La transición de mercados a sociedades emergentes

Iván Ureta-Vaquero

 

III.Procesos de generación de sistemas de comunicación simétrica a través de la aplicación de la Teoría de la Optimización de Recursos Internos.

III.I. Los mercados emergentes se comportan como sistemas de comunicación secundaria e interrelación complementaria.

A la hora de caracterizar cuales son los principales problemas que nos vamos a encontrar cuando analizamos los procesos y metodologías de generación de emergencia social, es precisamente hablar de lo que potencialmente se entiende como país emergente y es su relación estrecha con el término mercado emergente. En este sentido nos vamos a encontrar con numerosos paradigmas que debemos atacar de raíz para no terminar asumiendo informaciones, que aunque abundantes tienden a confundir, también a especialistas.

Uno de los principales retos de la socioeconomía radica en la crítica, generación y desarrollo de conceptos que puedan permitir un avance del conocimiento en las distintas ramas de las ciencias sociales. Pero no sólo de generar y desarrollar conceptos, sino también de aplicarlos. Muchas veces somos actores pasivos, para nuestra vanagloria, de una fértil generación de ideas que nunca culminan en alguna realidad. Ello nos permite pasarnos la mano por el hombro y reconocer grandes planteamientos que no sirven más que para fortalecer nuestro oficio de burócratas del pensamiento. Como puede observarse en el título trataremos de proponer algunas propuestas y metodologías para la generación de Sociedades Emergentes – a partir de ahora S.E- . Las S.E. como todo elemento de análisis y fortalecimiento tiene su antagonista que es el que nos permitirá establecer los primeros lineamientos de este análisis: los llamados Mercados Emergentes – a partir de ahora M.E-. Lógicamente, antes de hablar de lo que es, o de lo que pensamos que tiene que ser una S.E. como producto del aprovechamiento de las características que identifican a los M.E, deberemos establecer un estudio crítico que nos permita responder a tres preguntas genéricas: a) ¿Qué es un M.E.? b) ¿Por qué? c) ¿Cuándo deja de serlo?

Quizá la primera pregunta se pueda simplificar de una forma radical. Entiendo al M.E. como un mercado esencialmente rentable. Rentable para quienes gestionan inversiones en estos fondos y rentable para las empresas inversoras que observan al M.E. de una forma suculenta. El concepto de M.E. fue desarrollado en los tempranos ochentas por un funcionario del Banco Mundial. Antoine Van Agtmael. El mismo que en el año 1984 cofundó la firma Emerging Markets Management.(1) En diciembre de 2.000 fundó el Crédit Agricole Emerging Markets, compañía que en agosto de 2.002 pasó a formar parte de la citada Emerging Management Management.(2) Por lo tanto observamos, que, a priori, los M.E. son rentables. Creo que tal juicio no es improvisado ni sensacionalista.

Dejando de un lado los motivos que pudieron provocar que la administración Bush decidiera intervenir de forma armada en Irak, podemos observar que algunas compañías inversoras han fijado su atención en este país. Supuestamente, un país al borde de una guerra civil, no parece ser el escenario adecuado para realizar malabares financieros, sin embargo, esquivando esta cuestión, la inestabilidad puede resultar muy provechosa. El refrán español lo ilustra muy bien: A río revuelto, ganancia de pescadores. Claro que para ser pescador hay que estar a salvo del agua, generalmente un país industrializado, disponer de un factor tecnológico, en este caso una caña, una promesa o un cebo, aprovechar el acceso a las mejores fuentes de información que nos indiquen la condición de las mareas o los mejores lugares de un río y la técnica suficiente como para ser eficaz. Demasiados aspectos para que todos puedan ser pescadores. Son pescadores quienes por una serie de factores tienen la posibilidad de serlo.

