La dinámica de la inflación en Venezuela

Moisés Mata Aponte

 

 

LA DESVALORIZACIÓN DEL BOLÍVAR:
CONTRAPARTE NATURAL DEL PROCESO
INFLACIONARIO EN VENEZUELA *




* CONFERENCIA DICTADA EN EL UTS GUAYANA, PUERTO ORDAZ, 4 DE JULIO DE 1994.
La tasa de inflación, tal y como está definida en el libro de texto, “es la tasa porcentual de aumento del nivel general de precios a lo largo de un período de tiempo específico.” (1). Visto así , la tasa de inflación no nos dice mucho sobre los efectos perversos que los economistas suelen esgrimir cuando de ordinario se remiten a ella. Quizás una manera con mucho más útil de medir su impacto socio-económico, es el que está implícitamente referido al proceso de desvalorización de la moneda que le subyace a tal proceso. Vale decir, cuando se le mide en términos de la capacidad efectiva de compra del dinero. Y entendamos por capacidad efectiva de compra del dinero, a “ la cantidad de bienes y servicios que se pueden intercambiar por él.” (2). Detengámosno un poco más en este asunto.
La cantidad real de bienes y servicios que en un momento determinado la sociedad mirada en su conjunto decide poseer, cuando se le mira desde este ángulo monetario de las cosas, esto es, cuando se le mira en términos de la demanda real de dinero, de entre otros factores determinativos (3), depende del siguiente factor que a nuestro modo de ver las cosas no puede ser más vital, a saber: del costo de oportunidad ínsito en poseer saldos en efectivo.
Ahora bien, el costo de oportunidad del dinero, o como también suele denominársele en economía, la tasa de oportunidad del dinero, es un numerario que efectivamente nos mide la rentabilidad esperada de su uso. A su vez, tal numerario va a depender de dos factores fundamentales, cuales son: la tasa de interés pasiva prevaleciente en el sistema financiero y la tasa de inflación.
Esta primera relación, la existente entre la demanda real de dinero y la tasa de interés pasiva, se corresponde con un comportamiento económico según el cual a mayores tasas de interés menor es la demanda real de saldos monetarios por parte del público, mientras que a menores tasas de interés mayor es en consecuencia la demanda real de dichos saldos monetarios. Estableciéndose de esta manera una relación inversamente proporcional entre la tasa de interés pasiva y la demanda real de dinero. Una relación análoga es la que efectivamente priva entre la tasa de inflación y la demanda real de dinero, toda vez que a mayores tasas de inflación menor es en consecuencia la posesión realmente efectiva de medios de pago; por el contrario, mientras menor sea la tasa de inflación mayor es consecuentemente la cantidad realmente efectiva que del mismo la población estará dispuesta a poseer. Como bien puede apreciarse hay un denominador que le es común a ambas relaciones ya descritas, la que matemáticamente bien puede expresarse como una demanda real de dinero con pendiente negativa (véase la gráfica 1 y 2 ) sugiriente además de una relación de interdependencia entre la tasa de interés pasiva y la tasa de inflación. ¿En qué consiste esta relación que a nuestro modo de ver las cosas existe entre la tasa de interés pasiva y la tasa de inflación? Ella consiste en una relación muy particular, la cual abordaremos de la siguiente manera.
Mientras mayor sea la tasa de interés pasiva, el rendimiento monetario que ésta sugiere no puede menos que inducir un desplazamiento en la preferencia del público por la liquidez hacia actividades lucrativas que, como la financiera, da siempre cuenta de unos mayores motivos de carácter especulativo. Motivos especulativos que refuerzan hacia la baja la preferencia del público por la liquidez con fines transaccionales. Ahora bien, en vista
de que las transacciones mercantiles no pueden bajar más allá de cierto nivel crítico (léase nivel mínimo de respaldo productivo de la cantidad de dinero) la vía más expedida a la que de ordinario suelen las unidades empresariales recurrir es a la del incremento sostenido de los precios, para así, de esta manera, lograr compensar los bajos niveles de ganancias que una disminución de las transacciones mercantiles trae inevitablemente consigo (4). Pero tal incremento sostenido de los precios, a su vez, y en virtud de la necesidad perentoria que los agentes económicos tienen de anticiparse a la inflación esperada, induce un aumento tal en la demanda de dinero que se ve compensado por una disminución en la velocidad de circulación del dinero. De esta manera se establece una especie de trampa monetario-financiera que va de unas elevadas tasas de interés a unas elevadas tasas de inflación, y de estas elevadas tasas de inflación a una incesante disminución en el valor de la moneda. Tal es precisamente la trampa monetario-financiera en la que se encuentra inmersa la sociedad venezolana en estos últimos años, más específicamente entre el año 1984 y 1993, siendo su evidencia empírica por demás incontrovertible.
En efecto, la relación media existente entre la tasa de interés pasiva y el índice general de precios nos denota una relación que como bien puede verse en el diagrama 1 es directamente proporcional. Análogamente, la relación media existente entre el índice general de precios y el valor interno del bolívar nos denota una relación que como bien puede verse en el diagrama 2 es inversamente proporcional. En términos prescriptivos, una implicación analítica adicional bien puede derivarse de estas dos relaciones ya descritas, la cual subrayaremos con la mayor convicción: en la medida en que se afecte hacia el alza o hacia la baja la tasa de interés pasiva, en esta misma medida se afectará hacia el alza o hacia la baja el índice general de precios. Por otra parte, en tanto en cuanto sea esto lo que ocurra a nivel de los precios, el valor del bolívar disminuirá o aumentará en la misma proporción. Dicho de otra manera, en la medida en que aumente el rendimiento monetario del bolívar aumentará consecuentemente la tasa de inflación y, junto con ésta, disminuirá
paulatinamente la capacidad de compra del bolívar. Mientras que, paradójicamente, en la medida en que disminuya el rendimiento monetario del bolívar disminuirá consecuentemente la tasa de inflación y, junto con esta disminución, aumentará progresivamente el valor de compra del bolívar. Así, pues, la procura política que mira en la revalorización del bolívar la salida económica más legitima de la actual crisis, si ha de ser pertinente, tiene necesariamente que anclar su atención, más que en la estabilización del tipo de cambio, en la firme decisión política de bajar la tasa de interés pasiva.
Hay una cuestión adicional que bien vale la pena sea tratada finalmente. Así como hay una relación inversamente proporcional entre el índice general de precios y el valor interno del bolívar, existe igualmente una relación inversamente proporcional entre su valor externo y el tipo de cambio. Relación inversamente proporcional que como todos sabemos viene dada de la siguiente manera: “en la medida que sube el precio del dólar en bolívares, el bolívar se deprecia; y viceversa.”(5). En el diagrama 3 tenemos representada tal relación, de la cual bien puede inferirse que el efecto consecuente de todo aumento significativo en el tipo de cambio no puede ser en realidad de verdad más inútil. En efecto, tal aumento no puede menos que traer inevitablemente consigo un desplazamiento de la preferencia del público por la conversión realmente efectiva de bolívares por dólares. Desplazamiento éste que sin lugar a dudas va desde una baja conversión de bolívares por dólares por razones de comercio hacia una elevada conversión de bolívares por dólares que como la que tenemos aún vigente es con fines fundamentalmente especulativo. Convirtiéndose precisamente este aumento en la conversión de bolívares por dólares, dada la desvalorización del bolívar, en un refugio natural del capital financiero.


