La transición de mercados a sociedades emergentes

Iván Ureta-Vaquero

 

Introducción

La actualidad social, política y económica está plagada de numerosas voces que aclaman y exigen- de una forma sentida, improvisada o argumentada- una vuelta a la interpretación económica según sus orígenes, cuando no tenía el vestido ni el honor de llamarse ciencia, sino simplemente un subsistema que se integraba en el sistema cultural de las sociedades. Es posible, que la escalada de una disciplina fundamentalmente ecléctica como la economía al rango de ciencia, es lo que ha ocasionado el desencadenamiento de distorsiones conceptuales que se apartan del origen teórico y práctico de esta disciplina. Así, se ha llegado a un punto en el que lo que fuera un subsistema se ha convertido en el sistema que determina las características de un subsistema cultural amorfo y carente de referencias donde la filosofía relativista se explaya con el aplauso público. Es decir, de las sociedades, de las familias, del hombre individual.

Tratando de coger un poco de altura y buscando la tranquilidad entre tanta taquicardia teórico-práctica, a continuación se presenta un trabajo madurado a lo largo de más de tres años de investigación y diálogos con diferentes interlocutores. Lo escrito se debe fundamentalmente a mis clases de pensamiento económico en la Universidad de Piura, Perú, y de varias conferencias impartidas en la George Washington University, University of Minnessota y Universidad de Deusto durante el período 2003 -2006. Debido a que la problemática que este libro aborda exige diversas técnicas y análisis, la investigación es fundamentalmente interdisciplinar, y por ello, humanista, puesto que si suponemos que las ciencias tienen un objeto de estudio determinado y un método que es lo que las distingue unas de otras, a todas compete y en todas converge, la necesidad y la responsabilidad de estar al servicio del hombre. Si partimos del hecho de que la misión de las ciencias consiste en la búsqueda de la verdad – desde el más puro sentido filosófico- la verdad exige un trabajo conjunto que tienda a propagar un verdadero concepto de libertad humana, bajo el cual, el hombre debe aspirar a la máxima felicidad. Se puede suponer entonces que las ciencias buscan la sabiduría. Pero, ¿es la sabiduría lo mismo que el conocimiento? No. Una persona que conoce muchas cosas no tiene porque ser sabio. La sabiduría es básicamente el conocimiento debido. Conocer debidamente. Y este conocimiento debido significa la búsqueda del desarrollo del hombre. De su felicidad, de su humanización. Este trabajo tratará de eso. De analizar las posibilidades de desarrollo de una sociedad basándonos en la acción y en la libertad del individuo. El tema no es sencillo. Ocurre que con los conceptos un tanto abstractos, como la libertad o la felicidad, existe una gran confusión y muchas veces dichos dichos planos eidéticos no son lo que se considera un paradigma de base. Dichos paradigmas de base –convencionalmente aceptados- han sido diseñados y nos han sido vendidos como productos manufacturados dentro de un sistema económico, en una forma y un estilo de vida fortalecido a partir de la época post-industrial. Las consecuencias son los síndromes y enfermedades característicos de nuestras sociedades.

Desde aquí, sin ningún interés por evadir problemas, quiero responder a algunas preguntas, que aparentemente, ya están contestadas por paradigmas de base convencionalmente aceptados, aunque también hay que decir, que algunas de las preguntas que deberían realizarse no están siquiera bien cuestionadas y si no lo están, no es porque no se hayan pensado, sino que no se han pensado adecuada y convenientemente. Por ello, no hay nada más atractivo desde el punto de vista intelectual, que tratar de “lavar” algunas ideas que forman parte de un subconsciente colectivo cada vez peor informado y con unas dotes decrecientes en las capacidades de análisis y síntesis de la realidad que nos envuelve y nos arrastra. Así, la conceptualización entre países desarrollados y países subdesarrollados ya parece que está superada. Al menos, desde un punto de vista políticamente correcto, las vergüenzas y respetos humanos tratan de elaborar un lenguaje menos hiriente, sugiriéndose nuevas etiquetas como mercados emergentes, países emergentes, etc…

