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El marco institucional del
Banco Central de Venezuela

INTRODUCCIÓN



La creación del Banco Central de Venezuela (BCV) fue el resultado de las medidas implementadas en el “Programa de Febrero”, elaborado en el gobierno del general Eleazar López Contreras. Esto, se hizo realidad en 1.939 con la promulgación de la Ley que contemplaba la emisión y circulación de billetes en todo el territorio nacional cuya finalidad era la de proveer un entorno monetario estable que propiciará el desarrollo de la actividad económica.

El BCV como ente rector de la política monetaria procuraba un marco de acción que hiciera previsible, ante los agentes económicos la gestión de la economía por los medios monetarios ya que a través de las instituciones se definen las reglas formales por medio de las cuales se desenvuelven, organizan e intercambian bienes y servicios entre los individuos, facilitando así la coordinación económica que conlleve al buen desempeño de la economía.

En este sentido, el BCV en los últimos años se ha desarrollado como una institución económica enmarcada dentro de lo límites expuestos de su legislación – que viene a ser las reglas y restricciones que gobiernan la acción del BCV ante el gobierno y el sector privado de la economía- la misma ha experimentado una serie de modificaciones de acuerdo a las exigencias del contexto que lo envuelve derivado del cambio en la sociedad y las nuevas orientaciones sobre el diseño institucional que la Banca Central ha adoptado en las economías desarrolladas.

Dentro del diseño de la ley del BCV se exponen, entre otras cosas, el objetivo del Banco, sus funciones, prohibiciones y deberes; al respecto se puede decir que el objetivo de política monetaria propuesto por la junta directiva -acorde con los requerimientos y planes de la nación- en comparación con el logro de los mismos, nos pueden orientar sobre la efectividad de la gestión monetaria, a su vez éste desempeño evidencia la participación o papel que han asumido los gestores del Banco y su capacidad para adoptar y manejar sus decisiones, específicamente la de cómo utilizar los instrumentos de política monetaria de forma eficiente. Sin embargo, puede surgir problemas de ineficiencia debido a la presión que ejerce un determinado grupo sobre el diseño y aplicación de dicha política en beneficio de éstos generando distorsiones e incumplimiento de los objetivos que debe alcanzar los BC.

De esta forma y según la teoría convencional, los gestores de los Bancos Centrales se enfrentan al conflicto de cómo implementar sus decisiones de política monetaria, basándose bien sea en una regla pre-establecida, actuando pasivamente o empleando instrumentos de política monetaria activamente de forma discrecional para tratar de estabilizar la economía. Entre los autores más conocidos que han favorecido al uso de las reglas se encuentran los de la “Escuela de Chicago”, cuya argumentación descansa en que deben establecerse reglas que conlleven al equilibrio económico, para evitar posibles incumplimientos de la política monetaria propuestas por los directivos de los Bancos Centrales. Por ejemplo, la adopción de la regla monetaria sugerida por Friedman (1959), sostiene que la oferta monetaria debe crecer a una tasa constante que fije su crecimiento anual, para evitar que las autoridades expandan la oferta monetaria y se genere sorpresas inflacionarias, es decir, impedir que se presente un nivel de inflación real superior al anunciado por el gobierno. Por otro lado, Blanchard (1989) y Fischer (1990), señalan que los Bancos Centrales deben enfrentarse a diversas circunstancias, muchas de ellas imprevistas, por lo que se hace necesario decidir como responder a las perturbaciones de la economía y quizás los encargados de elaborar una regla no podrían considerar todas las contingencias y especificar de antemano la respuesta acorde a la situación.

Es por ello que, se debe dar la libertad necesaria para que realicen su cometido de la mejor manera. Sin embargo, ante la posibilidad de que las autoridades incumplan con su anuncio, el público puede modificar sus expectativas e intentar anticiparse a las sorpresas inflacionarias pero, Mankiw (1.997) afirma que éste puede conseguir credibilidad en el tiempo con el respaldo de sus actos, es decir; cumpliendo las metas que se ha fijado.

