando hacíamos las reflexiones en torno al ser y al tener. Decíamos, siguiendo a Fromm, que el hombre actual utiliza más las expresiones verbales derivadas del tener que de las del ser, más propias de épocas en las cuáles no se había implantado de una forma tan sólida los principios de conciencia material. Cuando hablo de conciencia material, me refiero a la reducción del radical vital a este materialismo. Por tanto, la inclinación al tener supera a las posibilidades del pensar en ser.

Retomando el punto inicial, he observado que en una sociedad como la peruana, existe una competencia que tiene dos caras. En este primer momento nos centraremos en analizar la primera cara que consiste en el ensalzamiento de los logros personales del individuo desde su infancia.(1) Aunque pueda parecer anecdótico, casi todos lo padres con los que he hablado tienen hijos que han sido “primeros puestos” del nido –guardería- “primeros puestos” del colegio y “tercio superior” en la universidad. Estadísticamente es difícil encontrar semejante concentración de niños prodigio. ¿Todos son “primeros puestos”? si lo son ¿a que se debe la obsesión por manifestar quienes son sus hijos a través de los logros y de los resultados? En caso de que no sean “primeros puestos” ¿son como los apestados de la familia?

Creo que esta perspectiva no es baladí desde el punto de vista en que los padres, imbuidos por una presión social, hacen hincapié en decirle y en convencerle al hijo que tiene que ser el “primer puesto”. Así el niño, se educará sabiendo que tiene que ser “primer puesto” y que si no lo es, casi pierde el sentido de su existencia. Sin embargo esta competencia prácticamente se resume a los resultados y la persona no es solo resultados. Pero esta manifestación cultural tiene su origen en una concepción muy particular que es, como dije antes, la reducción del radical vital a una expresión material, fundamentalmente impuesta por un tipo de homo faber, que parece ser el único que importa y que es capaz de mover la maquinaria de la economía, de forma “eficiente”, según una mala e incompleta definición de eficiencia.

¿Ha generado esta visión de la economía este perfil de hombre mutilado? Podríamos seguir poniendo ejemplos de reducción del radical vital humana, a aspectos relacionados con los resultados, como los casos de ejecutivos “exitosos”, como el caso de grandes gurús del management, etc, pero creo que el ejemplo puesto, resume desde una perspectiva doméstica, la raíz de muchos de los actuales males. Según estas proposiciones podemos observar que efectivamente el hombre se convierte en un recurso para la economía, en un capital, y no al revés. La economía desde mi punto de vista debería ser un recurso para el hombre. A continuación realizaremos una breve nota explicando aspectos que muchas veces se desconocen de la historia y evolución de la economía y su relación intrínseca con el hombre.


1.  Me refiero a esta segunda cara de la competencia a la que se manifiesta entre la población económicamente activa. Pienso, como lo veremos más adelante, que esta competitividad incentivada desde la infancia, luego no representa un tipo de estímulo para emprender actividades innovadoras. Por tanto, se observaría una desconexión o una mutación del espíritu de competencia.


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