Apartándonos de estas ironías, que no lo son tanto, estaríamos observando que el viejo paradigma de la necesidad de estabilidad para el crecimiento económico no siempre es recurrente. Así pondríamos en un segundo nivel de análsis el indicador riesgo país que en realidad tiene unas connotaciones distintas a las que se quiere vender. Como podemos ver, el indicador de riesgo país deja de ser tenido en cuenta si las posibilidades de retorno son altas. Sin embargo, desde un punto psicológico es interesante este factor para priorizar unos u otros mercados por parte de quienes pueden controlar mecanismos de control comunicativo primario. A lo largo de mis estudios me he encontrado que uno de los principales problemas a los que se tiene que enfrentar el inversor extranjero, es la falta de información que pesa sobre potenciales mercados y así recurriendo a indicadores mal planteados, obtiene una mala información. De este modo los gobernantes de los países, supuestamente emergentes, hacen esfuerzos denodados por reducir las ficticias tasas de riesgo para ser atractivos, a costa de aceptar prácticamente sin miramiento las políticas económicas ortodoxas de los grupos de generación y emisión de comunicación primaria. Pero el lenguaje es muy atractivo desde el punto de la manipulación y en definitiva, los grandes ciclos de crecimiento económico se han visto apoyados por situaciones de incertidumbre. ¿Qué hubiera sido de Inglaterra sin un poder como el español a quien enfrentarse? ¿Qué hubiera sido de Estados Unidos y de Japón sin la primera guerra mundial? ¿Qué hubiera sido de las universidades norteamericanas, poseedoras del control del conocimiento, sin un período entreguerras y una segunda guerra mundial? Observamos por tanto, que sí puede ser cierto este paradigma para aquellas clases pobres y medias de los países donde se desarrollan los conflictos, pero no para las elites locales que transan con los intereses de los “amados” inversores extranjeros. Y a esos países se les llama mercados emergentes. ¿Emergentes de qué? ¿Emergentes de donde? u otra pregunta que no les interesaría mucho responder a cazadores de mercados: ¿Emergentes hacia donde?

Seguramente, a ningún inversor que se haya fijado en la rentabilidad iraquí, se le ha pasado por la cabeza el futuro del país más allá de un rápido retorno de su inversión. Los datos nos indican que debido a la garantía que representan las reservas petrolíferas de Irak, algunos fondos mutuos se han acercado a Irak para comprar ciertas cantidades de los US$2.800 millones en bonos que en febrero ofertó el “gobierno” iraquí en febrero de 2006 para reestructurar el escenario de deudas dejado por Hussein tras tres décadas de dictadura. Según un editorial publicado por The Wall Street Journal, T.Rowe Price Group Inc. la cual tiene un fondo para bonos de mercados emergentes que asciende a US$ 558 millones, invirtió US$16 millones en los nuevos títulos iraquíes. Standish Mellon Asset Management Co., US$2 millones. Otras firmas que han intervenido de forma discreta en estas delicadas aventuras financieras son ING. Group y Merril Lynch & Co. En la misma información puede observarse que en los últimos tres años, los fondos de mercados emergentes han tenido retornos anuales que promedian un 36%. Así en 2005, los inversionistas depositaron alrededor de US$10.100 millones en bonos de mercados emergentes. Más del doble que en 2003. La filosofía de este modus operandi la resume utilitariamente Don Phillips, director de Morningstar: “Si existen oportunidades de retornos, los gerentes de fondos van a sentirse atraídos”. (3)

En este trabajo observamos cómo deberían aprovecharse los M.E. como motores que potenciaran los beneficios de las sociedades que los componen. Sólo de este modo podremos observar al M.E. como el impulsador de beneficios para más personas, no como proveedor de beneficios para aquellos que los observan o tratan de hacerlos observar como atractivas zonas de inversión con, posiblemente, altas tasas de retorno en el corto plazo. La publicidad y uno de los principales aspectos que destaca Emerging Markets Management es: “la ineficiencia ofrece una oportunidad” Y continúa: “Nosotros buscamos oportunidades de inversión. Mientras otros gestores limitan su universo de inversiones, nosotros también buscamos oportunidades en pequeños stocks y en mercados fronterizos no indexados.”(4) Como se puede observar, la palabra oportunidad aparece repetida en varias ocasiones.