Por otro lado según Kalmanovitz (2.000), estudios empíricos han demostrado que los gobiernos tienden a utilizar la política monetaria a fin de beneficiarse, para redistribuir el ingreso o acelerar el crecimiento; dando así una sensación de prosperidad en períodos previos a las elecciones, generando un auge oportunista y así facilitarle su reelección, sin importarle que pueda desembocar en una crisis económica. En este sentido, autores como Bofinger alegan que es oportuno aislar la política monetaria de la “política” si se quiere tener mayor precisión y efectividad para lograr una mejor orientación y alcanzar las metas propuestas, estableciendo períodos prolongados para los cargos de cada miembros del directorio del BC.

Al análisis precedente, es necesario agregarle que la autonomía de los BC es fundamental para conducir la política monetaria con criterio técnico, libre de presiones políticas cuyo sea la de financiar el gasto público a través de créditos, otorgados por dicha institución. Dentro de éste contexto, Barrios y Daza (2001) sostiene que un BC debe tener transparencia, credibilidad e independencia a fin de garantizar una mayor efectividad de la política monetaria, siendo necesario acercarse al establecimiento de un contrato “óptimo” para que se logre en conjunto con los objetivos de los BC un mejor desempeño.

El análisis precedente ha considerado que los formuladores de política monetaria tienen objetivos diferentes al bienestar social ó tienen conocimiento limitado en cuanto a los procesos económicos, de allí que le otorguen importancia a como debe manejarse la política monetaria y que características (transparencia, credibilidad e independencia) debe cumplir el BC para alcanzar sus metas y objetivos. Ahora bien, esto es condición necesaria pero no suficiente para que un BC posea un marco institucional bien diseñado ya que la Ley de dichos Bancos establecen una serie de reglas que limitan la discrecionalidad de los hacedores de política monetaria, pero a su vez, hay diversos aspectos que se deben considerar al diseñar la legislación de un BC como lo son la teoría de los Contratos, Derechos de propiedad, Costos de transacción, Instituciones, entre otros a fin de comprender, dentro de un análisis de intercambio y de elecciones económicas en contextos institucionales, las condiciones necesarias y suficientes para el desarrollo de un marco institucional estable y creíble del Banco Central. Respaldado dentro de normas que justifiquen la actuación de toda institución y como un diseño institucional bien definido pueden alinear las decisiones de la política monetaria a la estabilidad de precios; variable fundamental para la estabilidad de toda Economía.

De allí pues, que se requiera de un marco de racionalización para poder comprender el diseño institucional de los BC desde otra perspectiva, el mismo puede ser provisto por la Economía Neoinstitucional (ENI) la cual nos permitirá ampliar las bases del conocimiento de la teoría económica convencional, desarrollando de esta manera un análisis diferente sobre los fenómenos sociales. Es así como la ENI hace énfasis en las instituciones como elemento eficaz para que los agentes económicos y sociales puedan ser evaluados, específicamente el BCV que forma parte en las decisiones importantes de una sociedad, vista desde el ámbito fiscal, monetario, político y social. El marco institucional prevaleciente en cada etapa histórica y suponiendo la elección racional de los agentes, puede explicarse por qué en las sociedades ocurren determinados fenómenos históricos y sociales, y en parte se pueden explicar sus modos de interacción. El crecimiento económico de una sociedad se ha realizado a través de un marco institucional que origine aumentos en la productividad y que permita el cumplimiento de contratos esto es, la reducción de los costos de transacción y la definición de los derechos de propiedad. Desde esta perspectiva, los Bancos Centrales son una organización integrada por un conjunto de individuos que a su vez cuenta con un complejo marco institucional que regula la administración de los recursos, acceso y comportamiento de los directivos o miembros de este. La constitución de los BC, vista como una institución formal, según lo propuesto por Douglass North (1.993), determina las reglas de acción del BC ante los agentes económicos y la sociedad en su conjunto.

Dentro de este contexto, los Banco Centrales están en la capacidad de formular y regular las reglas dentro del sistema financiero, pues posee el derecho conferido por la Constitución de velar por el cumplimiento de la ley del BC, la legislación relacionada con el Banco y las decisiones del directorio a través de la penalización.

