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Una Crítica Islámica de la Economía

' Umar Ibrahim Vadillo

 

El Final de la Economía Política

 

Los musulmanes proponemos un modelo natural de comercio que acabe con la usura, y un modelo de gobierno que nos permita terminar con la tiranía del estado moderno. Nuestro modelo no es ideológico ni utópico, sino que está basado en el ejemplo vivo de nuestro Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones sean con él, en la ciudad de Medina. La revitalización de este Islam original en Europa supone un reto a las decadentes jerarquías de los estados que dividen artificialmente a los musulmanes desde el periodo colonial. Los musulmanes europeos somos una viva confirmación, desde el corazón de Occidente, de la llama islámica que subyace bajo estos tiránicos estados constitucionales profundamente anti-islámicos.

Como europeos tenemos un compromiso con nuestra civilización que despierta del sueño de la modernidad. Este es mostrar que si hay un fundamento de la vida que es Allah, que bendito sea: ¡No hay dios excepto Allah! La irrupción de esta Luz del Islam en Europa acaba con la frivolidad del “laissez-penser” post-modernista, y también con la ortodoxia funcionalista-cientifista de las llamadas ciencias del hombre, que se sigue vendiendo a las masas en las universidades a pesar de su demostrada incapacidad para encontrar una solución efectiva a la situación de creciente caos ecológico, económico y humano.

La inoperancia y el fracaso global del sistema de estado moderno han conducido a la pérdida de toda credibilidad en la ciencia económico-política. Esta ciencia, como todas las ciencias positivas con fundamento en la metafísica tradicional, relega al hombre a la categoría de mera cosa funcional. Y con esto, han autorizado "científicamente" la transmutación del gobierno a una mera función económica: El estado. El control del estado se presenta justificado como redistribuidor, aunque no de recursos (como si éstos surgiesen de la nada) sino de los desequilibrios que él mismo produce, y sobre todo, de los que la usura produce. De este modo el estado ejecuta a la perfección su complicidad con la usura, permitiéndola, a pesar de someterla a ciertas limitaciones meramente "cosméticas".

Los musulmanes traemos con nosotros, en lugar de la economía de un estado esclavizante, que actúa como una administración usurpadora impuesta sobre nuestras propiedades, la economía en su sentido original, que restaura al individuo como al único administrador de sus propiedades fuera de la intervención del estado. La Shariah del Islam, que eleva al hombre por encima de un entendimiento cosificante del mismo, proclama el establecimiento de un gobierno que no permite administrar las propiedades que no son suyas. El Emirato o gobierno islámico es incompatible con la estructura del estado constitucional moderno.

El Islam lleva siglos siendo premeditadamente ocultado a los europeos tras un velo de propaganda religiosa y estatal, que se empeña en presentar una imagen tergiversada. Religión y estado reconocen con esto, que el Islam es la única fuerza capaz de derribarles. Efectivamente, el Islam imprime un sentido de libertad en el individuo que no permite someterlo ni ante altares, ni ante ventanillas.

El descubrimiento de la Shariah del Islam original, conducirá a la liberación irreversible del Mundo de las tiránicas estructuras económicas que nos han impuesto. El musulmán es aquel que ha adoptado la firme resolución de regirse a si mismo, sin sumisión a nada ni a nadie excepto a Allah. El Islam conduce a una revolución pero no hacia fuera o política, sino hacia dentro o en el individuo mismo.

Es este individuo el único con posibilidad de reestablecer un mercado justo, en el Nombre de Allah. Para aquellos que han comprendido esto proclamamos los dos principios fundamentales del comercio: La plena Libertad de comerciar y la Equidad del trato comercial


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