Luchar contra este oportunismo no es fácil en absoluto. Este oportunismo suele representar una de las principales victorias de aquellos que se les llama gestores exitosos. Los grandes gurús, los grandes managers, los admirados consultores son aquellos que son capaces de detectar una oportunidad y de aprovecharla. Hasta ahí nada malo. Por supuesto. Oponernos a ello sería dinamitar las propias bases de la historia. Lo que es, sin embargo, más discutible, es la evaluación de los daños colaterales o beneficios directos que puede generar una política de estas características en aquellos lugares donde se aplican. Dentro de esta forma de actuar suele existir un peligro que no siempre se observa. Que pasa desapercibido. ¿Por qué pasa desapercibido? Quizá porque tenga unos efectos que no son tan fáciles de cuantificar con unos guarismos o con unas cuantas gráficas. Me refiero al factor síquico y social que suele adherirse y modificar la percepción de la realidad de aquellos que las integran. Además estos factores cualitativos inciden posteriormente en el devenir de la economía. ¿Cómo? Los políticos de los países que integran la nómina de “emergentes” tienen bien aprendida la lección del electoralismo. Del populismo. Décadas de éxitos cortoplacistas inundan las experiencias políticas de estos países.

Un presidente y su gabinete saben que en cuatro años, en ocho años, no pueden resolver los problemas estructurales que aquejan a su realidad. Por tanto, más que preocuparse por reparar los cimientos de su realidad, prefieren decorar alguna de las fachadas de ese edificio cada vez más precario. Esto provoca que busquen una rentabilidad en el corto plazo. En este sentido la marcha del PIB puede servir para mostrar a la ciudadanía que la economía “va bien”. La relevancia de las cifras macroeconómicas en un país “emergente” es mínima. No significan casi nada y tan sólo representan las condiciones de unos sectores industriales que si bien son importantes se centran básicamente en el subsector económico formal, fuera del cual se encuentra del 50% de la población. Yendo a lo sustantivo, esta tendencia a exagerar los datos macros para dar una imagen de buena gestión política es lo que potencia la idea de que las inversiones traerán trabajo, crecimiento económico al fin y al cabo. No se habla nada de desarrollo. O mejor dicho, se habla mucho de desarrollo pero sin saber que significa este concepto. En este sentido habría que hacer una campaña en la que se explicara que crecimiento no significa desarrollo.

¿A donde queremos llegar? ¿Dónde está el supuesto factor psico-social al que hacíamos referencia anteriormente? Para empezar está demostrado que las inversiones generan puestos de trabajo. Lo que no está tan claro es si generan un trabajo de calidad o no. Tampoco es evidente que se traten de puestos de trabajo estables. De ninguna forma significa que se van a respetar y a realizar unos contratos justos, con unos salarios justos o con una seguridad. Aunque cada vez el estado pueda tener una mayor tendencia a fiscalizar acciones empresariales fraudulentas, el mismo hecho de creerse que sólo con inversiones habrá puestos de trabajo, provoca una servidumbre del estado hacia el inversor. Si el inversor detecta algún tipo de problema, alguna dificultad o injerencia política incómoda, no va a tener ningún problema en movilizarse e irse a lugares más favorables. Por estos motivos la población interioriza y asume que la solución a sus problemas va a venir desde afuera. Esperaremos, esperaremos a ver si en algún momento como por arte de magia algún inversor se fija en que existimos y nos da un trabajo. Pero aquí se abre una nueva paradoja. Si observamos al mercado emergente como una oportunidad de inversión, ¿se dejará en algún momento de ser atractivo? ¿Cuándo perderemos la identidad de emergente? En un primer momento veremos con júbilo que un inversor “oportunista” coloca su capital y su tecnología en nuestra zona. Estábamos mal, necesitamos trabajo. Ya tenemos un trabajo. Más o menos fijo. ¿Pagan mucho? Da igual, pagan más que estando desempleado. Pero estoy empleado o ¿subempleado? Da lo mismo, tengo empleo. Y ¿Ves? Le dirás a un amigo, he conseguido trabajo gracias a la inversión extranjera. El estado no hace nada, nunca lo hizo.

Así se va generando la idea de que las soluciones vienen de fuera, no de que desde dentro podemos generar salidas. Bien, ya tienes tu trabajo. Te pagan todos los meses una cantidad. No ahorras demasiado pero te puedes dar tus gustos. Ahora quieres incrementar tu poder adquisitivo porque crees que el desarrollo consiste en eso: en tener posibilidad de gastar. De consumir. Entonces es posible que te asocies con compañeros. Si el caso implica a más gente igual formáis un sindicato. Un sindicato débil porque la gente no está dispuesta a perder su empleo. Te amenazan y tienes que bajar la cabeza. Tienes que seguir viviendo. Nuevos intentos por conseguir mejoras laborales. Pero pronto te das cuenta, sin que te lo digan, que si tu no estás dispuesto a trabajar por ese salario, habrá gente en las puertas de la empresa que querrá tu puesto de trabajo. Si las cosas se siguen complicando, si el estado quiere intervenir en la fiscalización de la política laboral de la empresa, este empresario, este inversor oportunista dirá; ya obtuvimos toda la rentabilidad posible.

