El Estado como objeto económico
Jorge Isauro Rionda Ramírez

 

INTRODUCCIÓN

 

Lo primero destacable para comprender al Estado como objeto económico es en sí a su vez comprender cuál es el papel que éste juega en la red de relaciones industriales en una conformación socio económica donde hay una forma histórico específica de organización social del trabajo y la producción.

Para tal efecto este trabajo plantea una innovadora forma de comprender la economía del siglo XX e inicios del XXI. Rompe con las tradicionales corrientes de historia económica tanto la del materialismo histórico y la del neo institucionalismo y circunscribe la evolución de la economía capitalista a la lógica de la organización social del trabajo y la producción.

Se trata de ver la historia económica del capitalismo y los cambios vistos en el papel económico del Estado de 1900 en adelante, como una articulación entre lo que se puede definir como organización privada de la producción y el trabajo, o regímenes de producción, con la regulación social de la producción y el trabajo o lo que es lo mismo, la organización pública de la producción y el trabajo. Con ello se puede comprender el ciclo económico a nivel sistémico desde el punto de vista de la organización productiva, donde el papel económico del Estado se adapta a la regulación propia de la nueva organización del trabajo y la producción. Así, la conformación capitalista es la yuxtaposición de tres regímenes de producción articulados de forma reactiva con distintos regímenes de regulación estatal.

Distinto a la tesis de la regulación, la tendencia descendente de la tasa general de ganancia (tendencia de la que hace mención Carlos Marx), no es el elemento que acopla la ética de la administración pública al contrarrestar esta tendencia. Sino que el Estado adecua sus políticas de regulación y de fomento a la nueva lógica de reproducción de los negocios. Esto marca el nuevo carácter de la acumulación capitalista.

La organización es la nueva unidad de análisis de este estudio, donde su evolución y lógica en materia de eficiencia, hacia dentro de la empresa, y eficacia, hacia el mercado, marcan la lógica inherente de la acumulación capitalista. Es la nueva protagonista de la historia económica  y nos da una historia organizacional del capitalismo de la vigésima centuria. Esto es, se parte de comprender cómo la empresa en un entorno competitivo procura la eficiencia hacia dentro, donde el objetivo es el mínimo uso de los recursos, y la eficacia hacia fuera, lograr tener la mejor oferta en el mercado, y en dicha finalidad, es la empresa como organización privada de la producción y el trabajo es el móvil del progreso económico, dado que es preactiva en la búsqueda de la innovación tanto tecnológica como de tipo organizacional.

Lo interesante es que queda evidente que el Estado como las instituciones, son elementos conservadores, reactivos al cambio generado por la organización empresarial, en cuanto reguladores del sistema económico, al grado que en la historia se observa que las instituciones regulatorias de la economía son rebasadas por la organización empresarial.

El ciclo económico es efecto de la transición de un régimen de producción por otro, lo que conlleva la pérdida de legitimidad de las instituciones y la necesidad de la reforma institucional consecuente a la re estructuración económica promovida por las empresas. El Estado, reactivo, cambia su ética de intervención en cuanto carácter como características de su papel económico.

La organización social del trabajo y la producción se expresa en una organización pública como privada, cuyos regímenes se articulan  como un binomio entre la organización y la regulación, lo que es consecuente a los cambios organizacionales, de esta manera la economía capitalista del siglo XX e inicios del XXI observa un ciclo económico sistémico donde la crisis es marcada por la subordinación de un régimen de producción por otro nuevo más competitivo, donde la regulación se reforma institucionalmente para garantizar la lógica de la acumulación capitalista y son transición no solo de una forma de organización a otra, sino de que conlleva una crisis de conducción y legitimidad del Estado.

Por lo anterior, se parte de definir a la organización social del trabajo y la producción como la articulación de regímenes de producción, que son la organización privada del trabajo y la producción, con los regímenes de regulación, que es la organización pública de la producción y el trabajo, en un esquema cuya lógica reproductiva es la acumulación, concentración y centralización del capital. Para el caso se habla del capitalismo como un sistema económico que se basa en la propiedad privada, es un esquema de mercado, lo mueve la ganancia y posee un sistema de crédito que es soporte de la financiación de la producción.

El sistema económico capitalista esta integrado por las instituciones que marcan el funcionamiento y papeles de las entidades y agentes económicas, como de la propia organización del trabajo y la producción establecida en una estructura económica.

De esta forma se tiene por régimen de producción la forma en que se organiza el trabajo y la producción en las empresas, y como régimen de regulación la ética del Estado en su intervención y regulación de las empresas en su lógica de organizar la producción y la mano de obra. Las relaciones industriales, esto es, las relaciones capital trabajo u obrero - patronales, son el fondo en que se observa lo social como parte y predicado del sistema económico.

En el capitalismo se observan primero, como lo sostuvo Carlos Marx en su texto de EL Capital, una contradicción fundamental: el carácter social de la producción que no es correlativa a la apropiación privada de los medios de producción. Así también, indica en la misma obra que hay una tendencia descendente de la tasa general de ganancia. De esto se tiene que en el capitalismo existen 2 contradicciones fundamentales:

  1. El carácter social de la producción que no es correlativo al carácter privado de la propiedad de los medios de producción.
  1. El anhelo particular de los capitalistas por lograr la incrementar sus ganancias causa que la tasa general de ganancia observe una tendencia a disminuir.

En este estudio a las dos anteriores contradicciones fundamentarles del capitalismo hay que añadir la anteriores la siguiente: la obsolescencia prematura del capital, que causa la innovación violenta y continua en materia tecnológica y organizacional, que a su vez es efecto de un entorno altamente competitivo de las empresas en el mercado anárquico, ante la rapacidad de las empresas por obtener las mayores ganancias, que obliga a las organizaciones a realizar continuas innovaciones que mejoran la oferta de la empresa, de tal modo que el capital fijo, prematuramente se vuelve obsoleto ante la implementación continua de innovaciones que las empresas realizan para sostenerse en la competencia.