Como casi siempre ocurre, los técnicos que diseñan estas etiquetas, generalmente no pertenecen a esos países tradicionalmente llamados “tercermundistas”. Esto significa algo, que, desde el punto de vista teórico y práctico no se puede dejar pasar. En muchas ocasiones, estos técnicos que parece que debieran estar muy bien formados –y que de hecho lo están-, son presa de su propio sistema cultural y eso significa que pueden cometer, aunque de forma inconsciente, acciones cuyas consecuencias no prevén. Esto evidencia los recurrentes fracasos de las medidas económicas o modelos diseñados por los países industrializados para aplicarse a otras realidades. En este trabajo quiero mostrar un esbozo de lo que entiendo que son los sistemas económicos. Sin demasiados rodeos sostendré que son básicamente: sistemas de comunicación. La economía como cualquier otra actividad humana se basa en las relaciones de agentes concurrentes. Las relaciones de estos agentes se basa en complejos sistemas comunicacionales. El éxito o el fracaso de las empresas y de los modelos económicos, pienso que nacen de fortalezas y deficiencias de los procesos de comunicación de agentes participantes. Por ello, uno de los principales problemas radica en el hecho de quién da origen a la acción comunicativa, como se ejerce desde un punto de vista práctico y que consecuencias tiene dicho posicionamiento activo. ¿Puede ser un tanto osado reducir una ciencia como la economía a una función lingüística? En absoluto. De acuerdo con Giovanni Sartori, cada palabra y cada lenguaje, predispone al pensamiento para un cierto tipo de explicación, y por ello, el medio lingüístico incluye de por sí un modo de ver y un modo de explicar. (2)

Para argumentar más esta posición nos basamos en los estudios realizados por Watzlawick, Jackson y Beavin, quienes establecieron en 1967, cinco axiomas relacionados con la comunicación humana: La imposibilidad de no comunicar, los niveles de contenido y de relación, la comunicación digital y la analógica, la puntuación de la secuencia de los hechos y la interacción simétrica e interacción complementaria. Estos conceptos junto a la dimensión teórica y práctica del metalenguaje nos permitirá esbozar algunas líneas fundamentales que nos pueden ayudar a comprender las relaciones de complementariedad o de simetría entre diferentes realidades económicas y sociales.

Siguiendo este esquema introductorio, podemos observar que los países diseñadores de propuestas primarias desde el punto de vista comunicacional, posiblemente quieran dar un mensaje distinto del que es entendido en los lugares periféricos de aplicación. Por ello, al tratarse de sistemas de comunicación primarios, los países “en vías de desarrollo” tratan de emularlos porque se consideran que provienen de realidades más maduras. Pero lo que estos sistemas de comunicación primarios no tienen en cuenta -ni siquiera lo tienen en cuenta los subsistemas de comunicación o sistemas de comunicación secundarios, que adoptan los modelos- es como los países no industrializados se ven a si mismos y que futuro quieren diseñar. Por tanto el sistema de comunicación primaria terminará por absorber a los subsistemas de comunicación o sistemas de comunicación secundarios y así, las posibilidades de desarrollar políticas económicas tête à tête serán cada vez menos posibles y las diferencias entre países se harán más evidentes como puede comprobar tras la caída del muro de Berlín. Aunque siendo conscientes, estas diferencias comenzaron a notarse de una forma manifiesta cuando tras la segunda guerra mundial se crearon los grandes organismos internacionales. Organismos pensados y creados por los países que a la postre han protagonizado un rol comunicativamente primario. No obstante, estos procesos hay que observarlos en una línea de larga duración, pero hay que preocuparse por observar las relaciones económicas como sistemas de comunicación –en los que se incluyen, por supuesto, análisis sociolingüísticos- que deben ir modificándose para tratar de establecer relaciones más lineales.