Ahora busquemos un nuevo mercado emergente donde poder invertir y obtener beneficios. Entonces tu país, tu realidad dejó de ser emergente. De ser atractiva para inversores oportunistas, para aquellos que son los que conceptualizan y catalogan a los países como emergentes o no. Entonces llega la crisis, el paro y el fantasma de la reconversión. ¿Reconversión? Sí, cómo crear nuevos sectores económicos de donde prácticamente no existen. Para ello, ¿tienes optimizados tus recursos internos? ¿Sí? No te resultará demasiado dramático. Sólo apuesta por una carrera de largo aliento. ¿No? Preocúpate, las cosas no van a estar nada fáciles. Por supuesto que quien conozca bien las realidades llamadas mercados emergentes se dará cuenta de que esto no es demagógia.

El peligro que se desprende de los párrafos anteriores es lo que se quiere denunciar en este libro. Los países y las sociedades están siendo vistas, ahora más que nunca, como mercados. Y esta consideración es completamente coyuntural, ya que los inversores no buscan ni quieren un compromiso con el desarrollo del país en que invierten. Así el mercado emergente tendría un nacimiento, un crecimiento, una madurez y un final. Este ciclo, puesto de manifiesto por Philip Kotler, se refiere a productos pero también puede ser aplicado a los mercados emergentes por comportarse de forma práctica como productos. Según Kotler, la vida de este ciclo de emergencia de un producto suele de ser de cinco años, pero la tendencia es que, debido a la competencia, dicho plazo se tienda a reducir cada vez más y de una manera más abrupta. Posiblemente lo mismo ocurra con los mercados emergentes, los cuáles tendrán una vida cada vez más corta, ya que la ansia de búsqueda de rentabilidad, obligará a buscar nuevos escenarios susceptibles de convertirse en mercados emergentes. Después, solo hace falta una campaña de publicidad que hable del riesgo de un país o de declararlo en crisis y asunto resuelto.

Por ejemplo, uno de los principales casos lo podemos encontrar en uno de los países que vivieron el supuesto milagro económico: Indonesia.El 12 de marzo de 1967, Suharto fue nombrado presidente y ratificado 9 días después. Inmediatamente, debido a su intolerancia por la diversidad de opiniones políticas colocó al partido Golkar como principal referente de la representación gubernamental. Estos primeros pasos, dados con firmeza incentivaron la vocación del nuevo gobierno indonesio por liderar el área del sudeste asiático, siendo uno de los fundadores de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. En estos compases, el mundo de la Cooperación Internacional comenzaba a tomar nuevos rumbos, y debido a su decidida oposición a la ideología comunista se situó dentro de la lista de aliados de los Estados Unidos en un área especialmente estratégica, ya que se temía que las fuerzas del sudeste asiático pudieran entrar en contacto con los intereses chinos. La emergencia de Indonesia comenzó de este modo. Suharto creó la oficina logística BULOG para distribuir arroz y otras donaciones procedentes de la cooperación norteamericana, USAID.

Desde el punto de vista político, gracias a las ayudas rápidamente se redujeron las tasas de hambre previas, debidas a las restricciones en el suministro de arroz, ya que Sukarno evitaba el acercamiento al pensamiento económico occidental. Sin duda esto fue un éxito de Suharto, pero hay que analizar a qué precio. Diversos gobiernos de países posteriormente llamados emergentes, han sido derrocados y en su lugar se han instaurado gobiernos aupados por los intereses estratégicos de algunas potencias occidentales. En el caso de Indonesia, con las reservas debidas se pueden observar las ayudas de países como Estados Unidos, el Reino Unido o Australia en el derrocamiento de un Sukarno más inclinado a las tesis de la República Popular China y enfrentado a Malasia debido a su inclinación a occidente.

