La transición de mercados a sociedades emergentes

Iván Ureta-Vaquero

 

III.II. Buscando una regionalización eficiente.

Perú y sus gobernantes saben que uno de los elementos de éxito de un proceso de descentralización es el diseño y consolidación de un conjunto de regiones eficientes. Nosotros diferenciamos a la región natural, que se identifica con un conjunto de características propias -cultura, folklore, instituciones socioeconómicas, etc- con la región productiva.(1) Al hablar de región productiva estamos sugiriendo la creación de nuevas unidades territoriales capaces de dinamizar y complementar sus recursos propios -naturales, institucionales, capital social, etc- de modo que sea posible promover un desarrollo sostenible y autogestionario, que a su vez permita el intercambio con regiones anexas.(2) En Perú han coexistido y coexisten diferentes visiones sobre cómo debería diseñarse un plan de regionalización entre las que se pueden destacar las siguientes: La propuesta del geógrafo Javier Pulgar Vidal (3), quien propuso la creación de 8 regiones transversales que integraran la totalidad de los pisos ecológicos de la compleja fisiografía peruana. En segundo lugar, observaríamos la regionalización propuesta por el APRA en los años 80 y consistente en dividir al país en 12 regiones, pero se le critica de adolecer de fundamentos técnicos y socioeconómicos. Finalmente habría que observar la regionalización propuesta con base en las fronteras del país.

Sea como fuere, antes de pretender desarrollar un programa de descentralización, que finalmente corresponde más a un modelo de desconcentración de la administración central, sería pertinente abrir un debate sobre las características de las actuales regiones y las posibilidades de mejorar este marco jurídico-administrativo ajustado a la realidad de los mercados regionales. En este sentido la descentralización tiene un reto fundamental cual es el de la creación no solo de nuevas regiones, sino de regiones atractivas. Regiones que puedan incrementar su grado de desarrollo integral y que vuelvan a captar a las personas que abandonaron el campo por la ciudad. De este modo, se recapitalizaría la región, las actividades económicas podrían diversificarse y se experimentaría un crecimiento de la demanda (consumo). Con ello además podría resolverse uno de los principales problemas que atañen a Lima como ejemplo de centralismo: la paralizante superpoblación.

El proceso migratorio desde los ámbitos rurales a los urbanos se ha desarrollado de forma escalonada. En un primer momento, los campesinos procedentes de pequeñas comunidades accedieron y acceden a los pueblos importantes o capitales de provincia, para posteriormente dar el salto a Lima, incrementando la población del subsector económico informal, el cual convive con el formal. Como puede observarse en la anterior gráfica (4), a partir de 1950, el desarrollo del sector agrario comenzó a ceder individuos a la ciudad. A partir de este momento se comenzaron a poblar diferentes núcleos de asentamientos humanos, conos y pueblos jóvenes. La evolución en la creación de estos nuevos núcleos, habría que relacionarla con las oleadas favorecidas por diferentes presidentes, quienes, favoreciendo esta fingida integración, se aseguraban un importante nicho de votantes afectos.

El proceso de paulatino abandono del campo, ha ocasionado que este haya perdido las franjas de edad más productivas, las cuales se han derivado a los enclaves y finalmente a la capital. Quizá el elemento más relevante que incide sobre la paralización actual del sector agrario, es que se ha perdido la orientación conceptual de que, los grupos campesinos tienen una identidad como sociedad. Por tanto, con este desalojo del ámbito rural, se ha perdido una teoría del cambio que asuma la naturaleza y dinámica de las distintas formas de organización social de la producción y el resultado actual de su interacción. (5)


1. Sobre el problema de la regionalización histórico-cultural y la administrativa ver el análisis de GONZALES DE OLARTE, Efraín (1988): Economías regionales del Perú. Instituto de Estudios Peruanos. Lima. Pág 25.

2. A este nivel son interesantes los planteamientos de Isard, quien propuso los siguientes puntos de evaluación para formular proyectos de desarrollo empresarial a nivel local y regional: “1. Identificar las industrias específicas que pueden, bien individualmente o de forma conjunta, actuar eficazmente y con beneficio de la región. 2. Cómo aumentar el bienestar de los ciudadanos de la región, es decir, cómo elevar las rentas per cápita y conseguir una distribución más equitativa de la renta. 3. Evitar una mezcla industrial que sea demasiado sensible a las alzas y a las bajas del comercio internacional y que se componga en gran medida de industrias en declive, obsoletas o de lento crecimiento. 4. Utilización óptima de los recursos endógenos, que en las regiones menos favorecidas presentan una dotación limitada y sin explotar convenientemente. 5. Por último, planificar el desarrollo industrial de una región, como parte integrante de un sistema de regiones, de manera que tenga una consistencia interna”. Ver ISARD, W (1960): Methods of regional analysis: an introduction to regional science. MIT. Extractado en RAMAJO, Martín (1997): Debilidad industrial y atraso económico en Extremadura. Asamblea de Extremadura. Mérida. Pág 30. También en cuanto a las orientaciones del desarrollo alternativo que propone Iguiñiz: 1. Cultivos policíclicos. 2. Desarrollo de ecosistemas. 3. Retención por el productor del almacenamiento, conservación, transporte y comercialización. 4. Diversificación de actividades productivas no agropecuarias lejanas. 5. Política de Consumo. 6. Organización y Desarrollo. 7. Acuerdo Nacional. En IGUIÑIZ, Javier: “La política agropecuaria: Producción sin campesinado”. En VVAA (1981): ¿Economía peruana. ¿Hacia donde?. Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico. Lima. Págs 51 y siguientes. Incluso podría ser interesante en algún momento el diseño regional en función a un punto óptimo de localización con relación a las fuentes de energía, a la materia prima y mercado del consumo tal y como sugirió Weber. WEBER, A (1929): Theory of the location of industries. Chicago. Chicago University Press.

3. PULGAR VIDAL, Javier (1970): Las ocho regiones naturales del Perú. Ed. Universo. Lima. Y del mismo autor, PULGAR VIDAL, Javier (1979): La regionalización transversal del territorio peruano para fines de la administración del desarrollo nacional. Seminario sobre Estrategias de Desarrollo Regional. Universidad del Pacífico. Lima.

4. Fuente: INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática)

5. PLAZA, Orlando: “Cambio social y desarrollo rural”. En VVAA (1990): Perú, el problema agrario en debate. Sepia. III. Lima. Págs 232 y siguientes.


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Web eumed.net

 

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