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Lecturas sobre Crecimiento Económico Regional

Mario Alberto Gaviria Ríos y Hedmann Alberto Sierra Sierra
 

CAPÍTULO II

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO DE CORTO PLAZO


LOS DETERMINANTES DEL CICLO ECONÓMICO RISARALDENSE


Los primeros tratamientos teóricos de los ciclos económicos se centraron en modelos determinísticos, según los cuales aquellos se presentaban con la regularidad de las mareas oceánicas. Sin embargo, como se planteó antes, los ciclos no muestran la regularidad requerida por esos modelos. Con esa claridad, la investigación posterior adoptó un enfoque que observa los ciclos como el resultado de perturbaciones aleatorias, conocidas en la literatura como innovaciones o shocks, que impactan el sistema económico y desencadenan un patrón cíclico de respuestas.

Entre los primeros trabajos que concibieron los ciclos económicos como consecuencia de shocks que se propagan a través de la economía, está el enfoque impulso-propagación, desarrollado por Eugen Slutsky y Ragnar Frisch, que considera que el patrón cíclico que se observa en una economía es el resultado de una serie de impulsos independientes que la afectan con el transcurso del tiempo.

Estos impulsos pueden ser de oferta, entre los que se cuentan los cambios tecnológicos, los factores climáticos, los desastres naturales, los descubrimientos de nuevos recursos naturales y las variaciones en los precios internacionales de las materias primas; de demanda privada, por desplazamientos de la inversión y/o el consumo; o pueden originarse como consecuencia de las decisiones de política económica de los gobiernos centrales.

El principal punto materia de discordia tiene que ver con los mecanismos de propagación. Según las corrientes keynesianas, esa propagación se da en un contexto de competencia imperfecta y rigideces de precios y salarios. Por su parte, las corrientes clásicas y neoclásicas consideran que esta se da en un contexto de competencia perfecta.

Uno de los grupos de modelos que intentan explicar los ciclos económicos a partir de los preceptos clásicos es la teoría del “ciclo económico real”. Aunque hace énfasis en el cambio tecnológico, esta teoría ha impulsado una vasta literatura en la que se han desarrollado una variedad de modelos que permiten la introducción de diversos tipos de choques, como los monetarios, el gasto público o los términos de intercambio. En dicha teoría el ciclo se presenta como el ajuste dinámico de una economía competitiva, siempre en equilibrio, ante perturbaciones reales. Las fluctuaciones así definidas pueden ser Pareto - óptimas, por lo que la intervención de los gobiernos puede crear distorsiones innecesarias.

Por su parte, en el paradigma keynesiano el ciclo económico es el resultado de perturbaciones exógenas, principalmente de demanda, ampliadas y prolongadas por mecanismos internos, como el multiplicador y el acelerador (Argandoña et al., 1997). Es precisamente a partir del modelo del multiplicador/acelerador que se puede explicar el comportamiento cíclico de la economía risaraldense.

Como se ha venido planteando, es posible afirmar que no existe un ciclo nacional uniforme, dada la inexistencia de una perfecta coordinación entre los ciclos regionales. Según algunos trabajos de orden nacional e internacional (Carlino y Sill, 2000; Zuccardi Huertas, 2002), ese comportamiento diferenciado puede obedecer a heterogeneidades observables en la estructura industrial regional, los diferentes grados de integración de sus mercados de insumos y/o el tamaño e integración de los mercados de bienes hacía donde dirigen su producción.

Si bien se reconoce la importancia de estos factores en la interpretación del ciclo económico risaraldense, los cuales dan razón de las diferentes respuestas a un mismo choque económico; acá se plantea como hipótesis que las principales innovaciones que han explicado los movimientos cíclicos de la economía departamental han sido las originadas en los movimientos de los términos de intercambio, específicamente en lo referido al comportamiento de los precios internacionales del café.

Para el caso colombiano existe una amplia literatura (Ocampo, 1989; Cárdenas, 1992; Suescún, 1997; Posada, 1999) que considera los choques al precio internacional de café como generadores del ciclo económico, dada la evidente dependencia de la economía del sector cafetero durante gran parte del siglo XX; una característica que es quizás más pronunciada en el ámbito de la economía risaraldense .

Los trabajos de Ocampo y Cárdenas aportan evidencia que indica que gran parte de la variación en el ciclo económico colombiano es explicada por las fluctuaciones temporales en el precio real mundial del café. Ocampo muestra que contrario a lo esperado, dada la disminución de la importancia relativa del café en la economía colombiana, el impacto estimado fue mayor en el período 1975 – 1985 frente a décadas como la de los cincuenta y los sesenta.

Suescún analiza los efectos en las fluctuaciones macroeconómicas resultantes de choques tecnológicos, al igual que de choques al precio del café. Concluye que estas perturbaciones al precio del café no parecen demasiado influyentes en la volatilidad presente de los agregados macroeconómicos. Según Suescún, los choques de oferta fueron una causa más importante que la fluctuación de los términos de intercambio en Colombia entre 1950 y 1990.