Con esta apertura voluntaria a occidente, Indonesia comenzó a ser visto como un país emergente, hasta el punto de convertirse en miembro de los conocidos Tigres de Asia. Caracterizados por ser los protagonistas de un modelo milagroso de crecimiento económico, pero todo ello a costa de perder la soberanía nacional y de comportarse como mercenarios de un orden que sustituye el concepto de Estados por el de Mercados. Como ocurrió en Chile (5) con los Chicago Boys de los ochenta, en Indonesia comenzaron a desarrollar sus tesis económicas el grupo conocido como la Mafia de Berkeley. De modo que en muy poco tiempo, Indonesia pasó a convertirse en un centro para la inversión extranjera directa. Según Indonesia Economic, merced a esta nueva orientación de la política económica se privatizaron los recursos naturales y se escribieron los nuevos renglones de una legislación absolutamente permeable a las multinacionales y a sus métodos de acción, además de presentar una inclinación a la petición de préstamos del Banco Mundial, y otros bancos y gobiernos cercanos a estos postulados, según se indicaba en el Indonesia Economic de 2005.

Como se puede ver, poco parece importar a las grandes empresas la corrupción si con ella se obtienen altos retornos, pero toda obra tiene su final y los libretos suelen esconder sorpresas que deslumbran a los espectadores. Sin embargo, siempre existen espectadores inteligentes que pueden predecir el desenlace de la representación. De las glorias cantadas al modelo de crecimiento paradigmático de países como Indonesia, se pasó a un sombrío panorama. En 1997, en plena crisis financiera de Asia, Indonesia comenzó a tambalearse, y es que un régimen político que desarrolla su acción de espaldas a los intereses de una nación a la que debe servir, no puede disfrutar de las mieles del juicio histórico. La rupia comenzó a caer y Suharto fue vigilado por las instituciones que le apoyaron. Este caso de entronizamiento y derrocamiento por las mismas fuerzas no son exclusivas de este análisis, sino que en el caso de Irak podemos advertir similares características. (6) Para superar esta crisis Suharto trató de acercarse nuevamente a las directrices del F.M.I. pero su paradigma socioeconómico estaba herido de muerte.

Indonesia ha vivido una optimista ola de crecimiento y fue incluido dentro de los llamados tigres asiáticos. Este crecimiento provocó un incremento del consumo de hidrocarburos y a principios del nuevo siglo ya comenzó a afrontar problemas para solucionar su ascendente consumo interno. Aquí nos cuestionamos sobre la sostenibilidad de los modelos económicos que caracterizan a los mercados emergentes. Indonesia ha sido el único país del sudeste asiático perteneciente a la OPEP, sin embargo, a partir de 2005, dicho privilegio podría verse restringido si es que Indonesia no logra aumentar la producción de crudo. Pero no es que esta reducción se haya manifestado únicamente en este año, sino que era predecible porque en años precedentes los inversionistas fueron escapando del pais debido a la alta corrupción gubernamental, por la precariedad de las infraestructuras y por una voluble legislación. De modo que, la sustantiva reducción de inversión privada directa ha provocado una crisis de producción y el país tuvo que convertirse en importador de hidrocarburos. (7)

En este punto es necesario reflexionar sobre los elementos que parecen apoyar una política de crecimiento económico asociado al concepto de emergencia de mercado. Quizás los ejemplos más representativos los podamos encontrar en el sudeste asiático. En algunos casos, parece que lo que hizo posible la persistencia de un clima de prosperidad económica es una directriz política severa. El caso de Indonesia así lo ilustra, ya que se imprimen unos valores impuestos por una autoridad y la sociedad los asume.Sin embargo, no hay que confundir poder dictatorial de la autoridad democrática.

En este punto cabe preguntarse ¿existen evidencias que asocien estabilidad económica y solidez democrática a sólidos sistemas de referencia histórica, en los que la tradición juegue un papel importante? Parece que sí. Según la doceava auditoría sobre democracia mundial, la cual estudia datos sobre política y derechos humanos, libertad de expresión y corrupción, los seis primeros países del mundo son: Finlandia, Dinamarca, Nueva Zelanda, Suecia, Suiza y Noruega. Los seis últimos son, en orden inverso: Myanmar, Turkmenistán, Libia, Sudán, Eritrea, Zimbawe y Uzbekistán. El país africano mejor situado, en el puesto 35 es Sudáfrica y de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Reino Unido está en el puesto 9, Estados Unidos en el 14, Francia en el 16, Rusia en el 114 y China en el 128.(8) Da la casualidad de que ocho de los diez primeros de la lista son monarquías constitucionales.