Dado que las reglas describen el sistema de incentivos y desincentivos que estructuran la acción social y determinan la distribución de la renta de la sociedad, una teoría del Estado, como la creada por la ENI, es esencial en este estudio, porque éste es el encargado de estructurar dichas reglas y derechos de propiedad por medio de los cuales debe regirse el BC; por lo que el marco legal-contractual entre el BC y el Estado debe crear los incentivos adecuados para su cumplimiento. Así, se establece un límite constitucional a los gobiernos democráticos a fin de constreñir su comportamiento oportunista que pueda producir distorsiones en la economía.

Es conveniente destacar que sin su participación, sus instituciones y los derechos de propiedad, surgirían costes de transacción muy elevados y no se tendría incentivos para ahorrar, invertir y realizar cualquier tipo de transacción económica. Sin embargo, a pesar que es Estado el responsable de la eficiencia de dicha estructura, éste es un arma de doble filo, ya que según North , si bien es cierto que el Estado contribuye al crecimiento económico, éste puede ser el causante del estancamiento o declive económico.

Estudiar el diseño institucional de los BC a través de la ENI ha sido establecido como la finalidad que se persigue a través del estudio del BCV. Para ello se ha definido, como objeto general del trabajo:

• Analizar el marco institucional del Banco Central de Venezuela bajo el enfoque de la Economía Neoinstitucional.

Los objetivos específicos, por su parte son:

• Revisar los aportes teóricos sobre el diseño institucional de los Bancos Centrales.
• Revisar el enfoque de las teorías de las reglas formales según la Economía Neoinstitucional.
• Describir la evolución del marco institucional del Banco Central de Venezuela (BCV) desde 1939 hasta 2.002.
• Analizar el desempeño del Banco Central de Venezuela de acuerdo al enfoque sobre el Estado de la Economía Neoinstitucional.

Hoy día, en toda economía las instituciones juegan un papel muy importante y estratégicos en el intercambio de bienes servicios entre los agentes económicos. Además, tienen la capacidad de moldear su conducta y comportamiento mediante leyes que restringen sus acciones, es decir, puede cambiar la conducta egoísta y destructiva hacia una dirección cooperativa.

Es por eso, que la importancia del marco institucional, principalmente las reglas, radica en que estas determinan la interrelación entre los agentes económicos y cumplen una doble función: definen el radio de acción y canalizan la información para que los individuos sean capaces de formarse expectativas sobre la conducta de los demás. Conforme a James Buchanan (1.994), se debe establecer un límite constitucional a los gobiernos de manera de constreñir sus tendencias a producir distorsiones en la Economía como consecuencia de incrementar, dentro de sus propios intereses, el poder de influir en todos los ámbitos de la sociedad.

Para esta investigación, la metodología que resulta conveniente utilizar es de carácter exploratorio y documental, por cuanto su propósito es ampliar las bases del conocimiento económico en el estudio de los Bancos Centrales, mediante el análisis de herramientas teóricas pertinentes. De allí que se decidió trabajar con etapas sistemáticamente relacionadas entre sí, planteadas para ser desarrolladas de forma secuencial, llegando cada una a resultados muy concretos. Las etapas van desde el análisis de la teoría económica convencional de los Bancos Centrales, pasando por el enfoque alternativo a utilizar, la ENI, describiendo el marco institucional del BCV hasta llegar a analizar el desempeño de la política monetaria del BCV.

En función a todo lo expuesto con anterioridad, se desarrollaran cuatro capítulos, en los cuales se hará, en el primero de ellos, una revisión sobre las bases teóricas fundamentales, derivadas de aquellos debates planteados por distintos autores sobre los instrumentos considerados al momento de diseñar la política monetaria y por ende como influyen en la legislación de los BC. En el segundo capítulo, se hará una revisión sobre las reglas formales de la ENI con la intención de abordar fenómenos económicos que se acercan más a la realidad, con respecto a la teoría neoclásica, porque considera las relaciones sociales, política y económica de los seres humano que pueden afectar el desempeño de las organizaciones. Seguiremos avanzando y, en el tercer capítulo, se realizará una descripción del marco institucional del BCV desde 1.939 hasta el 2.002. Finalmente, se analizará como ha sido el desempeño de la política monetaria del BCV, tomando como referencia los indicadores macroeconómicos más importantes como el tipo de cambio, la inflación y el Producto Interno Bruto (PIB).