Por el contrario, Posada encuentra que los ciclos colombianos del siglo XX han dependido, en alguna medida, de los de la economía norteamericana y de las fluctuaciones en los términos de intercambio. Observa que entre 1950 y 1997 la fluctuación del componente transitorio de los términos de intercambio ha sido la causa más importante en la generación del ciclo económico colombiano.
A partir de lo anterior, acá se considera que las variaciones en el precio internacional del café han sido las que han explicado en gran medida los movimientos cíclicos de la economía departamental, concretamente a través de tres mecanismos básicos. El impacto más claro es el que se da sobre el ingreso de los productores locales, con lo cual tiende a variar la demanda interna y a propagarse en la actividad económica mediante mecanismos multiplicadores.

Pero también es importante destacar el efecto que se presenta a través del movimiento que sufren variables macroeconómicas como la oferta y el precio de las divisas, lo cual incide principalmente en los precios de los bienes comercializables producidos en la región y en los precios de las materias primas y bienes de capital que ella importa; y las variaciones que se pueden presentar en el nivel de reservas internacionales, cuya monetización afecta el nivel de liquidez de la economía y los costos del crédito interno.

Fuera de esos efectos de corto plazo, que resultan de la combinación de los factores antes mencionados, es necesario tener en cuenta los impactos de más largo plazo, ejercidos a través de la inversión. El ciclo cafetero actúa sobre la inversión en forma diversa; de un lado, y a través del efecto acelerador, las variaciones que provoca en la actividad económica tienden a incidir en las decisiones de inversión; de otro lado, debe considerarse el impacto sobre esa decisión de los cambios en el precio de los bienes intermedios y de capital importados.

De esta forma, al momento de explicar los ciclos económicos de Risaralda, es fundamental considerar las innovaciones originadas en los choques al precio externo del café, además de la variable estructura industrial sugerida por Carlino y Sill (2000). De igual modo, es importante evaluar la posible incidencia del ciclo económico nacional sobre el regional .

Para ello se estima el modelo siguiente, donde se asume como variable dependiente el componente cíclico del producto regional (CICRIS) y como variables determinantes los componentes cíclicos del producto nacional (CINAL) y del precio externo del café (CICPCFEXT) y la participación de la industria en el producto regional, tomada en diferencias para garantizar su estacionariedad (DIND). Los resultados de esta estimación se presentan en la siguiente ecuación y en el cuadro No 4.

Cuadro No 4: Determinantes del ciclo económico regional


Este modelo cumple con los supuestos de normalidad (probabilidad del estadístico Jarque-Bera del 93.02%), homocedasticidad (probabilidad Ho de la prueba de White de 2.81%), y no correlación serial (prueba Breusch-Godfrey cuyo estadístico tiene una probabilidad asociada del 29.93%); lo cual favorece la confiabilidad de la estimación.

Según los valores del estadístico t asociado a los coeficientes estimados y su correspondiente probabilidad, el único coeficiente estadísticamente significativo es el que acompaña al componente cíclico del precio externo del café. Es decir, en la explicación del ciclo regional no parece tener mayor interés la estructura industrial ni el ciclo económico nacional; esto último se corresponde con anteriores resultados según los cuales el comovimiento entre los ciclos regional y nacional es reducido, evidenciando muy bajo grado de conformidad o coherencia entre los mismos.

Sin embargo, la relación observada entre los componentes cíclicos regional y del precio internacional del café no corresponde a lo esperado, pues el signo del coeficiente que acompaña a este último es negativo. Es decir que el componente cíclico del precio del café se estaría moviendo de manera anticíclica, cuando lo que se esperaba fuese procíclica. Una hipótesis plausible es el que, dada la intervención de la Federación Nacional de Cafeteros a través de su política cafetera anticíclica, se ha logrado que efectivamente el precio interno separe el movimiento económico regional de las condiciones externas.

En forma tradicional se ha pensado que, a partir del rompimiento del pacto cafetero internacional y el debilitamiento de la Federación Nacional de Cafeteros, la capacidad de intervención de esta entidad se ha estado disminuyendo. Sin embargo, estos resultados sugieren que aún durante el decenio de los noventa y los años recientes, esa política cafetera sí ha estado teniendo efectos anticíclicos al menos en la economía regional.

No obstante debe reconocerse que esta hipótesis exige una mayor profundización en el análisis de los determinantes del ciclo económico regional y su relación con la evolución del precio internacional del café; en donde se incorpore un trabajo más amplio sobre la política cafetera y su verdadera capacidad para aislar el comportamiento económico de las regiones y la nación de las fluctuaciones del mercado internacional del grano.

Como un avance en este sentido y tratando de contrastar la idea arriba planteada, se estimó un modelo alternativo en donde se utilizó el componente cíclico del precio interno del café en reemplazo de su similar externo; obteniéndose resultados similares a los contenidos en el cuadro No 4. En forma adicional se obtuvo una correlación positiva entre los componentes cíclicos de los precios internos y externos del café, lo cual evidencia que ambas variables han evolucionado en igual sentido a través del período analizado. Estos dos nuevos hallazgos contradicen en forma inicial la hipótesis planteada según la cual el precio interno ha separado el movimiento económico regional de las condiciones externas manifiestas a través del comportamiento del precio internacional del grano.  


 


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