Parte de la preocupación por desarrollar este trabajo tiene que ver con una caracterización de los grupos humanos como mercados emergentes o países emergentes. Todo ello en función a unas variables macroeconómicas –fundamentalmente- que no son representativas del conjunto de facetas que presentan las economías que tratan de resumir con unos datos estadísticos. Veremos que se quiere decir con mercados emergentes o países emergentes. En todo caso, como muestra el título, vamos a tratar de evaluar unas dimensiones dinámicas que aceptan el concepto de mercados emergentes, como vehículo de generación de economías emergentes y ambos como medios para la generación de sociedades emergentes.

Por tanto, vamos a observar que estamos envueltos en un verdadero problema de comunicación donde los conceptos son cada vez más relativos, más abstractos. Se generan problemas estructurales que radican en una completa manipulación de la información, en una desviación de los sistemas de comunicación. También nos será útil en este análisis tener en cuenta la teoría de la acción humana y la teoría de la decisión, que en definitiva se pueden resumir en una idea: ¿por qué el hombre actúa de determinada forma y no de otra? ¿podría hacerlo de otro modo? Estos conceptos tienen mucho que ver con el enfoque de la antropología filosófica. Es cierto que en los últimos 15 años, en los estudios de carácter económico se han introducido disciplinas como la sociología y la antropología. Pero cuando evaluamos los resultados de la ciencia económica actuando en solitario observamos que estos son insatisfactorios. Y todavía, aún así, aplicándose los conceptos y las herramientas de la sociología y la antropología observamos bastantes limitaciones. En realidad, muchas veces el enfoque que estas ciencias dan al hombre es reductivo, a pesar de que se puedan emplear conceptos flexibles como relativismos culturales. Quizá no se tenga claro qué es en realidad el hombre, dimensión otorgada por la antropología filosófica. Ni siquiera los estudios psicológicos llegan a descifrar satisfactoriamente su objeto de estudio. Un antropólogo, un sociólogo, un psicólogo, un historiador, un lingüista, un economista, tiene que estar de acuerdo con el concepto de hombre, de libertad humana y de acción humana. Si no es así se seguirán haciendo “grandes planes” y “grandes agendas” que como mucho aliviarán algunos problemas estructurales, pero que no los erradicará.

Queremos conocer cómo las sociedades se han desarrollado hasta el presente y como deberían desarrollarse en el futuro. No estoy hablando de países en vías de desarrollo o desarrollados, términos que atacaremos más adelante, sino de las sociedades en conjunto. En este sentido, el estudio de la historia de los ciclos económicos nos muestra como las logísticas de crecimiento económico asociadas a una sucesión de momentos óptimos –no necesariamente consolidados- se van encadenando y ofreciendo un panorama evolutivo. Esto lo explica muy bien Rostow cuando nos describe su original análisis sobre las etapas del crecimiento económico. Estas son cinco: la sociedad tradicional, las condiciones previas para el impulso inicial, el impulso inicial, la marcha a la madurez, el alto consumo en masa. (3)

Puede resultar baladí, pero quiero detenerme un momento en este punto para realizar un comentario sobre la supuesta madurez defendida por Rostow. Según esta clasificación, a las sociedades se les puede denominar maduras o no maduras en función a su nivel de crecimiento económico y de consumo. Sin embargo esta caracterización de madurez o de inmadurez no hace referencia al común denominador de las sociedades desarrolladas o subdesarrolladas –desde el plano económico exclusivamente- la gente, el individuo. Si pensamos en una sociedad madura debemos pensar en que una sociedad completamente madura, es una sociedad completamente responsable. Y la responsabilidad no admite contaminación, explotación laboral, la pobreza, la marginación, etc.

