Obstáculos y Palancas
para la capitalización y expansión
de la Pequeña y Mediana Empresa

Guillermo Luis Locane

 

LAS ESTRATEGIAS DE DESARROLLO

            Los cambios en el modo de pensar sobre el desarrollo provienen básicamente de los avances de las ciencias económicas y de las experiencias sociales. En el último medio siglo, los problemas del desarrollo han ocupado gran parte de la agenda de trabajo de los investigadores. Sin que ello implique una delimitación temporal precisa, sino una mera referencia de época, desde que en 1958 Albert Hirschman publicara su “Estrategia de desarrollo económico” hasta 1999 en que Amartya Sen diera a conocer su libro “Desarrollo y libertad”[1] , mucho agua ha pasado bajo el puente y grandes son las posibilidades de capitalizar el conocimiento acumulado como para, al menos, intentar elaborar aproximaciones una estrategia de desarrollo de cuño regional.

Es reconocido que su ausencia o reemplazo por recetas provenientes de modelos elaborados por terceros (organismos multilaterales con visiones unilaterales, y consensos ajenos) [2] han representado y representa un obstáculo para el desarrollo del  país y el bienestar de su población, provocando además, desánimo y una insuficiente confianza de ciudadanos y dirigentes en la potencia de la acción colectiva nacional y regional para la prosecución y obtención de logros económicos perdurables.

Obstáculo que, es necesario remarcarlo, produce efectos adversos, sobre todo, en el empresariado medio.

Y aquí nuevamente el tamaño importa. Efectivamente, aunque las grandes empresas no se hallan indemnes, son las pequeñas y medianas empresas las que más la sufren la ausencia - o vaivenes - de estrategias y políticas o la aplicación de aquellas que poco y nada tienen que ver con las reales necesidades del país.

Va de suyo entonces, que, como expresara el Dr. Ponce de León “el desarrollo no debería ser una bandera política de un partido o un grupo ideológico, sino(....) el objetivo de toda la sociedad” [3].

 

 

El Desarrollo como emprendimiento de la sociedad en su conjunto, requiere una VISIÓN propuesta por los líderes políticos de la Nación, y en función de ella una MISIÓN que la sociedad democráticamente les convalide, requiere además OBJETIVOS y METAS definidas junto con los empresarios, los trabajadores y organizaciones de la sociedad civil, y ESTRATEGIAS para tratar de alcanzarlos, en el marco de un nuevo contrato social elaborado sobre bases éticas aceptadas y respetadas por todos.

 

Es que, la búsqueda del Desarrollo es mucho más que la aplicación de estrategias instrumentales, que pueden abarcar desde aquellas clásicas orientadas a industrialización mediante sustitución de importaciones y un razonable nivel de protección comercial [4], inversiones en infraestructura a cargo del sector público, y grandes empresas de propiedad estatal, hasta los nuevos conceptos de especialización y diferenciación productiva.

Ha sido un serio obstáculo para el empresariado en general y el pequeño y mediano en particular, que la carencia de visiones políticas integradoras y objetivos claramente explicitados y sometidos al escrutinio público, halla devenido, con el transcurso de los años, en la mera discusión de estrategias instrumentales, cuya aplicación transitoria, antojadiza, y muchas veces contradictoria, no han hecho más que arrojar oscuridad y confusión donde debería haber la luz y claridad que posibilite a los empresarios planificar e invertir a largo plazo, confiando en la continuidad de las reglas de juego. 


 


[1] Sin olvidar los aportes de Prebisch, Cardozo, Jaguaribe y otros destacados exponentes de las ciencias económicas y sociales  latinoamericanas.

[2] Al respecto es interesante recoger lo que reconoce, quien fuera funcionario del Gobierno de los Estados Unidos y del Banco Mundial (docente y Premio Nobel 2001) Joseph Stiglitz en el libro que tituló “ The Roaring Nineties ” en cuya página 58 de la versión en español puede leerse: “Con la actitud de quien se cree en posesión de una fórmula infalible, intimidamos a otros  – a veces con la ayuda de otras naciones – para que adoptaran nuestra manera de hacer las cosas. Tanto por nuestra propia diplomacia económica, como por la influencia de un Fondo Monetario Internacional dominado por Estados Unidos, el tío Sam se convirtió en un doctor Sam que repartía recetas por el mundo: Recorte aquel presupuesto, suprima ese arancel, privatice este servicio. (...) Los economistas y los expertos en desarrollo provenientes del tercer mundo, muchos de ellos personalidades brillantes y sumamente cultas, recibían a veces un trato más propio de niños”. La versión en castellano se titula “ Los felices ‘90”. Ed. Taurus. 2003                          

[3] Ponce de León, Luis M. – “La construcción de un nuevo proyecto nacional”. Revista Universo Económico. Nro. 72 .- Oct/2004

[4] Es oportuno  resaltar un párrafo de la presentación del profesor Ha-Joon Chang, (University of Cambridge) denominada  “Outline for Protectionism and Economic Development”, presentada al 6to. Congreso de Economía (2002) organizado por el CPCECABA  “It is particularly important to note that, despite their posturing as historical advocates of free trade, countries like Britain and the USA actually, had been the most ardent practitioner of protectionism in their early days of development”.

 


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