LOS LENGUAJES DE LA ECONOMÍA

Un recorrido por los marcos conceptuales de la Economía.

CAPÍTULO 4.- LAS CIENCIAS SOCIALES: INTERESES Y MODOS DE EXPLICACIÓN.

La explicación intencional

Para Elster, la explicación intencional es la característica que diferencia a las ciencias sociales de las ciencias naturales. Explicar la conducta intencionalmente es equivalente a demostrar que es conducta intencional, es decir, conducta realizada para lograr una meta. Explicamos una acción intencionalmente cuando podemos especificar el estado futuro que se pretendía crear. Evidentemente, no estamos explicando la acción en términos de un estado futuro: el explanandum no puede preceder al explanans y, el futuro estado deseado puede no producirse por una cantidad de razones. Algunas intenciones pueden ser intrínsecamente irrealizables y, no por ello dejarán de ser mencionadas en la explicación.

La explicación intencional esencialmente comprende una relación triádica entre acción, deseo y creencia. Un agente intencional elige una acción que cree será el medio para su meta. La explicación intencional incluye mostrar que el actor hizo lo que hizo por una razón. Pero explicar una acción intencional no queda limitado a enunciar el mecanismo que determina qué acción se llevará a cabo y por qué. Una acción humana concreta pertenece a un conjunto de oportunidades, el cual recoge las acciones coherentes con las restricciones físicas, económicas, legales, psicológicas. Las oportunidades son más básicas que los deseos en dos aspectos. Uno, son más fáciles de observar y, dos, suelen ser más fáciles de alterar (Elster, 1989).

Generalmente, se presenta intencionalidad y racionalidad de un modo paralelo. Sin embargo, caracterizar una creencia, una acción o un modelo de conducta como racional no debería hacerse salvo que se esté dispuesto a afirmar que la racionalidad explica que lo que se dice es racional. La manera habitual de definir conducta racional es apelando a algún concepto de optimización. Mas racionalidad y optimalidad no son sinónimos (Elster, 1983).

Pasaremos, ahora, a mostrar algunos aspectos de la racionalidad. Aquí, nos centraremos como Elster en la racionalidad individual, pero nos apartaremos de su exposición y también de aquella otra que es habitual, en los últimos tiempos, especialmente en los trabajos realizados por economistas. La razón se encuentra en la necesidad de dilucidar el concepto de racionalidad. Esta dilucidación nos llevara de uno de los elementos claves de la explicación intencional a la ciencia en general, pues nos permite, en parte, fundamentar los acuerdos alcanzados en el seno de la comunidad científica.

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