Google
En toda la web
En eumed·net






 

Pulse aquí para  bajarse el libro completo en formato PDF (130 páginas, 618kb)

CAPÍTULO I
TEORÍAS DE CRECIMIENTO ECONÓMICO  

Nacimiento de la Noción de Estado Estacionario.

A continuación presentamos razones por las que el planteamiento de David Ricardo (1772-1823) es considerado el fundamento del desarrollo del análisis macroeconómico clásico de comienzos del siglo XX y del análisis del crecimiento neoclásico.

La noción del crecimiento económico que propone Ricardo (1819) se fundamenta en tres premisas: primera, la teoría clásica de la renta, segunda, la doctrina del fondo de salarios; y por último, el principio de la población de Malthus.

Estos principios y el posterior análisis Ricardiano conducen a sostener, como conclusión, que la tasa media de salarios se determina por la proporción entre el capital físico fijo y circulante, aunado a la tasa de crecimiento de la población.

Los autores clásicos, entre los cuales destacan Smith y Malthus, alegan que mientras los beneficios sean positivos, el stock de capital físico aumentará, y éste a su vez incrementará el salario del trabajador; cuando la tasa de salarios se eleva por encima de los niveles de subsistencia, la población tiende a aumentar.  

Sin embargo, mayor población exige mayor oferta de alimentos, al poner barreras a las importaciones el cultivo debe extenderse a las tierras de calidad inferior y los beneficios disminuyen hasta llegar al nivel de estado estacionario; es decir, una tasa de beneficio mínima en la que se detiene la nueva inversión y la acumulación debido a la imposibilidad de obtener mayores beneficios.

De acuerdo al principio de los rendimientos decrecientes, si la oferta de recursos naturales permanece constante, un aumento de la fuerza de trabajo dará lugar a aumentos cada vez menores de la producción.

El problema económico de la concepción clásica se dirige al aumento de la producción, es decir, a la creación de riqueza (Véase e.g. Blaug 1985, pp. 74). En torno a este objetivo y de acuerdo a Ricardo, en una economía en expansión los costos de producción aumentan y los beneficios disminuyen debido a la existencia de rendimientos decrecientes del capital físico, lo cual origina una disminución aun mayor de los beneficios y se traduce en un freno a la acumulación del capital y la inversión.

De esta manera se pasa de un estado progresivo a un estado estacionario. Esta situación se debe al hecho de que uno de los factores de producción, la tierra, es un factor de oferta fija. Sin embargo los clásicos admiten el progreso técnico, el cual permitiría desplazar los niveles de estado estacionario y conducir a mayores niveles de producción.

De acuerdo a Marx3 el trabajo y el capital se combinan en proporciones fijas para la obtención del producto, la acumulación del nuevo capital se debe al excedente sobre las necesidades de consumo en un período dado y es el factor determinante de los mayores niveles de producción en los períodos subsiguientes.

En palabras de Marx, “la industrialización de los países avanzados señala el camino a los atrasados” (Véase e.g. Marx, en Gerschenkron, 1952 pp. 9), aunado a ello el cambio tecnológico es responsable de las alteraciones de la proporción de capital y trabajo combinados para obtener producción, esto conduce a un fuerte ahorro de mano de obra, variación en la relación capital/producto y desocupación de la mano de obra empleada, lo que genera al “ejercito de reserva de los desempleados”, lo cual disminuye el poder de negociación de los trabajadores e incrementa el de los capitalistas.

En conclusión, el enfoque clásico del crecimiento económico “pretende captar la esencia de los procesos de crecimiento económico en las sociedades basados en unas consideraciones multifactoriales u holistica”, esto implica una teoría que proporciona una visión global a largo plazo que combina el crecimiento y el desarrollo de la sociedad. (Véase e.g Jones 1979, pp. 5).

Algo en común que guardan las teorías magnas del crecimiento económico y las teorías modernas del crecimiento económico; es suponer la completa utilización de los insumos de producción por medio del manejo de agentes optimizadores de los precios relativos, para la obtención de los mayores beneficios, en general la formación de capital se ajusta a la oferta de ahorro y los agentes económicos responden a los incentivos del mercado. De la cita de Hagen se deduce que las economías de trueque, suponen que el consumo depende de la utilidad que den los demás a lo que otra persona es capaz de producir y la completa utilización de los recursos.

Esta última suposición incluye el pleno empleo, motivación que condujo a Harrod-Domar y luego a Solow a estructurar sus modelos. Por ello, dado que una economía de trueque se basa en la completa utilización de los recursos el estudio del pleno empleo y el máximo aprovechamiento de los recursos son la base fundamental para determinar la naturaleza y validez de los estudios de convergencia económica; en vista de los supuestos utilizados por el modelo neoclásico las cuales son similares a los descritos al inicio del presente párrafo.