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“La teoría económica no ha olvidado la sabia tradición filosófica de que para alcanzar el conocimiento basta concentrarse en lo esencial. Por eso muchos teóricos connotados han tratado de presentar el proceso de crecimiento de una forma sencilla”

(Ortiz 1998, pp. 95)

CAPÍTULO III

CONVERGENCIA ECONÓMICA: CONDICIÓN NECESARIA PARA EL CRECIMIENTO ENDÓGENO.

El núcleo central de los estudios de convergencia se encuentra en la estabilidad de la relación capital/trabajo, debido a los rendimientos marginales decrecientes del capital las variaciones de está relación tenderán a cero a largo plazo. En este sentido, cabe resaltar la visión de dicha relación presente en el análisis histórico realizado en los capítulos anteriores.

De la sección I.4.4 se evidencia que, para Marshall, las firmas convergen hacia el nivel de planta donde los costos son mínimos. En el transito hasta dicho nivel, las empresas pueden presentar funciones de producción con rendimiento crecientes, pero la estructura de costos la obligará a tener una planta con una función de producción de rendimientos constantes a escala con la intención de maximizar los beneficios.

Lo anterior es compatible con los escritos de Gerschenkron, en torno a que la industrialización debe estar “precedida de un brote”, es decir, de grandes acumulaciones de capital, y luego tiende a una estabilidad.

Por otra parte, de acuerdo a la función de producción utilizada por Harrod-Domar, las variaciones en la relación capital/trabajo siempre es igual a cero. Sin embargo, por la extensión que hizo Solow (1956) a la función de producción de coeficientes fijos, las variaciones en la relación capital/trabajo van disminuyendo ante cada incremento del capital hasta llegar a cero.

Como se argumentó en el capítulo uno, dado que estos modelos se basan en la máxima utilización de los recursos, lo importante de esta relación es que cada incremento de capital esté en condiciones de ser absorbido por la mano de obra disponible. En este sentido, una relación capital/trabajo con tendencia creciente también es compatible con el objetivo mencionado.

Este pequeño análisis puede servir de base para desarticular la motivación básica acerca de que “la nueva teoría de crecimiento económico “es romper con el régimen de Solow (1956) en el cual las tasas de crecimiento de la producción y el empleo se ven forzadas a ser iguales en estado estacionario” debido a la productividad decreciente del capital. (Taylor 1996, pp. 3)

A parte de lo escueto en cuanto a la exposición de la relación capital/trabajo, además no observar que la nueva teoría del crecimiento económico, representada en el crecimiento endógeno, no entra en contradicción con el Capítulo III del articulo de Solow (1956) “Patrones de Crecimiento Posible”; desmonta toda creencia de que los teóricos de crecimiento endógeno son incompatibles con el modelo neoclásico.

Solow (1956) argumenta que de acuerdo a los supuestos y las características de su modelo, se puede dar el caso de un sistema productivo cuya dinámica lo conduzca a tener gran capacidad de ahorro y que el pleno empleo aumentará la razón capital/trabajo (y también el producto per cápita) y por tanto el capital y el ingreso aumentarán más deprisa que la oferta de mano de obra”.

Esto es posible, de acuerdo a Solow, cuando su ecuación fundamental toma la posible forma: sF( r , 1) = nr + r½ . ¹

En tal sentido los teóricos del crecimiento endógeno no refutan las características del modelo neoclásico sino que a través de la mejora del factor capital, incorporando las externalidades positivas del capital humano, potencian el crecimiento económico sostenido; por lo que en esta investigación son considerados parte de la teoría neoclásica y no como una nueva corriente.

Por otra parte, inmersos en los estudios tradicionales de convergencia económica, se haya la deducción acerca de que solo el progreso tecnológico potenciador del trabajo es consistente con la existencia del estado estacionario (Sala-i-Martín 2000, pp. 119).

Sala-i-Martín (2000) sostiene que el progreso técnico sesgado según Harrod, consiste en que con una misma cantidad de capital se precisa una cantidad cada vez menor de trabajo para obtener el mismo aumento en la producción.

Si bien es cierta esta deducción, al hacer estudios del crecimiento económico, de acuerdo a lo aportes neoclásicos, el fin no es el estado estacionario sino verificar si “existe una ruta de acumulación de capital compatible con cualquier tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo”. Por ello el modelo de Solow (1957, pp. 399) “trata acerca de la disponibilidad de capital per cápita”.

Esta es la dirección tomada por autores como Lucas (1988) que logra deducir que “el crecimiento de la producción puede tener efectos de nivel o efectos de crecimientos”.

Si tomamos en cuenta los argumentos de Romer (1994), centrar los estudios de convergencia económica en la ley de los rendimientos decrecientes resta utilidad a los mismos, debido a que lo importante son las funciones de ahorro y consumo como determinantes del estado estacionario.

Sostiene este autor, que es irrelevante estudiar los diferenciales de los niveles de ingresos por medio de la búsqueda de la relación negativa entre el ingreso inicial y las tasas de crecimiento económico; por el contrario, el foco de atención debe ser los determinantes de la divergencia de las economías, en donde uno de esos factores determinantes son las tasas de ahorro e inversión en capital, tanto físico como humano.

De acuerdo a lo planteado hasta ahora, un nivel de estado estacionario es aquel donde la totalidad de mano de obra de una economía encuentra: primero, capital suficiente para laborar; segundo, remunerada de acuerdo a su productividad marginal y, por último, donde la disponibilidad del capital reporta sus máximos rendimientos.


1. Se utilizan las notaciones originales del autor luego de manipulaciones matemáticas.