Obstáculos y Palancas
para la capitalización y expansión
de la Pequeña y Mediana Empresa

Guillermo Luis Locane

 

El Mercado de capitales

En el marco de las fuertes restricciones aún presentes en la economía local, ¿Es posible apalancar el desarrollo PyME mediante el Mercado de Capitales? La Bolsa de Comercio tiene la palabra.

Según el DEPARTAMENTO PYMES DE LA BCBA existen los siguientes  instrumentos disponibles: a) Obligaciones negociables: Bono privado que representa un empréstito de la sociedad emisora. Entre  la PyME y el inversor existe una relación que no se diferencia de un préstamo. Pueden ser colocadas mediante su cotización y negociación en la Bolsa. b) Valores de Corto Plazo: De similares características que las Obligaciones Negociables, los Valores de Corto Plazo se diferencian de las mismas por limitar su plazo de duración hasta 180 días. c) Fideicomiso financiero: Las PyMEs, en forma individual o conjunta, pueden obtener fondos, separando determinados activos (reales o financieros) de su patrimonio, y cediéndolos a un administrador en propiedad fiduciaria, para que sean transformados en activos financieros líquidos para su negociación en el mercado bursátil. d) Apertura de capital al público: Las acciones de SA mediante su cotización en Bolsa, pueden ser colocadas entre el público inversor. La apertura del capital puede realizarse mediante: la venta de las acciones propias de los accionistas de la sociedad, y/o el aumento de capital social, emitiendo la sociedad nuevas acciones. A diferencia de los instrumentos a) b) y c), el adquirente de estas acciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires no es un acreedor de la sociedad, sino un nuevo socio que participa de la empresa en la proporción por él suscripta.

De acuerdo con estimaciones realizadas por el citado Departamento Pyme de la BCBA, en el 2004 se financiaron a través del mercado 210 pequeñas y medianas empresas (Pyme), contra 101 que lo habían hecho en el 2003. El monto operado, en tanto, casi duplicó los del año anterior. “Básicamente, las empresas chicas y medianas recurren a tres tipos de instrumentos para financiarse –valores de corto plazo (VCP), obligaciones negociables (ON) y fideicomisos–, eso sin contar los cheques de pago diferido cuyo uso también está en auge”[1].

Como es posible observar, Las empresas continúan siendo reacias a abrir sus paquetes accionarios al mercado de capitales. Los motivos van desde temores a perder porciones de propiedad,  autonomía y autoridad hasta las ciertas dificultades y engorros para cotizar en las bolsas de valores.

Todavía no hay PyME que se haya atrevido a abrir su capital y cotizar sus acciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA). "Se trata de una cuestión cultural más que financiera, aseguran en el Departamento Pyme en referencia al continuo "no" ante la posibilidad de abrir su capital a inversores privados”.

Para el mercado, la apertura de capital de las empresas más pequeñas puede resultar poco atractivo debido a que el monto de la operación sería muy pequeño. Sin embargo, a partir de las nuevas oportunidades de negocios, por cambios en el paradigma económico ocurrido en el país, muchas empresas medianas pueden resultar bastante tentadoras, por tratarse de firmas con innovaciones tecnológicas, buenos mercados externos, y management más profesional, un requisito fundamental que la Bolsa evalúa llegado el momento de decidir si acepta o no a una empresa.

Por otra parte, el hecho de cotizar en Bolsa es una iniciativa muy bien vista en los mercados externos. Internacionalmente, que una empresa se haya dispuesto a mostrarse abiertamente es sinónimo de garantía de seriedad, prestigio y transparencia en los negocios.

El sistema financiero se ha modernizado en los últimos tiempos con instrumentos idóneos tales como las sociedades de garantía recíproca, la oferta de cheques diferidos en el Mercado de Valores, y otros más sofisticados como los fideicomisos de diversa índole, y los Fondos para Inversiones de Riesgo. Todo ello ha significado un cambio positivo a favor de las pymes en el intento de superar lo que hemos identificado como obstáculos al nivel de las Variables Instrumentales.

Sin embargo resolver los obstáculos que impiden la capitalización de las PyMEs argentinas -logrando el efectivo incremento de su patrimonio neto mediante inversores que decidan ser accionistas y acompañar el riesgo empresario (así como de disfrutar en su momento, de los dividendos que retribuyan su inversión)- requiere de iniciativas novedosas que apalanquen y dinamicen tal  posibilidad y acentúen el atractivo en tales inversores.

Morck y Steier[2] de la Universidad de Alberta, Canadá, han realizado un estudio sobre las estructuras corporativas de varios países denominados capitalistas, y han  comprobado que existen varios tipos de capitalismo. Uno es el capitalismo "de accionistas", donde los individuos invierten en acciones y bonos y evalúan el potencial de las empresas comprando las de aquellas que más prometen. Las acciones están dispersas entre muchas personas y las empresas son administradas por ejecutivos profesionales. El sistema no está exento de problemas. La separación entre la propiedad y el control puede permitir que los ejecutivos desvíen su atención hacia sus propios intereses. Otro sistema, el más común en el mundo, es el que los autores llaman "capitalismo familiar", donde el manejo de las principales empresas recae en las familias más ricas de un  país. En general, esto predomina en países donde los inversores individuales tienen menos derechos legales y, así, ciertas familias aportan su reputación generando confianza en el inversor. Esto tiene sus problemas porque no hay ninguna seguridad de que la capacidad para los negocios se herede. El tercer sistema es el del "capitalismo bancario", donde los inversores depositan sus ahorros en los bancos que invierten comprando acciones de empresas. Los bancos reemplazan la supervisión de los accionistas en el primero, y de la familia en el segundo.

Un cuarto sistema sería el del "capitalismo de Estado", donde este guía la asignación de capital por medio de empresas propias o de políticas industriales, protecciones arancelarias y beneficios fiscales. Ningún país es un modelo puro, pero es comúnmente aceptado que Estados Unidos e Inglaterra serían modelos del primero, México sería el máximo ejemplo del segundo, Alemania del tercero y Austria o Italia del cuarto. ¿Dónde se encuentra la Argentina? Claramente en el de "capitalismo familiar", aunque asociado con el Estado. Y fluctuando hacia una mayor participación de uno o de otro según sus vaivenes políticos. Nunca ha habido aquí un intento de ir hacia un "capitalismo de accionistas".


 

[1] Infobaeprofesional.com .- Enero de 2005

[2] Krause Martín.- lanación.com


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Web eumed.net

 

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