¿Qué puede significar esto? La identidad nacional generada a través de varios siglos y sostenida gracias a un elemento de integración simbólica como puede ser una monarquía, permite desarrollar esquemas socioeconómicos más estables en los cuáles se implementan modelos de relación en los que los valores adecuados a estos modelos socioeconómicos son más sólidos que en aquellas realidades teóricamente “nuevas”. En estas sociedades “nuevas”, al tener que ensayar distintas propuestas de valores que se asocien a un contexto novedoso y cambiante, se complica la implentación de sistemas de identidad que propicien el desarrollo de un modelo socioeconómico. Es decir, ni la sociedad ni los gobiernos tienen clara la idea de referente histórico y por ello, se imitan propuestas alóctonas suponiendo que vayan a funcionar en sus entornos. Es por ello por lo que fracasan una y otra vez, entrando en una espiral de pesimismo sobre el futuro.

Lo que queremos combatir es lo que acabamos de resumir anteriormente. Por ello se quieren proponer las estrategias a través de las cuales, la energía de un mercado emergente no se disperse ni se potencie de forma dispareja por los caprichos de unos inversores oportunistas. Deseamos por lo tanto apoyar una teoría de desarrollo endógeno que aúne las energías dispersas que caractericen estos mercados emergentes y los constituya en sociedades emergentes. Las energías que constituyen estos mercados son las energía proactivas que permiten concentrar esfuerzos.


 

1. Puede consultarse su página web en: www.emi-emm.com

2. La información específica puede consultarse en: pdf.funds-sp.com/pdf/eseq1EM308796.pdf

3. Citado en El Comercio. 17 de marzo de 2006. Pág b2. También recomendamos la visita a www.emergingfund.com donde se pueden observar algunos de los análisis más destacados sobre mercados emergentes.

4. www.emi-emm.com/firm/phylosophy.html

5. Dejo para una siguiente obra el análisis del caso chileno. En definitiva el modelo de crecimiento económico chileno, ya en la actualidad muestra debilidades en cuanto a las ayudas sociales de las que la clase media chilena está gozando. La aparición de AFPs ha significado que el Estado deje de lado las obligaciones que le deberían competer. Sin embargo los militares si se han reservado estas ventajas estatales. Sobre estos problemas está investigando el profesor Dario Menanteau de la University of Minnesotta.

6. La segunda crisis entre Estados Unidos e Irak comezó con la excusa de la presunta tenencia de armas de destrucción masiva del gobierno iraquí de Saddam Hussein. Otra, liberar a la población de la presión dictatorial que el propio Hussein infringía sobre su país desde su entrada a la presidencia del C.C.R. el 16 de julio de 1979. Curiosamente, su acceso al poder fue organizado por la propia administración Nixon, ya que reconocían que era un “cabrón”, pero que era “su cabrón”. Antes de la entrada de Hussein, dimitió Bakr, anterior presidente de Irak. Ahora le compensaba quitarlo y los motivos no se hicieron esperar. Parece que diversas administraciones quieren hacernos olvidar que mientras Hussein trataba al pueblo iraquí dictatorialmente Jacques Chirac firmó con él el tratado de comercio Francia-Irak en 1974. Como anécdota, durante estas fechas, Chirac recibió a Sadam en su propio domicilio catalogándolo de “amigo personal”. Entre los años 1980-1988, Irak se batió en guerra con su vecino Irán. El Imán Jomeini y los Chiítas dominaban Irán. El Irak sunita de Sadam se veía como tolerante y favorable a los intereses de Estados Unidos y Ronald Reagan mandó el 20 de diciembre de 1983 a Donald Rumsfeld para firmar un acuerdo de apoyo a Hussein contra Irán. El ex canciller alemán Willy Brandt visitó en 1990 a Sadam en Bagdad para buscar una solución pacífica al conflicto del Golfo, pero ya había intereses en los gasoductos iraquíes. En noviembre de 1989 en la cumbre de países árabes el entonces rey Hassan de Marruecos recibió en Rabat a Hussein como amigo, volviendo Egipto a la Liga Árabe. Estas cuestiones no pueden olvidarse simplemente.

7. http://www.crisisenergetica.org/article.php?story=20050712231616842

8. www.newnations.com


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Web eumed.net

 

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