Por el motivo anterior quizá se podría añadir una sexta caracterización que el mismo autor menciona al hablar de más allá del consumo en masa a pesar de que no la contempla entre las cinco fases anteriores. (4) Esta explicación evolutiva demuestra la plasmación teórica de una intuición arrastrada por el convencionalismo de que el industrialismo, el ingreso y el consumo transformado posteriormente en consumismo, son las constantes que manifiestan cuantitativamente las tasas de crecimiento económico y por ende del desarrollo como consecuencia implícita y aceptada. Cuando proponemos un título tan sugerente como el que nos lleva a desarrollar este análisis, lo hacemos porque pensamos que es posible pensar en una nueva forma de caracterizar el avance de las sociedades y sobre todo del hombre. El punto de vista de Rostow en este sentido nos sirve de arranque. La práctica totalidad de científicos sociales han buscado y buscarán las claves que permitan comprender el avance de las sociedades y en una sociedad cada vez más influida por una economía disociada de su origen ético y moral, dicho avance se asocia a factores de producción e indicadores de ingreso y consumo.

Este documento tiene un origen y una intención clara que el autor no quiere dejar de mostrar. Debido a las inquietudes en torno a la investigación de mercados, economías, sociedades, políticas que se manifiestan a lo largo de todo el documento, este trabajo es una reflexión de las futuras líneas de trabajo sobre las cuáles merece la pena seguir perseverando. Se observará que existen muchas propuestas abiertas, y no son más que la evidencia dinámica del proceso creativo que desde una perspectiva interdisciplinar el autor empleará en sus sucesivos trabajos. Si se me interroga cuál es el fin de este trabajo diré: comenzar a diseñar un marco teórico y conceptual, para, a través del mismo, diseñar y mejorar estrategias de interacción grupal basadas en modelos de intercambio simétricos. En esencia, se trata de responder a uno de los grandes retos que todavía no han tratado interdisciplinariamente ciencias como la historia económica, la sociología, la economía o las ciencias empresariales.

Sin huir de una visión práctica, en este enfoque multidisciplinar (5), nos preocupa cómo afecta la desconexión entre las instituciones públicas y privadas al desarrollo integral de las comunidades más desfavorecidas. Para ello centraremos el problema de análisis en Perú, contexto que integra serias trabas estructurales cuyas raíces son profundas y están muy ramificadas, terminado por configurar la imagen del subdesarrollo, el cual, tiene varios factores internos que pueden provocar su agudizamiento. Cuando hablamos de subdesarrollo, la mayoría de las ocasiones pensamos en un determinismo causal que tienen que soportar ciertas economías subsidiarias de las centrales, que padecen sin voz ni voto, sus consecuencias. Siendo esto verificable, si pretendemos viajar a lo más profundo del problema, nuestros análisis no se pueden detener en este argumento fuerte, sino que podría ser pertinente detectar cuáles son las raíces de las trabas estructurales que subyacen en la pobreza, al intento de salir de ella y a su caracterización. De la misma manera que no debería generalizarse el concepto de riqueza - si no se hace con relación a algo - tampoco puede hablarse de pobreza sensu estricto sin matices ni relaciones. Otro peligro epistemológico es el de asociar la pobreza a una cuestión puramente económica, y esto, puede que esté relacionado con una visión neoliberal, que nos hace conceptualizarlo prácticamente todo con relación a la economía y las finanzas como únicas medidas posibles. Pero puede haber una pobreza de moral, de ética, de acción comunitaria, una pobreza en la confianza, una pobreza en la fe de creer que es posible el cambio autogestionado y autocentrado. ¿Cuál es el estadio de esa riqueza o pobreza intangible en las comunidades con escasez manifiesta de lo básico?

