¿Buscas otro libro?
Buscalo aquí:
Amazon Logo





 

 

Pulse aquí para acceder al índice general del libro.

Esta página muestra parte del texto, pero carece de formato, notas, fórmulas, esquemas, tablas o gráficos.

Pulse aquí para bajarse el libro completo en formato DOC (136 páginas, 660 Kb)

La Inversión Extranjera Directa (IED)
y la crisis económica cubana



Leandro Venacio

CAPÍTULO I

Antecedentes Históricos

Es importante y necesario, llevar a cabo una descripción generalizada de la sucesión de hechos que conllevan al quiebre de las relaciones con Estados Unidos y a la vinculación con la URSS y así tener una idea acabada de la posición en la que se encuentra Cuba para enfrentar la difícil situación, a comienzos de la década del 90, ante la caída del Muro de Berlín.

1.1 - El punto de partida. La situación económica y social al triunfo de la Revolución:

El panorama nacional en 1959 puede definirse con los siguientes rasgos:

- Completa dependencia norteamericana, la cual controlaba la industria exportadora fundamental (1.200.000 hectáreas que incluían el 25 % de las mejores tierras agrícolas), la energía eléctrica, parte de la industria lechera, el abastecimiento de combustible y, en medida importante, el crédito bancario.

- Una estructura económica predominantemente agrícola, pues la más importante industria, el azúcar, era una producción primaria de base agrícola y el resto representaba un volumen poco significativo.

- Una economía agrícola extensiva, latifundiaria, tanto en las propiedades de las compañías extranjeras como en las de una minoría opulenta cubana, con 114 grandes propietarios con el control del 20 % de las tierras, mientras una enorme masa campesina vivía en la miseria, agobiada por los intermediarios, sin crédito, con precios ruinosos.

- Un desempleo y un subempleo permanentes y masivos en proporción muy superior al de otros países de América latina.

- Una economía totalmente abierta, una monoexportación azucarera que alcanzaba el 80 % del total de las exportaciones, y una concentración geográfica de las exportaciones e importaciones, dependiendo el 60 % de las primeras y del 75 al 80 % de las segundas del mercado de Estados Unidos.

Es necesario apuntar que la industria azucarera, fundamental actividad del país, se había apoyado en la expansión del mercado norteamericano desde las últimas décadas del siglo XIX en que ya ese país dominaba dicha producción.

A partir de 1952, se dio cauce a una política económica que en esencia respondía a los intereses norteamericanos de evitar la crisis y acentuar su dominación sobre la economía cubana.

“La política económica aplicada planteaba la expansión del gasto público, a partir de lo cual crecería el mercado interno y se generaría un terreno propicio para el incremento de las inversiones norteamericanas no azucareras, lo cual sería un elemento compensatorio de la crisis recurrente en el sector azucarero. La estructura agraria quedaba intacta y se mantenía la masa de asalariados agrícolas capaces de asegurar la producción azucarera. La política aplicada condujo a una expansión inflacionaria de la economía, que se solventaba con importaciones, a costa de la disminución de las reservas de divisas acumuladas durante la II Guerra Mundial.”

Lo que se da a partir de 1952 y hasta 1958, es por tanto, un proceso de crecimiento sin desarrollo. Toda esta panorámica es muestra evidente de las profundas deformaciones estructurales de un país monoproductor y monoexportador en donde la burguesía nacional no estaba interesada en cambiar los grandes contrastes existentes.


Google
 
Web eumed.net