Ante esta última contradicción, se puede observar que surge la llamada tecnología polivalente, que busca refrenar la obsolescencia prematura del capital al tener varios usos una tecnología que no es exprofesamente realizada para un uso exclusivo, sino para diferentes usos alternativos.

La emergencia de este tipo de tecnologías sigue básicamente dos líneas:

  1. El desarrollo de tecnología blanda, que es referente a los lógicos en el manejo de la información, que técnicamente se conoce como software, la informática,
  1. la tecnología dura, que es el desarrollo de hardwares propios de la electrónica.

Estas son las dos líneas de la innovación tecnológica que se puede afirmar tiene un efecto multiplicado en el resto de los procesos tecnológicos, y ambas van hacia una solo línea: la automatización de los procesos productivos (robotización).

Se puede afirmar que una estrategia empresarial para lograr la mejor oferta en el mercado es prescindir de la mano de obra, que necesariamente no es de carácter mecánico, sino humano y por ello muestra intereses involucrados con el proceso productivo y distributivo, lo que en un mundo capitalismo de apropiación privada del plusproducto, y por lo mismo implica el conflicto.

Erradicar el conflicto laboral es un anhelo compartido por todos los empresarios.  La automatización de los procesos de producción prescinde de la fuerza de trabajo y por ello implica que más allá de las limitaciones técnicas y tecnológicas del proceso de producción, es erradicado el conflicto en las relaciones industriales. Aparte, la máquina en su eficiencia observa mayor baratura y efectividad de la mano de obra, bajo los parámetros de la propia producción capitalista.

La automatización de los procesos productivos se vale de recursos de tecnologías polivalentes que implican la prominencia de procesos flexibles, libre movilidad y versatilidad de los factores productivos, especialmente el trabajo. Por ello, un sustento de este trabajo es que si en los esquemas de producción rígida de forma colateral hay un efecto de deshumanización inherente de la lógica reproductiva del esquema, en los nuevos esquemas de producción flexible se observa que la efímera vigencia de los procesos que permanentemente mutan, el tipo específico de relaciones industriales causa la necesaria flexibilidad laboral. Obvio, de una tecnología polivalente deviene la necesaria polivalencia de los factores de la producción, en especial de la mano de obra.

Dadas las contradicciones antes enunciadas, se debe observar que la competencia causa la necesidad de contrarrestar la tendencia descendente de la tasa general de ganancia con continuas innovaciones de corte organizacional como tecnológico. La innovación continua es causa de que la tecnología tienda a ser obsoleta prematuramente. Si el ciclo de vida de un implemento tecnológico es de 5 años, es muy posible que al segundo año esta máquina sea superada por alguna otra más innovadora y que prematuramente deba ser desechada, si es que la empresa quiere seguir manteniéndose en el proceso productivo que le garantiza ofrece la mejor oferta en el mercado. Esto se traduce en un problema de absorción de costos fijos en el mediano plazo para las empresas. Es por ello que una estrategia para abatir esta situación es la implementación de la llamada tecnología polivalente.

La cuestión de esto es a dónde mira este tipo de desarrollos tecnológicos: a la automatización o robotización de los procesos productivos. La tecnología polivalente implica necesariamente la flexibilidad del proceso productivo al requerir usos múltiples a la misma tecnología en el mismo esquema productivo. Esta versatilidad tecnológica hace a su vez que el proceso productivo continuamente sea modificado, lo que se puede considerar como la abreviación del lapso de duración, el proceso productivo se vuelve efímero y un requerimiento inminente es la libre y ágil movilidad de los factores de producción.

De aquí surge la flexibilidad productiva que exige la necesidad de una tecnología polivalente, así como recursos polivalentes, especialmente la mano de obra. El lumpa proletariado que en los tiempos de Carlos Marx, quien aplica este término a la clase trabajadora subempleada y aplicada a tareas diversas, de comodín en tareas muy precarias y entonces poco productivas. Los llamados “mil usos” son ahora la mano de obra deseable a procesos productivos cuya duración es efímera ante el violento y continuo cambio tecnológico.

Obviamente, en la post modernidad, este cambio de relaciones industriales implican la flexibilidad laboral que no otorga garantías laborales, y con ello también se observa la precarización del empleo, y el trato indigno al trabajador, especialmente cuanto inicia a perderse el sentido de la previsión social que otorgan las garantías laborales. Este es entonces el tema nodal de la lumpa proletarización: la dignidad humana. Pasamos de la deshumanización fordista a la denigración post fordista en materia de trata a los trabajadores.

El inicio del milenio observa que el llamado post modernismo no es otra cosa que el fordismo – taylorismo a ultranza. Se extreman desde luego los patrones y con ello se vive una violencia característica de esta lógica reproductiva. Entonces lo que se vive ahora no es más que un proceso de continuo cambio que indica que nada es permanente, sino temporal, por ello se habla de la efimeración de los procesos productivos. El continuo cambio es permanente y la metamorfosis del capital se violenta al grado que lo que se viene a cuestionar es la legitimidad del ESTADO de Bienestar ante la prominencia de la economía informal que es parte de la crisis de las instituciones. Las garantías individuales y sociales, esto es, la civilidad, se difumina y se vuelve, más que un concepto ambiguo, un concepto relativo. La cuestión de importancia es la siguiente: ¿cuáles son las razones que originan la pérdida de la civilidad en la post modernidad?


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