A un nivel estructural, las instituciones públicas se empeñan en hacer una supuesta política allí donde únicamente habría que preocuparse de dar servicio a la comunidad. En este sentido se cambia la ecuación de Servicio Social por Política y se muta por la de Política por Servicio Social. Por otro lado, la iniciativa privada local está estrangulada y se busca la inversión de grupos extranjeros quienes desembarcarán con un sistema productivo determinado e inadaptado a las características socioeconómicas de la zona. Los agentes sociales tienen poca representatividad, poca fe en ellos mismos y poca fe en sus políticos, por lo tanto se acostumbran a vivir en esa situación de pesimismo: el pesimismo de la pobreza. Esto se traduce en una experiencia vital cortoplacista, extraordinariamente presentista, sin una orientación de futuro ni una perspectiva ilusionante de desarrollo autotélico. ¿Qué hacer ante este panorama? Se propone una convergencia de los sectores públicos y privados de modo que ejerciten democráticamente sus derechos y obligaciones, basados en una agenda a medio y largo plazo en la que se impliquen todos los agentes de una sociedad dada. Ello permitiría una pre-causación circular de acumulación, entroncada en un programa de Optimización de Recursos Internos (O.R.I.), de modo que una vez optimizada su estructura y saturadas las posibilidades de reinvención económica, social e institucional, se pueda acudir con garantías de sostenibilidad a la cooperación internacional (C.I.), la cual permitirá implementar diferentes programas productivos.

Según lo indicado en los párrafos precedentes, el libro está dividido en tres partes. En la primera realizamos un estudio que relaciona los tres vértices fundamentales del modelo socioeconómico: el individuo, la sociedad y la economía. Es necesario, sin duda, sabiendo que este texto es fundamentalmente humanista, comenzar a analizar el problema desde una perspectiva antropológica. Este análisis inicial, dará paso a una segunda parte, donde se estudia un caso particular como es modelo socioeconómico peruano. Lo cierto es que, lejos de ser un libro dedicado al Perú, este ámbito cultural y geográfico, nos permite descifrar algunas elementos comunes a muchos de los llamados países emergentes, y más si hablamos del contexto de América Latina. Quizá sería necesario más adelante comparar el ámbito americano con el asiático, pero en esencia, repito, nos encontramos con más elementos similares que diferentes. En la tercera parte del libro revelamos las pautas teórico-prácticas que buscan un equilibrio inter y transgrupal. El modelo es aplicable a las organizaciones, pero por ser un modelo basado en la antropología filosófica, también es válido para aplicarlo a contextos de relación grupal internacional.


2. SARTORI, Giovanni. 2004: La política. Lógica y método en las ciencias sociales. FCE. México. Tercera edición, segunda reimpresión. Pág 31.
3. ROSTOW, WW. 1963: Las etapas del crecimiento económico. F.C.E. México. Segunda edición. Págs 16 y siguientes.
4. Op cit. Pág 24.
5. Es interesante hacer esta acotación puesto que los temas de corte económico tienen una marcada tendencia a la teorización sobre leyes que permiten, gracias a postulados econométricos, calcular y predecir los comportamientos sociales. Pero ese excesivo celo por cuantificar todas las actividades humanas para poderlas predecir y planificarlas ha producido una “ilusión económica, sin negar la existencia de leyes específicamente económicas, muestra que éstas únicamente pueden expresarse dentro de un marco mucho más amplio, cultural y antropológico” TODD, Emmanuel (2001): La ilusión económica. Punto de lectura. Madrid. Pág 11 ó la sentencia de Bloch a favor de la interdisciplinaridad : “aún así, y suponiendo una gran variedad de conocimientos en los investigadores mejor provistos, éstos hallarán siempre, y normalmente muy de prisa, sus límites. Entonces no queda otro remedio que sustituir la multiplicidad de aptitudes en un mismo hombre por una alianza de técnicas practicadas por diferentes eruditos, pero dirigidas todas ellas a la elucidación de un tema único”. BLOCH, Marc (1992): Introducción a la historia. FCE. Madrid. Pág 57. Pero lo que dice Bloch no queda en la pura defensa y pertinencia de la interdisciplinaridad, sino que va más allá. Existen temas que afectan al devenir de los seres humanos, problemas que no pueden resultar desapercibidos debido a que su paliación debe ser inmediata, por este motivo las investigaciones tienen que orientarse multidisciplinarmente, desde varios enfoques y perspectivas a la resolución de estos problemas de causa común.


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