Siendo esto así, tal capital financiero (el correspondiente a la conversión especulativa de bolívares por dólares) más que el déficit fiscal como algunos economistas aún lo sugieren, es el que indefectiblemente presiona hacia el alza el tipo de cambio.
Ahora a bien, de la relación anteriormente descrita bien puede a su vez inferirse que toda disminución significativa en el tipo de cambio, dado el nivel de las reservas internacionales, produce un cambio significativamente importante en la conversión realmente efectiva de bolívares por dólares. Cambio en la conversión de bolívares por dólares que a diferencia del existente por razones especulativas estará preferentemente motivado por razones económicas de comercio. Donde precisamente son estas razones económicas las que definitivamente condicionan el albergue natural del capital productivo.







NOTAS



(1) Stanley Fischer (et. al. ) ECONOMIA. Madrid: McGraw-Hill, 1991, pág. 525.
(2) Luis E. Rivero. La Medición del Valor del Bolívar, Diario Frontera, Mérida, Lunes 29 de junio de 1987, pág. 18.
(3) Los otros factores determinativos que bien valen la pena sean tomados en consideración son los siguientes, a saber: i) la escala de preferencia social entre la posesión de dinero y otros activos rentables, ii) los niveles de riqueza que en un momento determinado la sociedad posea y iii) el costo de oportunidad relativo de poseer otros activos rentables distintos del dinero.
(4) Cf. Moisés Mata A. Los Determinantes de la Inflación en Venezuela, Revista SIC, noviembre 1993, pp. 403-405. Cap.5 en esta Colección de Ensayos.
(5) Luis E. Rivero, art. cit.


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